El primer tiempo le alcanzó a River para asegurar el triunfo, consolidarse como líder de su zona y reservar energías despues de una semana que incluyó duelo entre semana por Copa Argentina. El equipo de Martín Demichelis expuso un rato su mayor jerarquía y sacó tres goles de diferencia en veinte minutos para ganarle 3-0 a un voluntarioso Riestra, que en el estreno de Cristian Fabbiani como entrenador mostró todas sus limitaciones a la hora de crear juego y que sabe que le costará muchísimo mantener la categoría con este rendimiento.


El partido tuvo suspenso, al menos en el marcador, hasta que River se puso en ventaja. Después del gol de Borja, ya se acabó todo. Con la calidad de sus mediocampistas, al conjunto visitante le alcanzaba para manejar la pelota, pero le faltaba profundidad en los últimos metros para vulnerar el vallado y la intensidad que proponía Riestra. Un error en la salida local y un poco de mala fortuna se conjugaron para que el castillo de arena comenzara derrumbarse. Es que Borja recibió un mal despeje y sacó un buen remate, que se desvió en Torres y dibujó una parábola imposible para el arquero Arce. 

Si el 1-0 dejaba la sensación de partido liquidado, ni hablar cuando llegó el segundo gol, con un error casi amateur de Arce. Frente a un tiro libre de Nacho Fernández, el arquero quiso reacomodar su barrera a último momento y el volante de River no lo perdonó con un tiro a su palo. Para colmo, Arce pareció llegar en su intento de recuperación, pero erró el manotazo y terminó buscando la pelota dentro su arco. A esa altura, el resultado reflejaba la enorme diferencia entre ambos equipos.

Con todo cuesta arriba, Riestra ni siquiera tuvo fortuna con el VAR, aunque con sus antecedentes no parece tener mucho derecho a queja. Es que en el 3-0 que logró Herrera, el sistema no advirtió que Borja estaba adelantado cuando cortinó al arquero Arce y le impidió intentar la estirada salvadora. Por el contrario, en el segundo tiempo, cuando González Pirez le cometió un penal a Jonathan Herrera y se ganaba la roja, el VAR encontró una posición adelantada en el arranque de la maniobra, que anuló la acción. Así que de un posible 1-3 con un hombre más para la última media hora, Riestra se quedó lejos de todo.

Con todo resuelto, River estaba más irse a la pileta llena de gente detrás de la cancha que para seguir el encuentro. Por eso Demichelis empezó a rotar el plantel y la energía de equipo fue decayendo. El trabajo ya lo tenía hecho desde la primera etapa. Del otro lado, Riestra hacía lo que podía, trataba de no encajar más goles y también prefería el final que seguir sufriendo en un duelo que nunca tuvo equivalencias.