La inocencia, la trampa, el engañapichanga. El carácter urgente de WhatsApp se hinchó con la presencia godzilliana de El Negro del WhatsApp y explotó con la energía erótica acumulada del gemido rey de los gemidos. Cientos de megas de datos que viajan de celular en celular con el fin de molestar evocan la tentación: uno nunca sabe con qué se va a encontrar pero ahí está, regalado, con la mirada fija y los sentidos desprevenidos. Los grupos de WhatsApp son propensos a la porquería y no hace falta más para que, entre comentarios políticos, resúmenes de facultad o sincronización de calendarios bolicheros, aparezcan videos que simulan ser una cosa pero comprimen otra.

Las capas de esta cebolla grasosa guardan en el centro un grito incómodo: “Ahhh, ahhh, ahhh”, sacude exageradamente una mujer en inconfundible gozo sexual. ¿Qué tiene de especial? El contexto, la guardia baja. En general son clips presuntamente pavos que se rematan coronando el momento cual deus ex machina: ya no hay vuelta atrás, ya le diste “reproducir”. Sonaste, gemiste.

Como le pasó al aire al periodista brasilero Gian Oddi, quien no resistió la tentación, y sus compañeros lo miraron azorados. O a su colega chileno, Manuel de Tezanos Pinto, cuando tras una declaración del futbolista Jean Beausejour quedó prendido a ese inconfundible canto de sirenas. Y aunque se haga el desentendido, también Óscar Córdoba, ex arquero de Boca Juniors y ahora comentarista de TV, cayó en la trampa en plena transmisión. Hasta el político y concejal paraguayo Celso Miranda fue protagonista en la Junta Vecinal de Ciudad del Este cuando el griterío hizo que, en medio de la sesión, revoleara su celular de los nervios.

El final camuflado sigue su camino hacia los irrefrenables caireles de la viralidad. Y ante aquellas versiones que apuntaban a una escena chancha de la actriz Dakota Skye como responsable de esos súbitos “ahhh, ahhh, ahhh”, la auténtica protagonista de los hechos es ni más ni menos que la voluptuosa Alexis Texas, una de las pornstars más importantes del universo. La pesquisa alumbra que el fragmento Alexis Texas Boxing POV, inmediatamente después del minuto 18, es el que le da fundamento a este tropel de chistes que sonrojan, enojan y malflashean. El que esté libre de pecados, que arroje el primer gemido.