Víctor Laplace se manifestó muy contento por AM750 de haber vuelto al teatro luego de un largo período sin subirse a los escenarios. Aseguró que, con un Gobierno que lo ha puesto “muy en guardia” y viendo cómo “el sadismo se ha exacerbado”, reconoce en las tablas como su “refugio más importante” junto con la familia.

Tras un breve análisis por la actualidad social y política del país, donde Laplace remarcó la necesidad de debatir a fondo el rol del Estado –tanto el neoliberal como el peronista–, afirmó que, en este contexto, el teatro es, como decía Vittorio Gassman, “un moribundo crónico que no va a morir nunca”. Y, actualizando la metáfora, afirmó: “No hay Inteligencia Artificial que lo pueda partir”.

No es menor si se entiende este espacio como él lo hace, como un espacio donde poder refugiarse. Es que el contexto que describió, lejos está de ser el deseado: “Estamos un poco, no sin rumbo, pero sí en un bancarse el cachetazo. Hay que pensar este Estado que está haciendo estragos en un 50 por ciento de la población”.

“En el medio, vamos a remar como podamos para establecer con la mayor claridad los objetos centrales del objetivo del pueblo. Porque solo el pueblo salvará al pueblo. Pero creo también que el sadismo se ha exacerbado. Creo que una parte cree que el resto debe morir para vivir mejor. Piensan como en el Coliseo Romano. Eso es complicado”, añadió.

En tanto, brevemente, sobre la obra que está haciendo junto a Gastón Ricaud, El sentido de las cosas, comentó que se trata de una “comedia popular pero con un toque erudito”.

“La obra tiene algo muy hermoso. Es un viejo poeta y un joven inexperto. Pero los dos están en la búsqueda de lo esencial. La gente siente el río. Siente cómo estos dos hombres aguantan la crecida del río exuberante. Todo eso es muy hermoso de hacer. Yo estoy muy feliz. He vuelto al teatro, que hace mucho que no hacía”, finalizó.

El sentido de las cosas puede verse los domingos a las 19.30, en el Centro Cultural de la Cooperación.