El paro realizado por tres de los gremios aeronáuticos fue un éxito. Más de 300 vuelos cancelados o reprogramados por la medida de fuerza que protagonizaron APA (Asociación del Personal Aeronáutico - rampa y pista), APLA (Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas) y UPSA (Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales) en reclamo de mejoras salariales. Lo curioso del caso es que el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, tiene buena parte de responsabilidad en el éxito de la medida. El martes, cuando los sindicatos estaban a punto de firmar un acuerdo salarial con Aerolíneas Argentinas e Intercargo en la Secretaría de Trabajo, fue el propio ministro el que ordenó que se frene la negociación, tal como lo relataron los dirigentes gremiales. 

A partir del primer minuto del miércoles el servicio de rampa, pista y los pilotos pararon el servicio de aeronavegación tal como lo venían anticipando desde la semana pasada. La negociación venía empantanada, sin embargo, el martes los secretarios generales de los tres gremios, Edgardo Llano (APA), Pablo Biró (APLA) y Rubén Fernández de UPSA, fueron citados a la sede del exministerio de Trabajo. Hasta allí fueron los dirigentes en busca de un acuerdo que permitiera levantar la medida de fuerza.

Según relataron los dirigentes sindicales, tras una extensa discusión se había logrado llegar a un acuerdo ya que los trabajadores del sector estaban salarialmente equiparados hasta octubre del año pasado, pero no habían recibido una actualización ni siquiera tras el ajuste del gobierno de Milei y la devaluación del 118 por ciento. 

En ese contexto los gremialistas pedían una recomposición salarial superior al 12 por ciento ofrecido por el Gobierno. "Había un principio de acuerdo para que los trabajadores aeronáuticos percibiesen un 16 por ciento de mejora salarial este mes y otro 12 por ciento en marzo, y casi estaba convenido con Trabajo, pero intervino Caputo y todo quedó en la nada. Ello demuestra quién conduce el país y que no existen interlocutores válidos para el movimiento obrero", afirmaron el martes los gremialistas en una conferencia de prensa.

Bullrich y la PSA

Una vez que comenzó el paro de los aeronáuticos, el gobierno reforzó la presencia de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en Aeroparque y Ezeiza ante la posibilidad de que los trabajadores realizaran protestas. 

A las 9.30 la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich escribió en su cuenta de X contra los gremios aeronáuticos: "Los que se creen dueños de la calle intentaron bloquear el ingreso a Aeroparque. Di la orden expresa para que a través de la PSA se mantenga la libre circulación en todos los aeropuertos del país, y ya está sucediendo. La Argentina de los aprietes terminó. No vamos a dar ni un paso atrás con los que pretenden frenar la Argentina", aseguró.

Muy pronto los medios se hicieron eco del supuesto corte de los gremios en Aeroparque. Sin embargo, el secretario de Prensa de UPSA, Marcelo Uhrich, afirmó que Bullrich "miente porque no hubo ninguna manifestación en ninguno de los aeropuertos del país. En todo caso y por orden expresa de la ministra, la PSA prohibió el ingreso de pasajeros al hall de Aeroparque", afirmó el dirigente gremial.

En tanto, la conducción libertaria de Aerolíneas Argentinas informó que "se modificaron 305 vuelos de cabotaje, mientras que en lo referente al servicio regional serán 24 y en internacional tendrán cambios 2 vuelos". Para cuestionar la medida gremial, desde Aerolíneas recurrieron al remanido argumento del costo del paro. En ese sentido indicaron que "el costo operativo de la compañía rondará los 2 millones de dólares".

Ahora resta esperar que la Secretaría de Trabajo retome la negociación con los sindicatos y las empresas en busca de aprobar el acuerdo que había quedado trunco. Salvo que el ministro Caputo mantenga su estrategia de hacer caer los acuerdos y buscar el malestar de la sociedad ante los paros de los trabajadores.