El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, enumeró los principales aspectos de la reforma tributaria –que incluye cambios en el IVA, renta financiera, contribuciones patronales-- y confirmó que no habrá cambios en el impuesto a las ganancias de las personas físicas.

El Gobierno de Cambiemos comenzó a mostrar los principales ejes del modelo que intentará aplicar en la economía argentina. Hoy fue el turno del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, quien se encargó de enumerar los principales ejes de la reforma tributaria que comenzará a debatirse en el Congreso, estimó el funcionario, dentro de dos semanas. 

Con el impuesto a las ganancias de los trabajadores fuera de discusión, a pesar de que fue uno de los ejes de la campaña presidencial de Mauricio Macri en 2015, Dujovne mostró parte del proyecto con que el Ejecutivo pretende “normalizar” la cuestión tributaria y tender un “camino gradual de cinco años para la baja de impuestos”, explicó el ministro.

En esa senda, hubo buenas y no tan buenas noticias para el sector privado, tanto productivo como financiero, dos de los que sustentan políticamente al Gobierno. Dujovne anunció que habrá una reducción en un plazo de cuatro años de la alícuota del impuesto a las ganancias de 35 a 25 por ciento para ganancias que no se distribuyan, es decir, que se reinviertan en el circuito productivo. También habrá un régimen de devolución acelerada de saldos de IVA para inversiones de largo plazo que “subsane la distorsión que actualmente genera el impuesto”.

A pedido de las Pyme, habrá una implementación gradual (en cinco años) de un Mínimo no Imponible (MNI) para contribuciones patronales, con el cual los primeros $12.000 de remuneración bruta no pagarían estas contribuciones. 

Hasta aquí las buenas nuevas para el sector privado. Dujovne indicó que se gravará “la mayor parte de las rentas financieras actualmente exentas, con tasas del 15 por ciento para las colocaciones en UVA/CER/moneda extranjera y 5 por ciento para las colocaciones en pesos, con un mínimo no imponible para preservar a los pequeños ahorristas, aunque no especificó cuál será ese mínimo.

En otro plano, se eliminará el impuesto a la transferencia de inmuebles (ITI) y se introducirá un impuesto a la ganancia de capital realizada con la venta de un segundo hogar (no casa propia), cuya alícuota será del 15 por ciento. 

Dujovne consideró como “distorsivos” los impuestos que gravan productos electrónicos. “Hace tiempo dejaron de ser artículos de lujo y se utilizan en casi todas las actividades productivas, hacen a la competitividad”, consideró, al anunciar la eliminación de todos los impuestos internos en ese rubro. También habrá una reducción de los impuestos para los vehículos de gama media, aunque aumentarán para los de alta gama, aeronaves y embarcaciones.

Además habrá incrementos de impuestos en “productos perjudiciales para la salud”, como las bebidas alcohólicas y bebidas con azúcar agregado.

Por último, Dujovne anunció una modificación del impuesto a los combustibles para que el precio dependa de la cantidad de dióxido de carbono emitido. El impuesto afectará al principio a combustibles líquidos y de 2020 en adelante se aplicará también sobre gas natural, GLP y carbón.

El ministro de Hacienda aseguró que el impacto fiscal de la reforma impositiva tendrá un costo equivalente a 1,5 por ciento del PIB a partir del quinto año de su aplicación, pero en realidad su efecto será "neutro" ya que será compensado por el crecimiento económico.