Los extraños: Capítulo 1 4 puntos 

The Strangers. Chapter 1, Estados Unidos, 2024 

Dirección: Renny Harling 

Guion: Alan R. Cohen, Alan Freedland y Bryan Bertino 

Duración: 91 minutos 

Intérpretes: Madelaine Petsch, Tyan Brow, Matus Lajcak, Olivia Kreutzova, Letizia Fabbri, Froy Gutiérrez, Ben Cartwright. 

Estreno: Disponible en salas.

¡Ay, las fórmulas!, tan útiles para la física o las matemáticas, donde el orden de los factores no altera el producto. En cambio, en el cine pueden funcionar justamente cuando se las utiliza para sorprender, yendo en contra de las convenciones que establecen. Porque cuando se las respeta de forma reverencial, como si se tratara de escrituras sagradas, el resultado es la rutina, el aburrimiento e incluso la indignación o la furia. El estreno de Los extraños: Capítulo 1 resulta un ejemplo claro de todo eso, en tanto su propuesta confirma la voluntad de seguir una línea previa, con la decisión de nunca apartarse de ella ni siquiera para ver si el espectador sigue ahí.

Se trata de la tercera entrega de una saga que, en un claro gesto de narcisismo, se fue construyendo como una imitación inmutable de sí misma. Su primera entrega, escrita y dirigida por Bryan Bertino, tuvo lugar en 2008 y estaba protagonizada por Liv Tayler y Scott Speedman. Aunque el argumento era básico y de manual, la experiencia resultaba intensa a partir de la habilidad del director para disponer los elementos de la trama sobre la acción. Ahí, una pareja de ciudad llegaba hasta un pueblito rural, para pasar unos días en una cabaña en medio del bosque. Pero el escenario idílico se convertía en pesadilla cuando tres asesinos enmascarados comenzaban a acosarlos sin ningún motivo.

Diez años después se estrenó Los extraños: cacería nocturna. Aunque ahí el lugar de víctima ya no lo ocupaba una pareja sino una familia tipo, el resto de la historia se desarrollaba siguiendo la misma, exacta estructura. Así llegamos hasta 2024, donde este, que vaya a saber por qué es el Capítulo 1, regresa al casillero de largada. Nuevamente una pareja de chicos de la ciudad, la misma cabaña, los mismos tres enmascarados, idéntico acoso. El juego de espejos se mantiene hasta el final. Lo único que cambia acá es que el pueblito no era el destino de los protagonistas, sino un mero accidente en su viaje.

Ese encandilamiento con la propuesta original está justificado por una idea expresada en el título, cuya ambigüedad nunca se aclara y resulta poderosa. Se trata de la incógnita respecto de quiénes son los extraños en estas historias: ¿serán los tres enmascarados representantes de la barbarie o esos “extranjeros” llegados desde la civilización, que aciertan a meterse en el corazón de las tinieblas rurales? Una dualidad que funciona como espejo sociopolítico de un país dividido como Estados Unidos, donde la tensión económica y cultural entre las costas urbanas y progresistas, y el centro conservador es cada vez más abierta. Por desgracia, esa idea lleva tres películas atascada en lo más obvio de su superficie, sin aportar más que su propio vaciamiento.