Un piloto ruso que desertó en agosto del año pasado para entregarse al Ejército ucraniano con el helicóptero que piloteaba fue hallado muerto en España. El fallecimiento de Maxim Kuzminov fue confirmado por el representante de la inteligencia militar ucraniana (GUR), Andrei Yusov, aunque no mencionó el lugar en el que fue encontrado el cuerpo.

Según una fuente judicial española, el hombre recibió media docena de impactos de bala en la salida de un estacionamiento de un edificio de Villajoyosa, en la provincia de Alicante, y portaba documentos que lo identificaban como un ucraniano de 33 años. El caso fue considerado inicialmente como un ajuste de cuentas en una zona donde la comunidad rusa es numerosa. Las autoridades hallaron en un pueblo vecino un auto carbonizado que habría sido usado por los asesinos.

La identidad de la víctima fue confirmada a través de sus huellas dactilares ya que portaba documentos falsos. Kuzminov había decidido ir a vivir a España en vez de quedarse en Ucrania. La deserción del ruso se dio a conocer en septiembre del año pasado cuando la inteligencia militar ucraniana publicó unas imágenes en las que el piloto explicaba cómo fue contactado por la inteligencia militar enemiga, que le ofreció pasarse al lado ucraniano a cambio de dinero y protección.

Kuzminov se graduó de la Escuela de Aviación de Sizran, en el sur de Rusia, y fue destinado a servir en el Lejano Oriente ruso, donde entre sus compañeros tenía fama de ser una "persona tranquila" y pedir operaciones de carga que no tuvieran que ver con misiones militares, según el canal de Telegram ruso Baza. Sus amigos dicen que el piloto tenía miedo y quería dejar el Ejército incluso antes del comienzo de la invasión de Ucrania.

El gobierno ruso no tardó en mostrar su satisfacción ante las noticias que lo dieron por muerto. "Este traidor y criminal se había convertido en un cadáver moral desde el momento en que planeó su despreciable y terrible crimen", declaró el jefe del Servicio de Inteligencia Exterior, Serguei Narishkin, citado por la agencia oficial TASS, sin confirmar ni negar una implicación rusa en la muerte.