Desde Roma

El Dicasterio para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede difundió este lunes un documento sobre la “Dignidad infinita” o dignidad humana que dará mucho que hablar porque dice no a algunas medidas ya aprobadas e incorporadas a la legislación de algunos países del mundo como el aborto, la eutanasia y la maternidad subrogada o madres de alquiler

Pero también el Papa condena la pobreza, los feminicidios, las discriminaciones, las violencias contra migrantes y mujeres, la trata de seres humanos y las guerras. Y termina pidiendo a los católicos y al mundo el “respeto de la dignidad humana” que debe estar al centro del “bien común y de toda legislación”.

El documento fue difundido el mismo día que el Papa Francisco recibió en el Vaticano a algunas familias de personas secuestradas por los terroristas de Hamas en Israel.

El ministro del Exterior israelí Israel Katz, que ayer había difundido un comunicado agradeciendo al Papa “por responder a la petición de recibir a los familiares de los rehenes para darles fuerza y apoyar el regreso de los secuestrados”, por su parte fue recibido por el Secretario de Relaciones con los Estados de la Santa Sede, monseñor Paul Richard Gallagher.

La dignidad humana

Después de cinco años de trabajo, el documento detalló algunas “graves violaciones” de la dignidad humana, declarando además que “La Iglesia proclama la igual dignidad de todos los seres humanos, independientemente de sus condiciones de vida y de sus cualidades”. En este contexto incluyó a minusválidos y ancianos dependientes.

El texto hizo una lista de “algunas graves violaciones de la dignidad humana”, es decir de todo aquello que está “contra la vida, como los homicidios, el genocidio, el aborto, la eutanasia y el suicidio voluntario”. Pero también todo lo que viola la integridad de la persona humana como las “mutilaciones, las torturas sobre el cuerpo o la mente, las constricciones psicológicas”.

Fueron incluidos asimismo todas las condiciones que ofenden la dignidad humana como las encarcelaciones arbitrarias, las deportaciones, la esclavitud, la prostitución, el mercado de las mujeres y de los jóvenes, y también las vergonzosas condiciones de trabajo de los trabajadores que son tratados como “instrumentos de ganancia y no como personas libres y responsables”. También fue citada la pena de muerte que “viola la dignidad inalienable de toda persona humana más allá de cada circunstancia”.

La pobreza como gran injusticia

El texto habló del “drama de la pobreza” y la definió como “una de las más grandes injusticias del mundo contemporáneo”. Pero también hizo alusión a las guerras, caracterizándolas como una “tragedia que niega la dignidad humana”.

Sobre los migrantes, un tema al que Francisco ha dedicado siempre mucha atención, el documento destacó que la vida de esta gente corre siempre riesgo porque “no tienen medios para crear una familia, para trabajar y nutrirse”. Y sobre la trata de personas, por la que muchas veces están obligados a pasar los migrantes, que “esta asumiendo dimensiones trágicas”, es una “actividad innoble, una vergüenza para nuestra sociedad que se dice civilizada”, dijo el texto que no sólo pide luchar contra esto sino también contra el “comercio de órganos y tejidos humanos, la explotación sexual de niños y niñas, el trabajo esclavizado, incluida la prostitución, el tráfico de drogas y de armas, el terrorismo y el crimen internacional organizado”.

Abusos sexuales, aborto y maternidad subrogada

También fueron mencionados los abusos sexuales que “dejan profundas cicatrices en el corazón de quien los sufre”, la discriminación de las mujeres y las violencias sobre ellas y las condenas de los feminicidios.

Según el texto, “entre todos los delitos que el hombre puede cumplir contra la vida, el aborto es particularmente grave y despreciable”. El aborto está legalmente permitido en la mayor parte de los países europeos.

Y en cuanto a la maternidad subrogada, es decir, las mujeres que aceptan recibir el semen de un hombre para tener un hijo y cederlo a la pareja del hombre que no puede tenerlo, el texto dijo que un niño concebido así “se transforma en un objeto de intercambio por lo que es una práctica que lesiona gravemente la dignidad de la mujer y del niño”, dado que las madres de alquiler aceptan hacerlo muchas veces por razones económicas. La maternidad subrogada es legal en países como Reino Unido, Canadá, Estados Unidos y Australia, entre otros.

Dos puntos más incluidos en el texto serán objeto de discusión en varios países seguramente: la eutanasia y el suicidio asistido, que algunos definen “muerte digna”. El documento recuerda que “la vida es un derecho, no la muerte, la cual debe ser recibida, no provocada”. La eutanasia es legal en varios países de Europa como Holanda, Bélgica, España y Luxemburgo. Mientras el suicidio asistido, en el que se le dan los medicamentos para la muerte a la persona que quiere suicidarse, es legal en Alemania y Suiza, además de varios estados de Estados Unidos.

Teoría del género y violencia digital

Y por último abordó la “teoría del género” a la que considera “peligrosa porque cancela las diferencias entre hombres y mujeres intentando hacer a todos iguales”. La teoría del género “quiere negar la más grande diferencia entre los seres humanos: la diferencia sexual” y esto fue completamente rechazado por el documento vaticano.

No fue la misma actitud hacia los homosexuales hacia los cuales dijo que “debe ser evitada toda injusta discriminación y particularmente toda forma de agresión y de violencia”, recordando que en algunos lugares del mundo los homosexuales son encarcelados y torturados sólo por su orientación sexual.

Por último el texto condenó la “violencia digital” que se difunde a través de las redes sociales, como el “cyberbulismo”, la pornografía, la explotación de las personas con objetivo sexual, entre otras cosas.