“Todo está muy ligado a los intereses que tiene la macroeconomía. Aprieta, suelta. Ahora prueba aborto, después lo quita. Nada se conquista para toda la vida. ¿Quién podría decir que en Estados Unidos se revirtiera el derecho al aborto? Se revierte. Y entonces, quién pudiera decir que la ley del aborto de Argentina que fue tan Inspiradora para la región, por la movida, por la cantidad de mujeres jóvenes que la lucharon, por tiempo acumulado de lucha, porque no fue de un año, fue un acumulado de lucha. Cómo se entiende que después de que costó tanto conquistarla, pudiera ponerse en discusión por un precedente que tampoco tiene una historia ni tan siquiera similar. Es una trayectoria política lo que esa conquista significa. Y viene una persona que se auto titula liberal y dice, esto no me gusta, la gente tiene que parir lo que sea. Es una incongruencia total y tú dices ¿Pero es posible esto? Yo no creo que no creo que se revierta, pero se afecta en términos de financiamiento, en términos de posibilidades reales de ejercer la ley, porque bajan los presupuestos y listo. Entonces, más allá de que no puedan revertir la ley, puede impedir su disfrute, que es para lo que se hace”.

Guadalupe Pérez habla, fuma, sonríe casi siempre y dice que el mar de Mar del Plata es hermoso, pero el viento es helado. Llegó aquí a la Asamblea Mundial por la Salud de los Pueblos, que reunió gente de todo el mundo a un debate que ya en su quinta versión, es permanente y donde como no podía ser de otra manera, estuvieron presentes personalidades del feminismo mundial.

La salud, el hambre, los derechos, todo aquello por lo que tantas mujeres pelearon hace ya más de un siglo y que “La Lupe” amalgama, sintetiza con la autoridad de quien milita el feminismo con todas sus complejidades desde aquella vez cuando a sus siete años le ganó la discusión a su madre y dejó su casa de La Habana, marchándose a seguir la escuela, a estudiar para ser docente, a Minas de Frio, en la Sierra Maestra “allí, donde el Ché tenía su comandancia en el Ejército Rebelde”.

La Lupe mira lejos, toma un trago de café negrísimo y va desgranando:” el concepto de cuerpo y territorio es un concepto que heredó el feminismo latinoamericano del movimiento indígena, sobre todo el movimiento indígena centroamericano y también de Chiapas. Es un concepto muy de ellas, de las mujeres que tomaron eso de cuerpo con territorio. Me acuerdo, territorio y cuerpo, cuerpo y territorio. Tiene que ver con un movimiento indígena de mujeres. Y es un concepto que ni tan siquiera se enuncia desde el paraguas feminista, se enunciaba desde el movimiento indígena. Eso tiene un significado tremendo porque tiene que ver con el cuidado de la vida integral, de todas las formas de subsistencia, mi cuerpo y mi territorio en mi terreno y es extender el vínculo de una con su espacio. Es algo enorme y potente, físico”.

A los setenta años de su edad, La Lupe continúa con su tarea de educar, organizar, preparar grupos de mujeres en los mas diversos temas. Se la puede ver entrando a lomo de mula al territorio indígena de Puquió, en Bolivia, o en algún pueblo perdido en el Chaco paraguayo, o en algún lugar inhóspito de Argentina, Colombia, Panamá o, como dice ella, en “nuestra verdadera madre patria” Kenia, en África.

“Bueno, el feminismo argentino como el feminismo del continente tiene la suerte de tener el feminismo popular. El feminismo siempre he sido una corriente política. Más de él y no de ese feminismo eurocéntrico anglosajón. Es lo lindo que tiene el feminismo latinoamericano. Es un feminismo popular que ha ido avanzando muchísimo en el concepto de la descolonización, la interseccionalidad como concepto, de mezclar todas las opresiones. De Argentina a nosotras nos llegan muchas acciones de comunicación y muchas acciones de educación que hacen muchachas muy jóvenes, porque utilizan la radio para educar, para poner su agenda, para debatir, para abrir el debate.

Después hay un feminismo, siempre, que nosotros le decimos de escritorio. Tiene un valor porque teoriza y tal, pero tampoco se involucra mucho y tampoco comprende muy bien. O si, las comprende desde sus privilegios de clase de color de la piel, de estatus y tal. Entonces ahí imagino que hay otra necesidad y luego entran otros temas en ese feminismo que tienen que ver con la mirada al ombligo, de que no entran hombres a las marchas o no entran las diversidades…”.

A esta hora de esta tarde de lluvia se imponen decenas de anécdotas. Las de llorar, las de reírse, las de la creencia y aún las que dejan desesperanza. Sentimiento que tuvo pero al que nunca se rindió “es que, a ver, nosotras también debemos reconocer las condiciones de opresión de los trabajadores, de los desempleados, de los campesinos, de los indígenas. La mirada debe ser más allá. Se dice que no se puede ser feminista de derecha, y concuerdo con eso, es una anomalía, pero hay actitudes que aunque no tengan etiquetas ni seas tan de derecha, son de derecha. Cuando tú haces un esencialismo de las mujeres, te quedas ahí solo en una sola forma de opresión, es una mirada por lo menos, miope. Para mí el feminismo que no corresponde a la región, que no ayuda, que no contribuye a los movimientos antisistema, no pues, porque lo que pasa es un producto de la presión capitalista. De poder y de privilegio. Y eso engloba todo”.

Entre hoteles y montes varios vive Guadalupe y ahora mira el cielo que no escampa y entonces, claro “tu no sabes lo bello que es dormir cuando llueve, bajo un techo de palma amarga, sin paredes y apenas un capote. Cuando estas ahí te acuerdas hasta de la madre que los parió a todos y aún así ¡no dejas de reírte!” y la risa carrera se ayuda encendiendo otro tabaco negro y de nuevo suspira y desgrana:” mira, esas reuniones en hoteles y esas convenciones son importantes porque es a donde vamos a decirles cómo es el mundo ahí afuera y muchas veces también decirles que aquel maravilloso documento acordado, no se cumple. Esa también fue tarea que cumplimos en Mar del Plata. Entonces hay que estar también ahí. Pero a esta vieja, a mí, a mí, a mí, déjame andando de pueblo en pueblo. Yo soy del territorio”.