El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, aseguró ayer que “es difícil“ trabajar con el gobierno nacional. "Han sido meses de recibir agresiones constantes todos los gobernadores", lamentó, y pidió “dejar de lado los insultos y agravios, que es lo único que recibimos”.

En declaraciones a distintos medios de comunicación, el gobernador salteño expresó que es necesario buscar "un punto de encuentro, de entendimiento entre el gobierno nacional y los gobernadores" porque "esta situación no le hace bien a nadie" y "se puede resolver poniendo un poquito de cada lado lo que hay que poner, en este caso madurez política, humildad, grandeza, dejar de lado los insultos, olvidarnos de todo lo que ha pasado y mirar adelante".

Sáenz expresó su apoyo al gobernador de Chubut, Ignacio Torres, que mantiene un abierto enfrentamiento con el gobierno nacional por el recorte de fondos de coparticipación. 

Con un discurso que buscó ubicarse en el centro, apelando siempre al diálogo y destacando la intención de colaborar con el gobierno central, Sáenz repasó el mecanismo de financiación de las provincias con fondos fiduciarios y subrayó: "No nos regalan la plata y nos cobran con intereses que van pegados a la inflación".

El mandatario salteño cuestionó las formas, "el trato" del gobierno nacional con las provincias. "No me siento traidor a nada, a nadie", le respondió al presidente Javier Milei, que había usado este adjetivo luego del fracaso del tratamiento de la ley ómnibus en Diputados. 

"Nosotros acompañamos primero el dictamen (de este proyecto de ley); dimos quorum, después cuando el kirchnerismo pidió que vuelva a comisión no permitimos que vuelva a comisión, acompañamos para que se trate en general, votamos en general", repasó la actuación de las y los legisladores del bloque Innovación Federal que en el caso de Salta, responden al gobernador. 

Sáenz insistió e que "nunca" les pedirá a las y los legisladores de Salta que voten en contra de intereses de mi provincia. Eso es legítimo". "Yo tampoco voy a votar ni voy a acompañar a ningún presidente, porque nunca lo hice, en algo que pueda afectar a mi provincia", insistió antes de aclarar que es parte de "un frente provincial que no es kirchnerista, que no es de Juntos por el Cambio" y que fue elegido "con el voto de los salteños".

Sin embargo, el gobernador volvió a manifestar también su intención de " trabajar de manera conjunta con el Presidente, si es que así lo quiere, porque el diálogo y consenso no son sinónimos de corrupción, son sinónimos de democracia", afirmó. "Necesitamos tener certezas y previsibilidad" los gobernadores, aseguró antes de afirmar que seguirá buscando puentes para encontrarse y trabajar de manera mancomunada. 

"Las consecuencias que está teniendo todo esto no son culpa de los gobernadores, los gobernadores no emitimos billetes, no devaluamos, no pedimos créditos al Fondo Monetario, no somos los culpables de la situación que vive hoy en día el país"m agregó. 

También cuestionó las medidas económicas del gobierno nacional. "Los jubilados no la están pasando bien", sostuvo. Y cuestionó también el no envío del incentivo docente a las provincias y la quita de subsidios al transporte de personas.  

“Tienen que entender que las provincias son parte del país y se viven realidades diferentes. La Argentina no empieza y termina en la avenida General Paz. Las provincias no tienen que estar mendigando”, agregó.