La elección de hoy las consagró como las máximas estrellas femeninas de Cambiemos. Elisa Carrió resurgió de las cenizas del 3,85 por ciento que obtuvo en Capital Federal en las PASO presidenciales de 2015 y ayer renació con un 51 por ciento de los votos como candidata a Diputada Nacional de Vamos Juntos. Sus irresponsables declaraciones sobre el caso Maldonado no parecieron impactar en la elección porteña. María Eugenia Vidal, sin ser candidata, fue la artífice de un nuevo triunfo de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires, pese a los reiterados traspiés del postulante oficial, Esteban Bullrich. Ambas líderes festejan esta noche y dejarán para después la sorda disputa que mantienen desde hace tiempo. “Obtuvo el reconocimiento que se merece”, dijo Vidal al felicitar anoche a la chaqueña.

El episodio de mayor tensión en la relación fue durante la definición de las precandidaturas, momento en el que Vidal vetó el desembarco de Lilita en tierra bonaerense. Ya habían tenido otros encontronazos en 2016, cuando la jefa de la Coalición Cívica pidió públicamente la expulsión del jefe de la Policía Bonaerense, Pablo Bressi, y la gobernadora lo sostuvo en el cargo.

Las principales alegrías que cosechará esta noche Cambiemos vienen de dos de los distritos más importantes del país: Capital Federal y Buenos Aires. En el primer caso Carrió tratará de capitalizar como propio el amplio triunfo, aunque en el macrismo saben que los votos no son todos de la chaqueña. Tanto el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, como el presidente Mauricio Macri son también responsables de la performance de la lista “Vamos Juntos” y de la estrategia, exitosa, de expulsar de ese frente a Martín Lousteau. Qué parte le corresponde a cada socio de la alianza PRO-Coalición Cívica es el interrogante que no tiene respuesta.

Confiada en el resultado, Carrió ya festejó su “resurrección” en el cierre de campaña realizado el martes en el microestadio de Ferro: “Muchas veces gané, perdí, me enfermé, me trataron de loca, me morí en Cristo miles… Ave Fénix”, señaló en aquel momento. En el entorno de la líder de la Coalición Cívica hacían ayer el cálculo en cantidad de Diputados. Pasarían de 5 bancas a 10, un crecimiento del 100 por ciento. En Capital Federal renovaban dos lugares –Carrió y Fernándo Sánchez– y meten 3: Carrió, Juan Manuel López (apoderado de la CC porteña) y Paula Oliveto Lago, histórica mano derecha de la chaqueña. Por la provincia de Buenos Aires entrará Héctor “Toty” Flores y Marcela Campagnoli, hermana del fiscal José María Campagnoli. También hay candidatos “lilitos” en Santa Fe, Córdoba y Chaco, entre otras provincias. Pero más allá de la fuerza legislativa, que aumenta pero seguirá siendo acotada, la elección le sirvió a la chaqueña para legitimar en las urnas el protagonismo que mantiene desde hace años en los medios de comunicación oficialistas.

Como el resultado de las PASO le había dado una amplia distancia sobre el segundo, el kirchnerista Daniel Filmus, la expectativa estaba ayer puesta en la provincia de Buenos Aires. La diferencia a favor de Cambiemos sobre la lista de Cristina Fernández de Kirchner-Jorge Taiana, terminó por generar todavía mayor entusiasmo en el macrismo. La principal responsable de aquel resultado es Vidal, quien eclipsó en la campaña a sus propios candidatos. 

Más allá de las declaraciones públicas de rigor, Vidal y Carrió nunca tuvieron la afinidad que la chaqueña supo construir con Mauricio Macri. A mediados de 2016 tuvieron un fuerte entredicho por la situación de Bressi. La líder de la Coalición Cívica aseguró que el jefe de la Bonaerense estaba vinculado al capo narco Miguel Angel “Mameluco” Villalba. Vidal dijo que no había pruebas de eso y lo respaldó. Como buena antiperonista, Carrió mantiene también un conflicto con el ministro de Seguridad, Cristian Ritondo. La diplomacia macrista logró apagar el foco de conflicto.

La cuerda se volvió a tensar cuando Vidal desplazó a Carrió de su distrito. La gobernadora evaluaba entre las opciones para el senado al intendente de Vicente López, Jorge Macri. Carrió no fue candidata en Buenos Aires, pero logró imponer su veto al primo del Presidente.