“Hacen un culto del diálogo, pero lo de hoy (por ayer) fue prácticamente un desplante y un papelón”, se quejó uno de los bodegueros que integraba la comitiva que encabezó el gobernador mendocino Alfredo Cornejo y que debió haberse reunido con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, quien no estuvo presente. Esta delegación tenía previsto un encuentro para analizar el impacto de la aplicación de impuestos internos a vinos y espumantes. En su reemplazo estuvo su par de Producción, Francisco Cabrera, un mendocino que más allá de las buenas intenciones que pudiese mostrar no es el interlocutor válido en temas tributarios, de los cuales se encarga Dujovne. También estuvo el gobernador sanjuanino Sergio Uñac. En la reunión no hubo definiciones y Cabrera sólo se ciñó a escuchar las quejas. No obstante, segundas líneas del Gobierno hicieron correr entre los bodegueros el anticipo de que podrían aplicarse cambios a la medida, pero nada formal. 

El convite estaba previsto para que ambos funcionarios recibieran al oficialista Cornejo, el opositor Uñac, a autoridades de Bodegas de Argentina, del Centro de Bodegueros y Viñateros del Este, de la Asociación de Cooperativas Vitivínicolas y de la Unión Vitivinicola (UVA), entre otras entidades, quienes presentarían sus reclamos a gravar esos productos, que provocará una pérdida para esa industria de 100 millones de dólares, según su estimación.

Desde que se conoció que el proyecto de reforma tributaria incluía al vino -hasta el momento exento del impuesto interno-, con una alícuota del 10 por ciento, los productores vitivinícolas se pusieron en estado de alerta. Los bodegueros responsabilizaron en cierta medida a Cornejo por no haber reaccionado a los rumores de que la administración nacional estaba pensando gravar a este producto. El gobernador radical ahora busca revertir la medida y para eso había pedido la audiencia con los funcionarios. 

“Estamos confiados en el peso político del gobernador para ir por todo y que se elimine este impuesto”, se había esperanzado horas antes Sergio Villanueva, gerente de UVA, quien además celebró “la posibilidad de que se abriera el diálogo”. Sin embargo, los invitados a la audiencia se fueron sin precisiones sobre el tema ante la ausencia de Dujovne. “Cabrera nos dijo que funcionaban en equipo y que no era decisión ni de él ni de Dujovne y que pronto van a dar respuesta al tema. Nosotros fuimos claros de que el impuesto tiene que ser cero”, señaló a este diario el presidente de la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Fecovita), Eduardo Sancho, a la salida de la reunión.

Los productores, respaldados por los gobernadores, hicieron hincapié en la diferencia entre la producción vitivinícola respecto de la cervecera o la industria de gaseosas. “Son estructuras distintas. Estas últimas no son cadenas regionales”, remarcó Sancho, quien calificó la reunión de “muy simple y sin definiciones”. “Ni siquiera nos dijo si estaba o no de acuerdo con lo que planteamos”, agregó. De todos modos, algunos de los presentes se fueron con la esperanza de “haber escuchado en los pasillos del Ministerio” que se estaba estudiando revisar y retroceder en la medida tanto para vinos como espumantes. “Nada de forma directa. Sólo rumores cruzados”, aseguró un bodeguero.