La guerra de Javier Milei contra la cultura llegó a un nuevo nivel, luego de anunciar que pasará su publicitada motosierra sobre el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). Entre otros —desafortunados— proyectos, se busca vender el reconocido Cine Gaumont, uno de los pocos que proyecta filmes nacionales. Es que en el marco de su plan de ajuste, el gobierno del ultraderechista no concibe financiar nada relacionado con la industria cinematográfica local.

La sala, ubicada en la avenida Rivadavia 1635 y frente a la Plaza de los Dos Congresos, se fundó en 1912  bajo el nombre "Cine Plaza Congreso”. Diez años después, en 1922, fue rebautizado y tomó su nombre actual:  Gaumont.

Desde 2003, durante el gobierno de Néstor Kirchner, el cine funciona como Espacio INCAA Km. 0, dedicándose exclusivamente a exponer producciones audiovisuales argentinas, construyendo su propia identidad y convocando también a un público propio que disfruta de filmes locales.

Una sede de adelantos tecnológicos

El Cine Gaumont lleva su nombre en honor a Leon Gaumont, inventor e industrial francés y uno de los pioneros de la industria del cine internacional. Inaugurado hace 112 años, el primer edificio fue demolido en la década del 30 y para 1946 se reinauguró con la construcción que se encuentra emplazada hoy.

Durante décadas fue sede de todos los adelantos tecnológicos a medida que llegaban al país. Por ejemplo, en 1956 el Gaumont probó el sistema Cinemascope, creado por la 20th Century Fox que permitía ver películas en un formato panorámico, o en los 60, cuando se adquirió el Súper Cinerama, que permitía una proyección simultánea desde tres proyectores de 35 mm sincronizados en una pantalla cóncava.

Imagen: INCAA

En los 90, el icónico cine sufrió transformaciones en el marco de una serie de remodelaciones en las salas más antiguas de la Ciudad de Buenos Aires, con el objetivo de mejorar su infraestructura y ponerlos en valor. De esta manera, el Gaumont pudo aumentar su capacidad y dividirse en tres salas.

Revalorización del cine nacional

El INCAA, con el fin de utilizarlo como lugar para impulsar la industria cinematográfica argentina, comenzó a alquilar el Gaumont a sus propietarios en 2003 para transformarlo en el Espacio INCAA Km. 0.

Bajo la dirección de este instituto, comenzó a exhibir casi con exclusividad producciones nacionales, tanto de ficción como documentales, y a ofrecer entradas más accesibles que otras salas más comerciales.

Imagen: INCAA

Con este puntapié, a partir de 2004 se inauguraron otros "Espacios INCAA", recuperando al cine nacional, a actores y trabajadores de la industria como partes de un hecho cultural y social. En enero 2013, el Gaumont comprado por el INCAA y para julio de ese año, fue reinaugurado por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. 

Despidos, desfinanciamiento y motosierra 

La semana pasada, el titular del INCAA designado por Javier Milei, Juan Carlos Pirovano, anunció el cierre de las plataformas digitales y televisivas que proyectan películas nacionales, confirmó que no brindará más apoyo a festivales de la industria cinematográfica nacional, que venderá el histórico Gaumont y sumará más despidos a los 170 dispuestos en esa área.

 Imagen: Enrique García Medina

El brutal recorte fue confirmado durante una reunión que el funcionario había mantenido con la Junta Interna de ATE. Inmediatamente, el gremio calificó ese paquete de ajuste como “una declaración de guerra a todo el cine nacional” y se declaró en “estado de alerta y movilización”.

El gremio calificó a esa serie de anuncios como “una nueva embestida a la soberanía audiovisual” y “una declaración de guerra a todo el cine nacional”. Por este motivo, impulsó una campaña de recolección de firmas y apoyos a fin de evitar el desguace del organismo.

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