La pregunta en las estaciones de servicio del conurbano, donde las distancias son más largas y el transporte público escasea, ya cambió. Antes era ’¿Te lleno el tanque?’’. Por los constantes aumentos en el combustible los que usan el auto o algún utilitario para trabajar escuchan otra: "¿Cuánto le cargo?"

En los últimos tres meses, los tres primeros del gobierno que encabeza Javier Milei, las petroleras fueron autorizadas a recomponer los precios sin control ni límite.

Ahora prevén para abril una nueva suba de los combustibles que sería de al menos 4 por ciento, y podría ser aún mayor ya que ese porcentaje responde a la suba de los impuestos a los combustibles, pero no se descarta que las empresas apliquen además otra suba de alrededor de un 2 por ciento para compensar la devaluación del peso frente al dólar.

El Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC) subirán un 34,8 por ciento en línea con la normativa vigente. En lo que va de 2024, la suba acumulada es del 376,61 por ciento, indicaron las estaciones de servicio.

Fabio Álvarez es taxista y hace más de 30 años viaja todos los días a Capital Federal desde Lomas de Zamora. "Los ajustes se fueron incrementando y la realidad es que cada vez estamos sacando más plata del bolsillo", dice el conductor que habitualmente carga nafta y gas y va alternando su consumo. "Si bien nosotros recibimos dos aumentos que completaron un 50 por ciento en lo que va del año, a la gente le cuesta tomar taxi y esa situación sí la estamos padeciendo.

El taxista reveló que la ganancia por los viajes cada vez está más desfasada de la constante suba de los precios, a lo que se suma el desgaste de utilizar un vehículo diariamente. “Gasto unos 10 mil pesos diarios de lunes a viernes entre nafta y gas, que se traducen en unos 200 mil pesos al mes, y por eso, hoy está medio descompensado lo que se gana”, asegura, y completa: “Van a tener que mejorar la situación, porque no sé hasta dónde puede aguantar toda la gente con los salarios muy bajos y los precios que cambian mes a mes.”

La suba

Solo desde diciembre hasta febrero entre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el conurbano hubo un incremento paulatino del 163 por ciento en el litro de nafta premium, que a su vez incluyó una actualización impositiva. A medida que uno va tomando distancia del centro, esos valores empiezan a crecer. 

Sin embargo, la actualización en los valores no terminó allí debido a que el pasado 1 marzo hubo un nuevo aumento del 4,4 por ciento en la nafta y 2,7 en el gasoil como parte de la segunda suba parcial de los impuestos al combustible líquido (ICL) llevada a cabo por el gobierno nacional mediante el Decreto 107.

De acuerdo a este aumento, hace 15 días atrás el litro de nafta super debería haber ascendido a 777 pesos, mientras que la premium a 958 pesos en YPF. Sin embargo, las petroleras elevaron un poco más el valor para alcanzar al precio real acorde a la inflación.

De esta manera, el litro de super pasó a 800 pesos y la premium alcanzó los 987 pesos en las estaciones YPF de Ciudad de Buenos Aires, mientras que en el conurbano los valores ascendieron a los 887 pesos y 1086 respectivamente. No obstante, los precios en los surtidores de otras estaciones de servicio como en Shell, Axion y Puma ya promedian los 1000 pesos para el combustible común y superan los 1100 pesos en el premium.

Estos aumentos lejos de salpicar a “la casta” terminaron impactando en el bolsillo de los trabajadores y con mayor severidad en aquellos que utilizan sus vehículos como herramienta para cumplir con sus jornadas laborales. Llenar el tanque cuando una carga completa ya cuesta entre 40 mil y 50 mil pesos, empieza a volverse complejo. 

Gabriel Da Silva Caridade trabaja de Uber por la zona de Lomas del Mirador y frecuentemente realiza viajes hacia la Ciudad. Como se repite en la estrategia primaria de ahorro de quienes trabajan con el su vehículo, hace un tiempo pasó el suyo a gas, significativamente más barato que la nafta y el gasoil. “Actualmente gasto entre 2 mil y 3 mil pesos en gas por semana que terminan siendo más de 60 mil pesos mensuales.”

El costo de tener que cargar combustible diariamente en el último tiempo llevó a que muchos conductores empezaran a recortar otros gastos para poder usar el auto. Da Silva cuenta que ahora "pensás dos veces en lo que vas a gastar" y, que en ese cálculo, empieza a achicar las salidas. "Personalmente, pienso que la situación general va a ser cada vez peor y yo me pregunto: “¿dónde está la gente que votó a Milei? Hablás con los pasajeros y resulta que ahora nadie lo votó.

David Reinberg es otro de los conductores que de lunes a viernes se trasladada en vehículo hasta Capital Federal, en su caso desde Avellaneda. “Voy a trabajar y llevo a mi esposa, y también a mis hijos al colegio, y cargo super. Son más o menos 30 mil pesos por semana, lo que implica un gran gasto para nosotros.”

En este contexto, David reconoció que por los diferentes aumentos que hubo en todos los precios en general, comenzaron a utilizar el transporte público para ahorrar dinero: “Vamos en colectivo porque también tenes que pensar que hubo incremento en el seguro y la patente, dato no menor.”

Además, en abril y mayo está estipulados nuevos aumentos por lo cual los conductores tendrán que volver a hacer números para afrontar los ajustes que impactarán en el bolsillo y en el uso del vehículo.

Del otro lado del surtidor

La disminución de la frecuencia de conductores frente a los aumentos del precio de combustible ya es una realidad. Alejandro Carrizo trabaja como playero hace más de 30 años en una de las estaciones de servicio de Lomas de Zamora y cuenta que por la crisis la gente fue "cambiando los hábitos de carga y de uso del vehículo". 

Según describe el playero, quienes tienen vehículos solían utilizarlo todos los días, pero ahora esa especie de lujo se acota a los fines de semana o a momentos de necesidad.  "Los que venían todos los días, por ahí vienen un viernes o un sábado", cuenta. 

"Ahora, mucha gente toma el transporte público porque la carga normal ya está entre 15 mil y 20 mil pesos para andar unos días y ya casi nadie llena el tanque. Entonces el vecino busca ahorrar unos mangos y divide las cargas porque de otra manera resulta imposible sacar el auto a la calle”, relató.

 

Esta disminución del arribo de vehículos a las estaciones de servicio ya se ve reflejado en porcentajes, según comenta Carrizo. “La frecuencia de los clientes ha bajado entre un 30 y un 40 por ciento a partir de los aumentos que hubo en estos últimos meses”, aseguró y añadió: “Los vecinos han recortado un montón el uso del auto y veremos que sucederá con los aumentos que van a venir". 

En el gobierno habían prometido un respiro hasta finales de abril. No será.