Mauricio Macri tuvo su primera reunión como presidente del PRO con gobernadores e intendentes PRO luego de su asunción. En el encuentro, planteó que se viene un nuevo PRO, que retome la lógica más verticalista con él en la cima y termine con las guerritas civiles de 2023. También marcó serios límites al proyecto de fusionar el PRO con La Libertad Avanza que propone Patricia Bullrich, aunque no descartó una alianza electoral. Pese a que forma parte de la conducción, el expresidente no invitó a Damián Arabia, lugarteniente de Bullrich, al encuentro. Tras la reunión, el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, fue claro sobre lo que piensan los mandatarios sobre la fusión: "Si el PRO se fusiona con LLA, me voy”. No fue casual que fuera después del encuentro con Macri.

El encuentro fue en las oficinas de Macri en Vicente López, con él jugando de local y eligiendo a los invitados de entre sus incondicionales. Estuvieron los tres gobernadores del PRO: Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Torres (Chubut) y el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri. Además, asistieron la intendenta de Vicente López, Soledad Martínez y el de Mar del Plata, Guillermo Montenegro.

Macri exigió puntualidad. La reunión duró una hora y media y tuvo a Martínez como única vocera a la salida. "Todo muy Mauricio", indicaron. Fue casi como si Marcos Peña estuviera de vuelta.

El expresidente, que asumió la semana pasada sin demasiados bombos y petates, les planteó que hay que ordenar el PRO. Esto, según entiende el presidente del PRO, implica volver a un esquema más verticalista. "No podemos seguir como el año pasado, con Vidal por un lado, Bullrich por otro, Santilli con vía libre, y Larreta haciendo internas", dijo —palabras más, palabras menos—. Lo mejor para el partido es que haya una conducción única, una única cabeza —que será Macri— y luego el resto del equipo.

Claro que una cosa es decirlo y otra cosa es que ocurra. Desde que terminó su presidencia en adelante, menos dirigentes lo reconocen como el líder único del espacio. Bullrich claramente ya no lo hace. Diego Santilli se muestra más cerca de Milei que su hermana. Horacio Rodríguez Larreta está esperando a ver qué marco de alianzas tendrá el PRO y vació la conducción de sus dirigentes como un mensaje a que puede estar de salida. Ordenar esto será un serio desafío para Macri. Por ahora, eligió reunirse con los más cercanos y cerrar filas.

Por eso no lo invitó a Arabia, mano derecha de Bullrich al que Macri intentó vetar para que no asumiera una de las vicepresidencias del PRO. Ese veto complicó las negociaciones cuando Macri buscaba una lista única y que no hubiera internas y finalmente el expresidente tuvo que ceder. Pero a la hora de cortar el bacalao, no lo invitó al encuentro. "Mauricio no lo considera macrista, así que no se pueden hablar cosas en confianza si él está presente. Es como tener un infiltrado de Milei", describían quienes estuvieron en el conclave de Vicente López.

En el encuentro, Macri y los gobernadores se mostraron de acuerdo en dejar en claro dos cosas: la primera es que no existe más Juntos por el Cambio, y que cada partido que lo integró tendrá su propia estrategia. Esto corre sobre todo para los radicales, que tienen a Martín Lousteau intentando mostrarse opositor y a Rodrigo De Loredo en la senda acuerdista. Y lo segundo que Macri consideró importante remarcar es que el PRO no cogobierna ni quiere cogobernar. "Una cosa es que Patricia sea parte del Gobierno a titulo personal, pero el PRO no está en el Gobierno", insisten quienes estuvieron en el encuentro.

Macri tiene pensado comenzar a hablar públicamente cuando se resuelva en el Congreso la situación de la Ley Omnibus. También buscará, después de eso, que haya una foto de familia con referentes del PRO.

Los gobernadores se mostraron de acuerdo con preservar el PRO y no plantear una fusión. Torres fue el más enfático en este punto, aunque Frigerio y Jorge Macri piensan parecido. El gobernador de Chubut planteó que aceptar la propuesta de Bullrich equivaldría a que el PRO desaparezca. También indicó que el partido tiene que mantener su identidad y su vocación de poder (es decir, de tener un presidente propio). Y que, en todo caso, se podría explorar el año que viene un acuerdo electoral entre partes iguales, pero para eso falta mucho tiempo.

"Yo no estoy"

Torres luego salió a decirlo públicamente: dejó en claro que si se aceptara lo que plantea Bullrich, él directamente no estaría en el PRO. Es lo que dicen una buena cantidad de dirigientes de peso, que exceden el círculo que rodea a Larreta.  “Yo no estoy para nada de acuerdo con lo que plantea Patricia de fusionar el PRO con el Gobierno”, dejó en claro Torres.

"Si hoy hay un Gobierno en el cual hay cosas con las que estoy de acuerdo y hay muchas en las que no estoy de acuerdo y mi espacio es fagocitado por el espacio del Gobierno nacional, estaría siendo contradictorio con lo que yo creo. Yo no sería funcionario de este Gobierno, por ejemplo", explicó Torres. 

El gobernador de Chubut indicó que “lo más sano para el PRO es que la identidad no tenga nombre propio y lo más sano para el PRO es recuperar la vocación de poder. Se está reconfigurando a un partido mucho más federal”. No obstante, Torres indicó que ambas fuerzas pueden seguir trabajando como hasta ahora en el Congreso, sin necesidad de armar un interbloque. 

Torres mantiene encuentros con otros gobenadores, incluido uno con el de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, y el bonaerense, Axel Kicillof, que le sacó canas verdes a Milei.

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