Central jugará ocho partidos en un mes y allí se define gran parte de su segundo semestre. Porque se apunta a jugar los octavos de final de Copa Libertadores y se necesita un buen arranque en Liga Profesional. Además Barracas Central quiere jugar con el canaya por Copa Argentina el mes que viene y los directivos auriazules gestionan pasar el partido a junio para no sumar otro compromiso a su saturado calendario de mayo. La intensa agenda de competencia comienza el martes que viene frente a Atlético Mineiro por Copa Libertadores.

El futuro de Central se definirá en los próximos 30 días, donde el equipo deberá hacer frente a tres partidos de Copa Libertadores y a las primera cinco fecha de Liga Profesional, la nueva temporada del fútbol argentino que iniciará el viernes 12 de mayo. A esta agenda se le puede sumar el partido de 16avos de final de Copa Argentina ante Barracas Central en la segunda quincena de mayo. Es que Barracas pidió a la organización del torneo disputar el compromiso con los canayas el mes que viene debido a que encontrará a Central con una carga de partidos que sin dudas lo beneficiará. El equipo que dirige Alejandro Orfila pidió jugar el miércoles 22 su partido con los canayas pero la dirigencia auriazul planteó jugar en junio, antes del receso de invierno por la disputa de la Copa América en Estados Unidos.

El inicio del calendario para Central será el martes ante Atlético Mineiro en el Gigante de Arroyito a puertas cerradas. Central necesita ganar para seguir en la pelea por la clasificación. Porque clasificar a los octavos de final de la Libertadores tiene como premio 1.250 mil dólares. En cambio si Central queda tercero en el Grupo G pasará a jugar los octavos de final de la Sudamericana donde hay de premio 600 mil dólares.

Ayer el plantel retomó los entrenamientos pensando en el juego del martes. Miguel Russo prueba la vuelta de Maximiliano Lovera, de baja en los últimos encuentros por lesión. La situación del delantero es singular. Porque si bien es titular para el entrenador, no logra continuidad a causa de las lesiones que sufre y tiene contrato hasta junio con en el club. Para que el delantero permanezca en Arroyito el club debe comprar el pase, valuado en 800 mil dólares.

Por lo pronto Russo ya adelantó que quiere un delantero para el semestre que viene y la dirigencia ya inició negociaciones. Abel Hernández tiene para cinco meses de rehabilitación y se buscará rescindir su contrato. Y si bien es probable que Marco Ruben decida volver a jugar para sumarse al plantel canaya para Russo su llegada no resuelve los problemas que tiene el equipo en ataque.