De un total de 30 productos de primera necesidad relevados durante enero en comercios de cercanía del Área Metropolitana de Buenos Aires, 19 registraron subas de precios superiores al 20 por ciento, lo que evidencia que la inflación aún está lejos de desacelerarse. La canasta fue elaborada en octubre por el Centro de Estudios por la Soberanía Popular Mariano Moreno (CESOPMM), que todos los meses da cuenta de su evolución.

El mayor aumento lo registró el vinagre que trepó 64,2 por ciento. En segundo lugar, quedaron los jugos en polvo con un 63,3 por ciento y el podio lo completó la polenta que aumentó un 54 por ciento en apenas 30 días. Luego aparecen productos claves de la canasta como el aceite (+45 por ciento), la harina (43,5) y la leche (41,4 por ciento).

El informe del centro dirigido por Rafael Klejzer, advierte que los productos que registran las mayores variaciones “son producidos por las empresas que dominan el mercado de alimentos en nuestro país”. Por ejemplo, en el caso de Molinos Cañuelas, el paquete de harina aumentó 53,8 por ciento, el arroz 48,3 por ciento y el aceite 37 por ciento. También subieron fuerte los productos de Molinos Río de la Plata. El aceite 94, 4 por ciento, la harina 20,1 por ciento y las galletitas dulces 20,7 por ciento.

En el caso de Arcor, las arvejas subieron 36,7 por ciento, el jugo en polvo 32,3 por ciento y las galletitas de agua 24,3 por ciento. Aceitera General Deheza también se acomodó en el ranking de las empresas que más aumentaron. Su botella de aceite se disparó 35,3 por ciento en enero.

Por último, los productos de La Serenísima también se dispararon: Yogur (+58,7 por ciento), leche (+21,6), queso crema (+19,8) y manteca (+16,3 por ciento).

Desde diciembre, el CESOPMM sumó a la canasta básica de alimentos relevados productos de verdulería y carnicería que también aumentaron fuerte en enero. La carne picada subió 20,6 por ciento, el pollo entero 18,5 por ciento y el asado 18,7 por ciento. “Es importante tener en cuenta que, si bien no contamos con datos propios para poder evaluar la evolución de los precios de la carne entre noviembre y diciembre, es de público conocimiento que sufrieron aumentos desmedidos que luego fueron ajustados. Las variaciones que se observan en el cuadro anterior, son las posteriores a este aumento y re ajuste”, aclara el informe.

Durante la vigencia de Precios Cuidados y Precios Justos, los valores en los comercios de cercanía eran mucho más caros que en los supermercados porque, por lo general, esos programas no se cumplían en los pequeños almacenes y autoservicios. Ahora esa brecha se redujo, pero igual los comercios de barrios suelen ser más caros porque no ofrecen los mismos descuentos y promociones que los hipermercados. Esta situación se agrava porque quienes suelen comprar en los comercios de cercanía son, paradójicamente, quienes menos recursos económicos tienen.

El problema de la suba que se viene registrando en el precio de los alimentos se agrava porque además se combina con ajustes simultáneos en las tarifas del transporte público, la electricidad, la medicina prepaga, la nafta y todo otro conjunto de bienes y servicios.