La producción de la infusión nacional por excelencia está en riesgo. La importación de alimentos que puso en marcha el gobierno de Javier Milei con el único objetivo de mostrar una baja de la inflación en el corto plazo hace peligrar a los productores de yerba mate, y los pequeños y medianos jugadores de un mercado clave alertan que podrían ir a la quiebra por la competencia desleal y el desembarco de marcas de Brasil y Paraguay, donde existen grandes beneficios fiscales y menores costos. Además, al impacto por la apertura de importaciones se le suma la violenta caída de las ventas.

Cristian Klingbeil, productor yerbatero y tealero de Guaraní, un pueblo a 8 kilómetros de Oberá, en la provincia de Misiones, describió con crudeza el panorama. "Es un garrotazo", resumió en declaraciones a La Mañana de Víctor Hugo, por la 750. Allí además denunció que el gobierno los expone a competir en una situación desleal y reclamó medidas para paliar la crisis del rubro, ya golpeado por la caída de las ventas que han registrado en los últimos meses.

Acá hay un negocio extraordinario para unos pocos. Con una consecuencia terrible para miles de familias que vivimos de la yerba mate. Más de 10 mil pequeños productores y todos sus obreros”, explicó. Es que la medida de abril las importaciones está acompañada de una decisión de facilitarla desde lo impositivo hasta lo financiero. “Porque le dan los dólares y a los 30 días tiene que llevar los pesos, a nosotros nos pegó un garrotazo”, señaló.

En paralelo, el productor argentino tuvo una escalada inédita en sus costos y todas las negativas del Gobierno. “Estamos con costos muy altos. Terminamos en noviembre del año pasado con 400 pesos por litro de gasoil y hoy estamos arriba de 1.100 pesos. No hay manera de aguantar en esta situación”, describió.

La competencia con los otros países productores, como Brasil y Paraguay, se vuelve un camino imposible. “Somos 400 pesos más caros que la yerba de Brasil o Paraguay, ya sea por la cuestión impositiva como los costos de logística y los beneficio impositivos que le dio el Gobierno. No nos permite ser competitivos. Estamos perdiendo de local y por goleada”, dijo.

En este contexto no se vuelven inocentes los constantes ataques del Gobierno al Instituto Nacional de la Yerba Mate: “Nosotros en enero estábamos en un valor por kilo de hoja verde de 240 pesos. Empezó a subir, llegamos a 370 pesos y ahora ya están pagando a 330 pesos. Esto cuando tendríamos al Instituto nunca sucedió”.

Por eso Klingbeil señaló que si “quieren abrir el mercado, que lo abran", aunque reclamó que permitan la competencia en las mismas condiciones. "Si me ponés en las mismas condiciones en lo impositivo y me bajás los costos energéticos --porque se disparó de una manera descomunal-- podemos competir”.

Finalmente, señaló quiénes están detrás de ese puñado de beneficiados con esta medida: “Este es un negocio para los nuevos aliados del Gobierno nacional. El sector de Ramón Puerta. Esos que han destruido el anterior sistema de Yerba Mate. Y después las empresas de mayor volumen de comercialización de yerba del país. Están haciendo un dineral extraordinario. Nos mata a nosotros”.