La Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe) reclamó políticas que impulsen la producción nacional con valor agregado, criticó el aumento de los costos y la anunciada apertura de importaciones de alimentos, y advirtió sobre el “riesgo inminente de pérdidas de empresas y empleos industriales”. A través de un comunicado firmado por su presidente, Javier Martín, y su secretario, Walter Andreozzi, la central que representa “al amplio entramado empresarial del segundo PBI industrial de la Argentina”, advirtió sobre la difícil situación que atraviesa y los riesgos que implica para la economía provincial.

“Son más de seis mil las pequeñas, medianas y grandes empresas que emplean de forma directa a 140.000 trabajadores, y de forma indirecta a cerca de 350.000 dando vida a cada una de las ciudades y pueblos del interior productivo de nuestra provincia, produciendo una diversificada canasta de bienes para el mercado interno y el mundo”, subrayó el documento.

La Federación provincial se diferenció, en este sentido, de su entidad de referencia nacional, la UIA, que acompañó hasta ahora en aprobatorio silencio las medidas del gobierno nacional. Según los datos que dio a conocer la propia Fisfe a principios de la semana, la producción industrial santafesina se derrumbó 11,4% interanual en enero, impactada por una brusca caída en la demanda interna. 

Alimentos, aparatos de uso doméstico y bienes de capital fueron arrastrados por este panorama recesivo. Los minerales no metálicos, siderurgia y fundición tropezaron con el freno de la construcción, mientras que la fabricación de autos y maquinaria agrícola penan todavía por el acceso a insumos importados. Muchas plantas están paradas y dieron vacaciones forzosas al personal. Y, como una novedad en los últimos años, comenzó a resentirse el nivel de empleo.