Desde Jerusalén

El diputado israelí Ofer Casiff recibe a Página/12 en su oficina del edificio legislativo de la Knesett mientras toma el paquete de yerba marca Pajarito, importada de Paraguay: “primero que todo necesito que tomemos un mate”, dice en castellano, idioma que elige para la entrevista: “así practico”, explica. Cuando no le alcanza, se pasa al inglés. Acaba de bajar del plenario y su ropa desentona, tanto como sus ideas, con la mayoría de los legisladores: viste un jean gastado y camisa blanca no muy planchada. A sus espaldas, cuadritos de Salvador Alende y Víctor Jara. Más arriba, una foto de Madrid durante la Guerra Civil con la frase “No pasarán”. El carismático diputado es miembro del Partido Comunista de Israel, integrando la coalición Kadash –compuesta por árabes y judíos– que tiene cinco legisladores (existe otra bancada con un perfil similar con cinco diputados). En el pasado estuvieron unidos y alcanzaron el 20 por ciento de los votos, que es la cantidad de israelíes árabes del país.

Cassif habla con un discurso directo y sin filtro. Estudió filosofía en la Universidad Hebrea de Jerusalén y un posgrado en filosofía política en la London School of Economics. Se define como “judío antisionista” por considerar que “la práctica sionista es una ideología racista que proclama la supremacía judía”. En octubre del año pasado, el Comité de Ética del parlamento suspendió a Cassif por 45 días sin goce de sueldo, luego de que declarara en una entrevista, poco después del ataque del 7 de octubre por Hamas, que “Israel quería esta violencia”. Y llamó a los pacifistas a “unir fuerzas para decirle a Israel “debes terminar la ocupación ahora”.

El 7 de enero pasado, ante la denuncia de Sudáfrica contra Israel en La Haya por genocidio, Casiff declaró: “Mi compromiso constitucional es con la sociedad israelí y todos sus residentes, no con el gobierno cuyos miembros y su coalición están llamando a una limpieza étnica y un eventual genocidio. Ellos son los que dañan al país y a su gente, son ellos los que llevan a Sudáfrica a apelar a La Haya, y no yo”. En esa ocasión, 85 miembros del parlamento -sobre 120- firmaron un pedido de expulsión contra él, acusándolo de “traición”. Cuando se sometió el pedido a votación, se salvó de ser expulsado por pocos votos.


Por qué Ofer Casiff

Rebelde desde joven, Casiff estuvo preso en la década del `80 por negarse a servir como soldado en los territorios ocupados a Palestina. En 2021 fue noticia al ser fuertemente golpeado en la cara, tumbado e inmovilizado por la policía, cuando se manifestaba contra la instalación del asentamiento judío Sheikh Jarrah en un barrio árabe de Jerusalén oriental, otro de los usuales avances colonizadores de Israel que, en el futuro, harían prácticamente imposible la partición del territorio en dos Estados.

El terrible ataque terrorista de Hamas del 7 de octubre afectó a Casiff como a cualquier israelí: esa mañana una íntima amiga le mandó un WhatsApp aterrorizada, diciéndole que estaban siendo atacados a balazos y que no sabía si iba a sobrevivir. Ella y su marido fueron asesinados. Ante aquellos hechos y la invasión de Israel a Gaza, Cassif declaró: “Condeno totalmente, sin la menor reserva, la terrible masacre que Hamas llevó a cabo contra civiles inocentes. No hay ninguna justificación para tal masacre. Dicho esto, no hay justificación para la carnicería que Israel está realizando en este momento. Porque aquellos que están siendo dañados, asaltados y asesinados, son mayormente civiles inocentes. Y debo agregar: también tengo amigos en Gaza que están bajo ataque ahora… Pero no puedo permitirme actuar movido por la furia. Y definitivamente, tampoco por venganza. Trato de mantener mi racionalidad a pesar del dolor y a pesar de la furia, que en efecto existe. Y pensando racionalmente concluyo que la única manera de parar la carnicería de los dos lados, es con una solución política y pacífica. No hay solución militar. Lo contrario solo traerá más venganza y más violencia. El círculo debe ser terminado. La guerra no traerá seguridad. Y creo que incluso el gobierno de Israel sabe eso. Pero está muy ocupado en la venganza”.

También ha dicho que la paz no es un sentimiento abstracto ni hipotético: “Los tiempos de los Acuerdos de Oslo, fueron los de mayor debilidad para Hamas. Porque en ese momento la gente tenía esperanza y creía que la ocupación se iba a terminar, entonces no querían a Hamas. Lo contrario sucede cuando no tienen esperanza”.

AFP.

--Los perfiles de Benjamin Netanyahu y Javier Milei parecen similares.

--No soy psicólogo pero como diputado, pienso que tienen muchos rasgos en común. En ambos casos, por las cosas que hacen y cómo se comportan, son psicópatas. No tienen ningún afecto por nadie, salvo por ellos mismos. No tienen barreras ni límites cuando quieren hacer algo. Una de las principales definiciones de un psicópata es la falta de emociones, el ser indiferentes con los otros, la falta de empatía. Ambos son así, como Donald Trump. Hoy ya tenemos demasiados líderes con esta clase de psicopatía en el mundo. Siguen adelante con lo que quieren hacer y lo único que los frena, es si creen que eso los beneficia.

--¿En qué se expresa eso concretamente?

--El mejor ejemplo es el ataque genocida a Gaza. Netanyahu sabe, igual que cualquier persona, que si la guerra se termina y no trae a los rehenes -que es lo más importante- eso los llevara a la muerte; están muriendo allí, y cada día mueren más. Netanyahu sabe que sacrifica literalmente los rehenes y soldados, o sea que es responsable por su muerte.

--¿Decidió sacrificar a los rehenes?

--A los rehenes, a los soldados y por supuesto a los palestinos, Netanyahu es un asesino serial: de soldados, rehenes y palestinos. Y lo hace solamente para mantenerse en el poder. Ese es el único motivo de la invasión. Aquellos que lo sostienen en el gobierno como Bezalel Smotrich y otros, son simplemente fascistas, fanáticos, lo principal que los mueve no es la seguridad de Israel, ni el bienestar de los soldados y los rehenes, y mucho menos los palestinos. Lo único que los mueve es su mesianismo lunático, el pensamiento de que van a controlar todas las tierras del Israel bíblico y que vendrá el Mesías. Creen en la batalla del Armagedón que se librará alguna vez en Medio Oriente.

--¿También Netanyahu cree en esas cosas?

--No, él es solo un cínico oportunista. Creo que no tiene valores. Solo cree en el racismo. Es un racismo secular en su caso. Los otros tienen un teofascismo, un fascismo teológico.

--¿Qué opina sobre la investigación de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya y el pedido de detención de Netanhayu y líderes de Hamas?

--Era esperado y es la decisión correcta. Los líderes de Hamas e Israel están comprometidos en crímenes de guerra y contra la humanidad. Yo no creo en las igualaciones, no creo que en esta acusación haya una igualación entre Netanyahu y Hamas. Pero esto no es lo más importante, sino referirse al contenido de la decisión. Aquellos crímenes deben ser investigados por una intuición imparcial. Un gobierno no puede investigarse a sí mismo, ni Israel ni Hamas. El CIJ es la institución correcta para decidir si estas dos figuras deben ser arrestadas para su interrogatorio. De 120 miembros de esta legislatura, 106 firmaron la carta contra el CIJ por esa decisión. Lo dije en el plenario legislativo: es cínico firmar eso. Causa daño a los israelíes. Más allá de que muchos de ellos digan que yo estoy en contra de Israel, lo cual por supuesto es un sinsentido. La misma oposición que ha acusado a Netanyahu de mentir y hacer trampa: él tiene tres cargos en su contra en la justicia. Lo tratan como criminal. Pero cuando es acusado por crímenes que no son contra los israelíes, lo defienden porque la acusación no viene de adentro de Israel. Es muy hipócrita.

--Se preocupan por lo que Netanyahu le ha hecho a los israelíes pero no importa lo que les hace a los palestinos: la mirada etnocéntrica.

--Exacto. Sólo los fascistas ponen al Estado como un valor supremo. Ningún gobierno y figura en el mundo debe estar por encima de la mora universal y la ley internacional. Todos en Israel celebramos que hace 80 años, mucha gente actuó en contra de las leyes del Estado alemán para salvar judíos: este es uno de lo muy pocos consensos que hay en Israel. Los consideramos héroes. No es que comparo a Israel con nazis. Si hay un choque entre la moral universal y un Estado, primero está la moral universal. Los que ayudaron a Ana Frank, por ejemplo. Hoy, muchos israelíes dicen que la ley de Israel es más importante que la moral universal. Pero antes les parecía bien romper la ley para salvar a judíos. Es hipócrita y contradictorio.

--Usted advirtió por adelantado, de alguna manera, lo que iba a pasar en 7 de octubre.

--No es una teoría de que esto puntualmente podía pasar. Lo que dije fue que en la historia, no hay ningún grupo, pueblo o nación bajo una opresión de esta magnitud, que después de un tiempo no explote de alguna manera. A veces sucede luego de muchos años: tenemos el caso de las mujeres y el nuevo movimiento feminista, o el caso de Argelia contra Francia, que estuvo ocupada 130 años antes de la guerra de la Independencia.

--Donde hay poder, hay resistencia.

--No hay ningún grupo bajo opresión, ocupación o colonización que, eventualmente, no vaya a resistir. Y era muy claro que algún día íbamos a tener una erupción sangrienta. No se sabía exactamente que irían hacer; para mí fue una sorpresa enorme, los crímenes de Hamas fueron una masacre horrible. Y y yo me preguntaba: ¿pero el ejército dónde está? Meses antes del 7 de octubre había escrito la primera carta al ministro de defensa Yoav Gallant, después del progrom de colonos judíos contra un pueblito palestino en Cisjordania. Le decía que tiene la obligación, como ministro y jefe de ejército, de prevenir algo así. Y que si no previene crímenes como los de los colonos, al final todos íbamos a pagar el precio. Luego escribí 10 cartas más, con la misma advertencia. Nunca me respondió. La única posibilidad de evitar más sangre y guerra y sufrimiento, es terminar con la ocupación y aceptar que los palestinos como pueblo tienen el derecho a tener su Estado soberano. Es la única posibilidad de tener paz y tranquilidad.

--Eugene Kendall y Ron Tzur, dos ex funcionarios cercanos a Netanyahu en el pasado, hicieron una declaración pública en el 76 aniversario de la creación de Israel, diciendo que “en el camino actual que está tomando el Estado de Israel, no llegará a celebrar su centenario”.

--Tienen razón. Hace poco hubo una manifestación muy grande contra el gobierno con familiares de los rehenes. Un amigo mío cuyo a hijo lo mató Hamas el 7 octubre, dijo en una manifestación: “el enemigo más peligroso y grande de Israel es el gobierno de Israel”. Para mí la lucha contra el gobierno es la lucha por Israel. El gobierno es el enemigo mas grave del pueblo. Mas peligroso que Irán, Hezbolá o Hamas.

--¿Por qué ha sido tan votado y reelegido?

--Es muy largo de explicar. Existe un sistema de lavado de cerebro desde hace años, pero ahora es mucho peor. El sistema educativo y la prensa: no hay crítica en la prensa. Hay persecución de profesores universitarios y maestros de liceos, si critican la ocupación y asunto en Gaza. Los jóvenes no escuchan una versión alternativa. Los profesores y la prensa tienen miedo de hablar contra el gobierno. No hay empatía por la mayoría de las víctimas en Gaza, que son inocentes y son muchas más que los terroristas. La mayoría en Israel, me temo, no quieren saber; porque si saben y ven su reflejo en el espejo, no es lindo lo que ven. Por eso quieren romper el espejo.

--¿No pueden, no quieren ponerse en la piel del otro?

--Netanyahu es un psicópata, y la hegemonía en la sociedad israelí parece psicopática. La culpa no es de la gente: somos humanos, el problema es el sistema de gobierno, el régimen. Hay una régimen fascista, racista y dictatorial. Y por eso mucha gente tiene miedo. Mucha gente no quiere saber lo que pasa en Gaza, no pueden saber. Son 15.000 niños o más que Israel ha matado en Gaza y acá es como si nada hubiese pasado. Ayer hablé en la Asamblea y dije esto. ¿Sabes qué me dijo una diputada?: “No es verdad, la ONU dijo que ese no es el número exacto”. ¿Y si fuesen 10.000 o 5.000? ¿Qué cambiaría?

--Es como Milei diciendo que no son 30.000 los desaparecidos.

--Esto es enfermo. La culpa es del gobierno. La prensa y la mayoría de la oposición están con el gobierno en el asunto de Gaza, si hay diferencias son muy menores. Yoav Gallant es peor que Netanyahu: quiere entrar a Gaza y quedarse. Estoy muy preocupado por el futuro de esta sociedad, de los israelíes y los palestinos.

--¿Cómo se libera a los rehenes?

--Lo dije 8 octubre cuando sabíamos que había 250 rehenes. La única posibilidad de liberarlos era no ir a la guerra y hacer un acuerdo “todo por todo”: los rehenes por los palestinos en las cárceles de Israel. Ahora muchos dicen eso, pero es demasiado tarde. Lo primero que el gobierno tenía que hacer era liberar los rehenes. 

--Es tanto humana como políticamente extraño que un gobierno bombardee masivamente un territorio donde están desperdigados 250 rehenes, sobre todo teniendo una “moneda de cambio” para liberarlos...

--Netanyahu sabe que al minuto que queda fuera del poder, su camino a la cárcel es muy corto, acaso meses. En pos de mantener su libertad, la vida de los palestinos, los rehenes, los soldados, no valen para él. Desde hace meses que el norte de Israel está vacío de gente, la agricultura detenida, pero para él eso no es importante. Demasiados presidentes del mundo creen que si apoyan al gobierno de Israel, están apoyando al pueblo de Israel. Y es al revés. La policía es como una falange. En manifestaciones de las familias de los rehenes a las que asisto, la violencia policial contra ellos es tremenda.

--Se observa por casi todo Israel, un arranque de nacionalismo muy fuerte. Uno va a la panadería y hasta una donut viene con una banderita nacional clavada.

--El problema no es la bandera en sí misma, sino lo que simboliza: hoy simboliza violencia, guerra, ocupación y racismo. Hay banderas en todos lados; la cultura política de la sociedad israelí siempre fue muy nacionalista. Pero bajo este gobierno, adquiere ese sentido.

--¿Qué debería hacer Israel respecto de Hamas?

--No le corresponde a Israel decidir qué hacer con Hamas. Le corresponde a los palestinos decidir qué hacer en el futuro y decidir lo que vaya a suceder en los territorios ocupados.

--¿Qué significa ser antisionista?

--Ser sionista es apoyar de una manera u otra, la supremacía judía. Alguien como yo, que se considera un igualitarista, no podría serlo. Incluso si yo fuese un liberal moderado, no podría ser sionista porque esa corriente está basada en la idea de supremacía judía. Yo propongo una democracia radical basada en la igualdad. 

--Usted es muy estigmatizado por la ultraderecha israelí. ¿Qué es lo peor que le han hecho por sus ideas?

--En redes me putean todo el tiempo, a veces hay amenazas y tengo que pedir seguridad. Pero el mayor problema es que no puedo caminar en la calle: es peligroso para mí. Hace dos años iba con mi esposa por la calle y quisieron golpearme. Hace 6 meses fui a la peluquería y alguien intentó entrar a la fuerza para atacarme. No puedo ir a hacer los mandados. Y nunca ando solo. Cuando voy a ceremonias o actos públicos, tengo que tener un custodio de la Knesset. Tengo que cuidarme mucho. No es fácil para mí, pero tengo la obligación política e ideológica de no rendirme. No voy a callarme la boca. ¡Nunca!