El Ejército israelí anunció este domingo que está convocando a aproximadamente dos brigadas de reservistas para actividades operativas en la Franja de Gaza, mientras que la cifra de palestinos muertos por los bombardeos subieron a más de 33.700 y a más de 76.300 los heridos.

En un comunicado, las Fuerzas de Defensa de Israel dijeron que la incorporación de los reservistas al frente en Gaza permitirá mantener "el esfuerzo continuo y la disposición para defender al Estado de Israel y la seguridad de los civiles". La decisión se produjo un día después del ataque iraní con drones y misiles sobre Israel y de que el ejército israelí retirase casi todas sus tropas del sur de Gaza para preparar, pese a la presión internacional, la anunciada invasión de la zona de Rafah, refugio de más de la mitad de los gazatíes desplazados por la guerra.

Israel afirmó que Hamas retiene en esa ciudad a rehenes, secuestrados desde el ataque terrorista del 7 de octubre. "También tenemos rehenes en Rafah y haremos cuanto esté a nuestro alcance para traerlos de vuelta", declaró el portavoz del ejército, Daniel Hagari. Según las autoridades israelíes, el grupo islamista secuestró a 250 personas, de los cuales 129 continúan en el enclave, incluidos 34 que se cree que murieron.

Palestinos de Gaza, escépticos

Walid al Kurdi, hombre refugiado en Rafah, afirmó a la agencia de noticias AFP que teme que las tensiones entre Israel e Irán desvíen la atención de la situación humanitaria en la Franja de Gaza, asediada y bombardeada sin cesar por Israel desde hace más de seis meses. "La respuesta de Irán a Israel realmente no nos preocupa. Lo que nos importa es volver a nuestros hogares", subrayó, en un contexto de estancamiento de las negociaciones entre Israel y Hamas con vistas a una tregua, además de niños que sufren desnutrición en niveles nunca vistos, según informes de organismos humanitarios.

Al Kurdi se mostró escéptico y consideró que las tensiones israelo-iraníes pueden ser una posible maniobra. "Esperaremos las próximas 48 horas para ver si los sionistas responden a Irán o si se burlan de nosotros y quieren desviar la atención de Rafah", añadió.

Entre los puestos improvisados en las abarrotadas calles de Rafah, Ahmed Abu Awdeh, otro desplazado, espera que Irán presione a Israel para que detenga la guerra en Gaza. "Si la guerra se detiene por medio de Irán, eso es lo que queremos. Si no, que (los israelíes) golpeen no solo a Irán, sino también a Siria, Jordania y todos los países árabes", agregó en tono desesperado, reprochando implícitamente a los países árabes por no esforzarse en frenar el conflicto bélico en el territorio palestino.

Cerca de allí, Mohamed Sobhi explicó que no entendía porqué los proyectiles disparados por Irán no alcanzaron su objetivo. "No podemos creer tal cosa. Un dron que tarda siete horas en llegar a Israel, no es lógico", dijo, a pesar de que Israel aseguró que frustró el ataque iraní al interceptar el 99% de los disparos efectuados contra su territorio.

Desplazados muertos

Mientras tanto, al menos cinco palestinos murieron en ataques ejecutados por el Ejército israelí contra columnas de desplazados que intentaban regresar a sus hogares en el norte de la Franja. Fuentes locales citadas por la agencia palestina de noticias WAFA confirmaron el balance de víctimas y afirmaron que las tropas israelíes dispararon con armas cortas y artillería, además de lanzar gases lacrimógenos contra los grupos de desplazados que intentaban trasladarse. También precisaron que sólo unas pocas personas lograron cruzar hacia el norte del enclave.

Testigos citados por la agencia palestina Maan aseguraron que militares israelíes estaban asegurando a los participantes en la marcha que todas las mujeres, niños menores de 14 años y hombres de más de 50 años podrían regresar libremente a sus hogares en el norte de Gaza, pero el Ejército israelí desmintió esas informaciones. "El Ejército israelí no permitirá el retorno de los residentes del norte de Gaza, ni desde el eje de la carretera de Saladino ni por la carretera costera de Rashid. Es una zona de conflicto y su retorno allí es imposible", indicó un comunicado castrense.

Según el último balance del Ministerio de Sanidad gazatí, la cifra total de muertos ascendió a 33.729 --la mayoría mujeres y niños-- y a 76.371 los heridos. Así apuntó que numerosas víctimas siguen bajo los escombros y tiradas en las carreteras y añadió que las ambulancias y el personal de Defensa Civil no pueden llegar a ellas, por lo que la cantidad de muertos podría ser más elevada, especialmente teniendo en cuenta que las autoridades gazatíes cifran en unos 7.000 los desaparecidos.

Según fuentes palestinas, cazas israelíes bombardearon residencias, por cuarto día consecutivo, en el campamento de refugiados de Nuseirat, en el de Maghazi y en la ciudad de Al Zahraa, centro del enclave, provocando la muerte de al menos 10 civiles y una veintena de heridos.

"Buques de guerra israelíes lanzaron proyectiles contra viviendas civiles al oeste de las ciudades de Deir al Balah y Jan Yunis, lo que provocó la destrucción de propiedades e infraestructura" y heridos, informó WAFA. También se reportaron ataques contra viviendas en la devastada ciudad de Gaza, en los barrios de Zaytun, Tal Al Hawa y Sheikh Ajleen "que provocaron diversos grados de lesiones entre los civiles", de acuerdo con la misma fuente.

Lejos de la tregua

En cuanto a las conversaciones entre las partes del conflicto, la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acusó a Hamas de intentar aprovechar la tensión con Irán para escalar la situación. Esto se dio luego de que el grupo islamista informara el sábado a los intermediarios de Egipto y Qatar, quienes llevan meses trabajando para lograr una tregua en la guerra de Gaza, su rechazo a la última propuesta recibida el lunes pasado.

"En Hamas reafirmamos nuestra adhesión a nuestras demandas y a las demandas nacionales de nuestro pueblo", remarcó el grupo en un comunicado, en el que volvió a reiterar sus cuatro requisitos para un acuerdo: un alto el fuego permanente, la retirada del Ejército israelí de todo el enclave, el regreso de los desplazados del norte, y una mayor entrada de ayuda humanitaria y el inicio de la reconstrucción. "También confirmamos nuestra disposición para cerrar un acuerdo mediante un intercambio serio y real de prisioneros entre las dos partes", sostuvo.

Según filtraciones a los medios israelíes y fuentes cercanas a las negociaciones en El Cairo contactadas por la agencia de noticias EFE, el último acuerdo sobre la mesa incluía seis semanas de alto al fuego, y un primer canje de 40 rehenes por unos 900 presos palestinos; un centenar de ellos con largas condenas.

Hamas indicó el jueves no ser capaz, sin una pausa en los combates, de recabar más información sobre el paradero de los 129 rehenes que siguen cautivos, ya que algunos están en manos de otras facciones o ya bajo los escombros. El jefe de relaciones políticas e internacionales del buró político de Hamas, Basem Naim, advirtió de la necesidad de una tregua "para tener suficiente tiempo y seguridad" para recabar datos definitivos sobre las personas capturadas; muchas de los cuales ya estarían muertas tras 190 día de bombardeos en el enclave.