La ONU advirtió hoy que Siria pudo haber cometido crímenes de guerra al haber matado de hambre a civiles y utilizar gas sarín en un bombardeo contra insurgentes en un poblado, mientras que el Gobierno ruso rechazó el informe sobre el ataque aéreo.

Los expertos de Naciones Unidas se mostraron “seguros” de que el Gobierno sirio es responsable del bombardeo del 4 de abril en la localidad de Jan Sheijun, que dejó 80 muertos, según el informe del Mecanismo de Investigación Conjunta. A dicho mecanismo lo conforma un equipo de investigadores de Naciones Unidas y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), con sede en La Haya.

 El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, había entregado anteayer al Consejo de Seguridad del organismo un informe de 30 páginas sobre el uso de armas químicas en Siria para que se pueda perseguir a los responsables. El martes, Rusia bloqueo una resolución para prolongar el mandato del equipo de investigación. 

 El viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Ryabkov, sostuvo ayer que en el informe hay muchas cosas que no cuadran. Existen “errores de lógica, testimonios dudosos y pruebas no corroboradas”, señaló Ryabkov. Siria también había rechazado el escrito. Según una fuente del Ministerio de Relaciones Exteriores sirio, el nuevo informe falsea la realidad, como ha sucedido anteriormente. La investigación fue utilizada por Estados Unidos y los países occidentales para ejercer presión política sobre Damasco. Tanto Damasco como Moscú sostuvieron que en el ataque del 4 de abril fue alcanzado un depósito de gas de los insurgentes. Rusia es un aliado del Gobierno sirio y considera que la culpa es de los rebeldes. 

La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, acusó a Moscú de querer proteger a Al Assad. “El informe de hoy demuestra lo que ya todos sabíamos”, dijo Haley. “Ignorar la enorme cantidad de pruebas en este caso demuestra una indiferencia deliberada de las normas internacionales”, sostuvo la diplomática. Un vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores en Berlín, señaló que el informe le atribuye al régimen de Assad el despreciable uso de gas sarín. “Ahora le toca al Consejo de Seguridad tener una reacción rápida y clara”, dijo la fuente. Por su parte el embajador británica ante la ONU, Matthew Rycroft, exigió una “fuerte respuesta internacional” para que los responsables del ataque rindan cuentas.