“Milstein hizo el desarrollo de los anticuerpos monoclonales y no se llevó nada, salvo el Nobel. A un gobierno como el que tenemos le hubiera parecido un gasto improductivo, aunque los anticuerpos monoclonales hoy tengan miles de aplicaciones. Así es el desarrollo de la ciencia”, dice Andrea Randi. Son las seis de la tarde y acaba de llegar frente al Congreso acompañada por otros dos investigadores del Conicet: Claudia Cocca, que también da clases en la Facultad de Farmacia y Bioquímica, y Ramón Bernabeu, biólogo. Por un rato, las cuestiones de laboratorio pasarán a segundo plano y lo principal será entonar cantitos contra la Ley Bases o putear a los diputados. La protesta contra la aprobación de este proyecto reúne a los tres investigadores con manifestantes diversos, ya que en la plaza hay un poco de todo: jubiladas y jubilados, trabajadores de empresas públicas (muchos tercerizados), de hospitales (se verá que también con empleos de segunda), de la cultura (cineastas, músicos), de comedores populares, estudiantes universitarios. Cada uno con sus motivos para oponerse a la sanción de la Ley Bases, motivos que son diversos pero que podrían resumirse en esta idea: tienen vidas precarizadas y la aprobación de esta ley los precarizará más.

¿Por qué?

En la plaza hay muchas respuestas. Por empezar, el proyecto de ley elimina la posibilidad de jubilarse con una moratoria, una medida que afecta mayoritariamente a las mujeres. Quienes a los 60 años no lleguen a reunir 30 de aportes -en Argentina están esta situación el 90 % de las mujeres-, deberán esperar a cumplir 65 años para tramitar una pensión (PUAM), que tiene un monto un 20 por ciento menor que la jubilación mínima.

Las que no se van a poder jubilar

Eloísa Rivarola entra en esta categoría inmediata y amarga: es enfermera, trabaja en el Hospital Gandufo, tiene 68 años, aún no pudo jubilarse pero estaba juntando años de aporte; con la Ley Bases le será imposible. “Empecé tarde a trabajar en relación de dependencia”, explica. “Fui becaria del 2007 a 2011, después conseguí entrar a planta transitoria como trabajadora del estado, antes había estado en otros hospitales, como el Ferroviario y el Sanatorio Trinidad, para una empresa tercerizada. No junto los 30 años”. Eloísa sabe que, de aprobarse la ley Bases, no va a poder jubilarse y le quedará como única posibilidad la PUAM, una jubilación de segunda.

Los derechos laborales

Marcelo Levicoy es músico: bajista. Habla de la reforma laboral, que incluida en el proyecto con el engañoso título de “modernización” tendrá un efecto que el entrevistado resume así: “nos manda al tacho”.

Lo argumenta: La ley crea la figura del "trabajador independiente" que podrá contar con hasta cinco “colaboradores” para llevar adelante un “emprendimiento productivo”, sin que exista vínculo de dependencia entre ellos ni con las personas contratantes. “Hoy nuestro empleador es, por ejemplo, el dueño del lugar donde tocamos. Con esta ley, los cinco músicos de una banda vamos a pasar a ser colaboradores, y el dueño el ‘trabajador independiente’. Chau los derechos del convenio colectivo”.

“Hoy los músicos trabajamos bajo convenio del Sindicato Argentino de Música; pensemos que en las casas de tango, que ganan mucho y en dólares, los que tocan son quintetos o sextetos, las bandas como Ataque 77 o Divididos son SRL con empleados, sus músicos trabajan bajo convenio, con cobertura de salud y seguro de riesgos de trabajo, en todas las obras de teatro los músicos trabajan bajo convenio colectivo, si trabajamos para televisión también porque el criterio es que el músico trabaja en relación de dependencia siempre y cuando no se autoproduzca. Con esto nos empujan al monotributismo”.

Otros cambios introducidos por la reforma laboral :

* Elimina las multas a los empleadores por trabajo no registrado.

* El período de prueba para los trabajadores pasará de tres meses a seis (según el tamaño de la empresa, podrá extenderse hasta un año).

* El régimen de indemnizaciones por despidos podrá ser reemplazado por un fondo de cese laboral, a la manera del que ya se usa para los trabajadores de la construcción.

La privatización de empresas

Pasamos a la privatización de empresas públicas. Un caso es Aerolíneas Argentinas, Marcelo Pérez y Ariel Cuzzardo -36 y 37 años- estaban en la marcha como tercerizados de la empresa. Hacían tareas de seguridad para la firma GPS, los despidieron el 10 de abril aunque tenían 14 años de antigüedad, están reclamando por su reincorporación. “Pasamos de ser esenciales a ser descartables”, dicen sobre el efecto del gobierno de Milei. La sanción de la Ley Bases los perjudicará de manera indirecta: si AA es privatizada, si deja de cubrir rutas aéreas consideradas “poco productivas”, habrá más despidos y se alejará la chance de recuperar sus puestos. Hasta hace un mes tenían ingresos por 800 mil pesos.

Si bien muchas empresas del estado o con participación estatal fueron sacadas del listado de privatizaciones en el acuerdo de La Libertad Avanza con la llamada oposición amigable -entre ellas el Banco Nación, donde sus trabajadores hicieron una enorme campaña en su defensa-, aún quedaron a tiro de privatización AYSA, Energía Argentina, Radio y Televisión Argentina, Intercargo, Correo Argentino, el Belgrano Cargas, Ferrocarriles Argentinos, Corredores Viales, Nucleoléctrica, Yacimientos Carboníferos Río Turbio.

Los más pobres, sin monotributo social

Belén D trabaja en una empresa de pedidos por plataforma (tipo Rappi o Pedidos Ya). “Incluso a nosotros, que tenemos los trabajos más precarizados, el cambio del marco regulatorio (la reforma laboral) nos perjudica, en el sentido de que nos pone más lejos la recuperación de derechos. Perdemos también si se elimina el monotributo social, porque muchos compañeros con bajos ingresos están en esa categoría”.

Lo mismo le sucederá a las trabajadoras del Potenciar Trabajo (otra vez muchas mujeres, cocineras de los comedores populares y cooperativistas) que a través del monotributo social accedían a una obra social. Ya tenían poco, con servicios difícilmente construidos, que ahora pasarán a ser menos.

Científicos e investigadores, en riesgo

La comunidad científica fue a la plaza del Congreso porque el Sistema de Ciencia y Tecnología, con lo que propone la ley, queda en peligro de ser reducido al mínimo.

El proyecto le delega facultades a Milei para achicar todo el Sistema de Ciencia y Tecnología. Más allá de que los diputados del radicalismo pusieron al Conicet entre los exceptuados de un cierre, el texto llevado a votación igualmente le delega al presidente la posibilidad de cambiar sus funciones y reducir su plantel. Por eso, los investigadores se convocaron en la puerta de los Institutos a las cinco de la tarde, desde donde marcharon al Congreso. Entre ellos estaban Andrea Randi, Claudia Cocca y Ramón Bernabeu, investigadores del Conicet.

“Los investigadores estamos muy vinculados a la universidad, que con la histórica marcha de la semana pasada consiguió hacer visible su importancia; la del Conicet, sin embargo, es más difícil de ser captada por la sociedad, digamos que pocos entienden para qué sirve. El Conicet es la generación de nuevos conocimientos”, apuntó Randi.

En la marcha también había técnicos del organismo como Gabriel Bobett, 46 años, que estudió sociología y en el Conicet trabaja en el área de tecnologías para la producción rural. “Lo más preocupante es la delegación de facultades para modificar las funciones de un organismo del estado o intervenirlo. Porque con esa herramienta, aunque no haya un cierre, puede haber un vaciamiento”.

Esta vez no hubo represión policial, como sí ocurrió en el verano, cuando el Congreso trató el precedente de la Ley Ómnibus y que La Libertad Avanza debió retirar, sin reunir los votos necesarios para aprobarla. Ahora el número fue reunido, con la asistencia de la oposición que algunos llaman amigable (PRO, votos de radicales, votos de Hacemos Coalición Federal); el gobierno consideró innecesario ensuciar su logro con gases lacrimógenos y palazos a los manifestantes. La provocación policial estuvo ausente, como si de golpe los efectivos se hubieran civilizado.

La gente que se reunió frente al Congreso mientras los diputados sesionaban estaban, en su mayor parte, vinculados a alguna organización, gremial, sindical o política. Algunas de las presentes: el Frente de Izquierda, que fue de los primeros en plantarse en la plazoleta de la Avenida Entre Ríos y Rivadavia. El Plenario de Trabajadores Jubilados, que puso una carpa. El Frente Patria Grande, de Juan Grabois y militantes de Unidos y Organizados.

También estuvo el colectivo Ni Una Menos. Para Luci Cavallero, integrante de ese espacio, la ley Bases no sólo provocará daños, sino agravios. En un sentido simbólico, la consideró “peor que el primer proyecto de ley ómnibus”, rechazado en febrero. ¿Por qué? “Porque desconoce a una movilización social que ha sido creciente. Desconoce que el descontento social se viene expresando en las calles, como si los ciudadanos no importáramos”.