Hoy, las artes multimediales y digitales se valen de la computación y la electrónica para reinterpretar y reciclar viejas tecnologías, no tanto con fines narrativos sino para indagar y deconstruir el propio dispositivo. Kevin Kripper, artista digital de 25 años y técnico en artes electroacústicas, desarrolló el Vsynth74, sintetizador digital de video que emula sus viejos pares analógicos de los ‘60. “Si en el sinte de audio analógico se parte de electricidad, de una forma de onda, acá se parte de ceros y unos, de R, G, B y alpha, y se emula el comportamiento de estas ondas”, explica sobre este desarrollo que a través de la programación permite crear imágenes abstractas (y con un uso concienzudo, también no tanto) de complejidades, diseños y colores infinitos, y completamente únicas, “desde negro”.

También tiene una faceta más user friendly con la cual se pueden crear visuales y gifs desde imágenes de una cámara, interviniéndolas en tiempo real. La plataforma está en Max, un lenguaje de programación que no trabaja con código sino con pequeños módulos o “cajitas” de funciones, y al que Kevin se aproximó cuando comenzaba a usar Ableton, recién arrancando la tecnicatura, y trabajaba vendiendo apps de Max for Live: una llamada Soundparticle, para hacer visuales desde Ableton, tal vez fue el germen.

“Hay sintes de video digitales que emulan casi perfectamente a los analógicos, pero no muchos son modulares, donde podés agregar y conectar todos los módulos que la compu te permita. Buscaba algo así y no existía. Creo que se está volviendo a lo modular, a la propia organización de los elementos, que pueden ser ilimitados.”

Kevin, ganador del Premio Itaú de Artes Visuales 2016, usa el Vsynth74 en sus instalaciones y con Parche, su dúo electrónico. Pero el feedback que recibe es de lo más variado. El Vsynth Package ya tiene casi 1600 descargas en varios lugares del globo: eso es mucho para un nicho tan acotado. “Me llegaron videos en los que usan el Vsynth para pasar visuales en una fiesta bizarrísima en la que estaba Macaulay Culkin, por ejemplo”, cuenta divertido.

Ahora, Kripper flashea con programar la placa de video y, como próximo paso, quiere adentrarse en el mundo de los fondos para videojuegos, para lo que tiene referentes como Andrew Benson, Patricio González Vivo (un capo que hace mapas en vivo en tiempo real, todo con código) y Lolo. Y sus amigos Guido Coallo y Fran (Trípodi, la mitad musical de Parche) son fundamentales en el proceso.

¿Artista, programador, nerd? “El otro día quise por primera vez aplicar para una residencia y tenía que elegir entre la de artista o la de desarrollador… ¡no sabía cual poner! ¿Qué viene primero, el artista o el tunemaker?”, tira y se ríe. “Ni idea; ¡los dos!”