Huracán y San Lorenzo protagonizaron un clásico que se olvidará pronto: el 0-0 calificó a dos equipos que dejaron en claro el mal momento que atraviesan y que hicieron muy poco por la victoria. 

Si se tratara de boxeo, las tarjetas podrían darle el triunfo a Huracán por escaso margen: el equipo de Parque Patricios intentó llevar adelante la iniciativa y generó las (poquísimas) ocasiones de gol que se generaron en el partido. En el primer tiempo, un error de Altamirano ante un centro cruzado y otro de Braida, con un cabezazo contra su propio arco, provocaron dos muy buenas salvadas de Gastón Hernández, en las jugadas más riesgosas que provocó Huracán. Del otro lado, una apilada del Perrito Barrios, que terminó con un remate desde lejos, fue lo único destacado de San Lorenzo. 

En ese contexto de partido sin llegadas, Huracán amenazó un poco más, sobre todo por la insistencia de Pussetto, el jugador más comprometido con el juego. El delantero llevó a su equipo para adelante, que terminó dejando una mejor imagen en ese primer período. Claro que lo del conjunto de Coyette no pasaba de lo regular, ante un adversario que jugaba incluso peor.

Molesto con lo que vio en el primer tiempo, Insúa movió dos piezas y ajustó tuercas. Con esas modificaciones, al menos consiguió emparejar aún más el desarrollo y terminar del convertir el duelo en una pista de autitos chocadores. Si bien no mejoró su andar, al menos pudo opacar las insinuaciones de Huracán. Entonces, todo pasó por fricciones, empujones, bravuconadas y pérdidas de tiempo hasta el cierre del juego. 

Es cierto, ninguno de los dos perdió y ambos superaron un clásico que podía ser traumático sin mayores sobresaltos. Sin embargo, los dos quedaron en deuda pensando en lo que viene, lejos de los puestos de clasificacion y con rendimientos con muchas más sombras que luces.