Luis Rubiales, ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), fue detenido este miércoles por la Guardia Civil local al aterrizar en Madrid, procedente de República Dominicana, como consecuencia de una investigación por un caso de corrupción durante su mandato en la entidad futbolística. Rubiales fue informado por la Policía a su regreso a España de que era sospechoso en una investigación por corrupción y se le pidió que declarara ante un tribunal local, según informó una fuente judicial. Tras esa formalidad, el exdirigente recuperó la libertad.

Mientras Rubiales se encontraba en el extranjero, un juez español ordenó el registro de oficinas y propiedades vinculadas a una investigación sobre presunta corrupción, administración desleal y blanqueo de capitales durante su mandato como presidente de la RFEF. Un juzgado de Madrid investiga desde junio de 2022 si Rubiales cometió un delito de administración desleal cuando la RFEF acordó con la empresa Kosmos, del exjugador del Barcelona Gerard Piqué, el traslado de la Supercopa de España a Arabia Saudita, en una operación valorada en 120 millones de euros.

El 20 de marzo, la Policía registró la sede de la RFEF en las afueras de Madrid y el departamento de Rubiales en la ciudad de Granada, en el sur de España, así como un estadio de fútbol en Sevilla. Hasta ahora fueron detenidas siete personas.

En una entrevista en la cadena La Sexta que se emitirá este miércoles, Rubiales negó haber aceptado sobornos y dijo que sus ganancias eran producto de su trabajo y sus ahorros, según el material promocional difundido por el canal de televisión. Rubiales también confirmó que la policía española había registrado el lunes su alojamiento temporal en la República Dominicana y le incautó su celular.

La prensa española pendiente de la declaración de Rubiales en Madrid. (EFE)

En septiembre, Rubiales renunció como presidente de la RFEF y un mes más tarde fue inhabilitado por la FIFA para toda actividad futbolística durante tres años por besar en los labios sin consentimiento a la jugadora Jenni Hermoso tras el triunfo de España en el Mundial femenino. Rubiales argumentó que fue un beso consentido y negó cualquier delito, pero los fiscales solicitan una pena de dos años y medio de prisión tras acusarlo de agresión sexual y coacción.