Suenan los primeros acordes de cualquier canción de los comienzos de los Beach Boys y de inmediato sale el sol, y las olas del Pacífico se elevan a la medida exacta para surfear sin peligro y llegar a la playa californiana justo a tiempo para saborear una malteada rodeado de rubias bronceadas y en bikini. Para ese momento, claro, uno ya estará escuchando las voces combinadas de tres hermanos, un primo y un amigo de la escuela que suenan como un coro de ángeles anunciando la llegada del verano eterno. El milagro dura menos de tres minutos, pero no hace falta más, incluso si quien escucha va en un colectivo porteño estallado de gente con bufandas y el gris del cielo carga de plomo la tenue luz que entra por las ventanillas: en el corazón y en la mente ya es verano. Decreto de necesidad y urgencia firmado por Brian, Dennis y Carl Wilson, Mike Love y Al Jardine.

Pocas bandas en la historia del pop y el rock han logrado convertirse en emblemas al nivel de los Beach Boys. "Quisiera que todas las chicas pudieran ser de California", cantaban en uno de sus más grandes hits, apropiadamente titulado "California Girls". El quinteto debería estar bordado sobre el oso que ostenta la bandera del estado costero: los "chicos de la playa" (ya el nombre es el primer indicador) han cristalizado el sueño de vivir en el oeste estadounidense bajo el sol. The Beach Boys, el documental que Disney+ estrena el 24 de mayo, repasa prolijamente y sin sobresaltos buena parte del trayecto de la banda, que tuvo tantos cambios formación como hitazos. 

"Hace poco cumplimos 60 años como banda, y pareció ser un buen momento para el documental porque todos hemos tenido una experiencia muy rica cantando estas maravillosas armonías y pasándola bien de gira", explicó Al Jardine durante una conferencia de prensa virtual de la que participó Página/12. "Somos afortunados porque hemos podido renovar a nuestros fans a través de las décadas. Siempre decíamos que le gustábamos a un grupo de gente entre 8 y 80 años... ¡y ahora tenemos 80 nosotros!", se rió el primero de los músicos en dejar la banda y también en volver a ella. 

En otra ventana del Zoom, Mike Love aseguró que, en esta etapa de la carrera de los Beach Boys, que Disney se interesara en hacer un documental sobre ellos había sido una oportunidad "fenomenal", especialmente "por el trabajo forense" que hicieron los directores Frank Marshall y Thom Zimny rastreando material de los últimos 60 años. El estreno del film coincide con el cincuentenario del disco recopilatorio Endless Summer y para Love es "milagroso" que tantos años después ellos puedan "seguir cantando una docena de canciones de ese álbum" cada vez que se suben a un escenario.

Por supuesto, Love y Jardine participan del documental con sus testimonios. Pero lo que realmente sorprende es que aparezca -brevemente al comienzo y más largo en la secuencia final- Brian Wilson, el genial compositor de la música de la banda, quien padece de demencia. El músico al que envidiaron los Beatles fue una ausencia presente en los Beach Boys desde los '60, cuando decidió quedarse en su casa componiendo mientras la banda salía de gira sin parar y, psicodelia mediante, facturó maravillas como Pet Sounds, el disco que puso patas para arriba las posibilidades con las que contaba el rock.

Pero el documental The Beach Boys arranca mucho antes, con los tres Wilson enamorados de los grupos vocales y con Murry, su padre, decidido a redimir su frustrada carrera como compositor gracias a sus vástagos. El trayecto continúa con los éxitos, las idas y vueltas de integrantes, las peleas con Murry, la genialidad y la locura de Brian, el "fracaso" de Pet Sounds -al que la compañía discográfica obviamente no entendió- y el éxito de Endless Summer. Uno de los momentos cruciales es cuando Estados Unidos súbitamente parece tomar conciencia de la importancia de la banda y empieza a valorarla como un tesoro nacional, con shows multitudinarios inesperados esa altura de su carrera. 

"Los tiempos cambian, y los individuos literalmente van y vienen", explicó Love, algo así como el "patrón" de la banda desde hace muchos años. "Cuando miro la película, siento cierta tristeza por Dennis y Carl ya no están, y Brian ha pasado por tiempos difíciles. Así que hay cierta melancolía ahí, pero también gran cantidad de aprecio por el trabajo que hicimos juntos y el amor por la música que nos ha unido incluso a pesar de nuestras diferencias individuales en determinados momentos".

"Cada vez que empezábamos una canción, ya estaba en la cabeza de Brian", recordó Al Jardine. "El arreglo ya estaba ahí, así que era fácil (risas). Brian ponía su mano derecha en las teclas del piano y cada uno de nosotros era una nota. Él cantaba la melodía y entonces seguía yo. Yo era el segundo tenor, supongo. Carl podía ser el tercero y Mike era el barítono. Si Dennis estaba presente, estaba ahí en el medio. Pero siempre eran las manos de Brian en las teclas. El truco es que tenías que recordar tu parte, porque si no se jodía todo y teníamos que empezar de nuevo. Entonces, éramos muy buenos recordando las partes". 

Según Love, el secreto de los Beach Boys era que no solo estaban obsesionados por las armonías y las notas sino por la mezcla entre sus voces. "Crecí con Brian, así que con él y con Carl solíamos cantar. A Dennis, en cambio, le gustaba más hacer quilombo", se ríe. "Pero siempre buscábamos alguien con quien pudiéramos mezclar bien además de armonizar. Quiero dedir, cualquiera puede cantar una nota pero, ¿pueden mezclarse cuatro personas?

Con mucho material inédito, el documental se centra en los '60 y los '70, hace un vuelo de pájaro por la situación de la banda en los '80 y hasta allí llega. Las disputas legales, las bandas paralelas y la reunión de 2011 no aparecen en escena, quizá para no hacer olas que los sobrevivientes de la banda no pudieran surfear (a propósito, en el documental queda muy claro que el único surfer era Dennis). Además de los integrantes del grupo, dan su testimonio músicos como Janelle Monae y Don Was, aunque se quedan cortos en cuanto a la influencia que los Beach Boys han dejado en el pop y el rock a través de seis décadas de carrera.

"En esa toma final en Paradise Cove, que es donde hicimos la foto para la tapa de nuestro primer disco, nos sentamos con Brian, Al y los demás miembros de la banda", recordó Mike Love, compositor de buena parte de las letras de los Beach Boys. "Y fue fantástico que Brian recordara algunas cosas de nuestra infancia mientras pasábamos el rato. Incluso cantamos un par de temas acapella y otros con la guitarra que había llevado Al. Fue una reunión totalmente alegre porque, como se sabe, hubo separaciones y cosas por el estilo. Pero cuando nos juntamos, nos unimos a través de la armonía y la positividad. Y ahí hay una base de amor, y de respeto por las particularidades y las habilidades de cada uno. En este momento hay mucha negatividad en el mundo, pero nuestra música brinda positividad, armonía, amor y esperanza. Cuando hacemos 'Good Vibrations', la gente se eleva".