La producción manufacturera en septiembre creció 2,2 por ciento respecto del mismo mes del año pasado, informó ayer el Centro de Estudios de la Unión Industrial (UIA), y acumula, según esta medición privada, su quinta mejora consecutiva. La recuperación surge contra una baja base de comparación, por los marcados retrocesos del año pasado en la actividad industrial y de la construcción. Sólo la industria se había desplomado en septiembre del año pasado 7,6 por ciento respecto de 2015. El comportamiento además es bastante heterogéneo entre bloques industriales e incluso hay importantes divergencias al interior de los propios sectores. El incremento de las importaciones complica todavía más la recuperación de algunos de estos segmentos productivos, como el automotor, que cada vez vende menos vehículos nacionales en el país. La importación en cantidades durante septiembre aumentó 20,5 por ciento. Como correlato la industria empleó en agosto (se conoce con un mes de dilación) a 28.227 trabajadores menos que en igual mes del año pasado. 

 El sesgo de la política económica impide que la recomposición de la actividad sea homogénea. El sector agroexportador, sus distintos eslabones e industrias satélites acompañan la incipiente recuperación. De esta manera, el rubro Maquinaria Agrícola continúa liderando el sector metalmecánica, con un 14 por ciento de aumento. También mejoraron subsectores metalúrgicos que acompañan la demanda por obra pública. La fabricación de bienes de capital evidenció resultados dispares y comienza a recuperarse lentamente la importación de suministros para la industria. Por su parte, la retracción de la demanda interna continúa haciéndose sentir en los rubros alimenticio, textil y calzado.

 Según el informe de la UIA, de los 12 bloques industriales que analiza, 9 mejoraron y 3 tuvieron un peor desempeño. Los que más crecieron en términos interanuales fueron metales básicos (25,3 por ciento), minerales no metálicos (14,3) y automotor (10,2), siendo éstos los bloques con mayor peso en el comportamiento de la actividad. Esta vez además hubo mejoras en producción de caucho y plástico, tabaco, edición e impresión y refinación de petróleo. Entre los que más cayeron se destaca el sector de sustancias y productos químicos, que se contrajo por tercer mes consecutivo, explicado por la dinámica del sector químico y petroquímico, que retrocedió 15 por ciento. El rubro farmacéutico continúa en contracción y la actividad textil registró una caída de 6,8 por ciento respecto de septiembre del año pasado. Tomando el nivel de actividad acumulado de los primeros nueve meses de cada año, la industria en su conjunto creció 0,7 por ciento.

 Este año el Gobierno reactivó la obra pública, paralizada durante 2016 bajo el argumento de que se estaban revisando los contratos heredados de la anterior gestión. Esto conllevó un incremento en la demanda de insumos para la construcción, que favoreció, entre otros, a la industria de metales básicos. En este sector se registraron aumentos en septiembre interanuales en la fabricación de acero (28,2 por ciento) y la producción de aluminio (7,4 por ciento). Esta situación también se reflejó en el nivel de empleo. De acuerdo con los datos de la UIA a agosto, mientras que la industria manufacturera perdió 28.277 puestos, la construcción los incrementó en 40.725. La fabricación de insumos para la construcción creció 21 por ciento en octubre (un mes de anticipado), mientras que los despachos de cemento, un 23,2 por ciento.

 El sector automotor creció 10,2 por ciento traccionado por el aumento en las exportaciones (16,4 por ciento), pero las ventas a concesionarias de vehículos nacionales “continuaron cayendo por octavo mes consecutivo”, señala la UIA. En septiembre, la venta local de autos nacionales se retrajo 10 por ciento, mientras que la comercialización de las concesionarias creció 12,4 por ciento. La diferencia se explica por la mayor presencia de vehículos importados, que creció 26 por ciento respecto de septiembre del año pasado. “Esta tendencia se observa también en el acumulado del año: las ventas de autos importados a concesionarias acumulan un aumento de 40,9 por ciento, en tanto los de producción local retroceden 10,3”, señala el informe del observatorio de la UIA.

 La caída de la producción de alimentos y bebidas reconoce su origen en la fuerte retracción del consumo, producto de la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores. Según estimaciones de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), la actividad registró una contracción de 1,4 por ciento interanual. Con menos peso en las cuentas nacionales, la actividad de las pymes sigue en riesgo. En el sector textil la producción se redujo en 6,8 por ciento, mientras que las unidades vendidas cayeron un 3,2 por ciento, de acuerdo con cifras de la Federación de Industrias Textiles Argentinas (FITA).

En cuanto a las compras externas de bienes asociados a la producción industrial, los bienes de capital crecieron en septiembre 28,9 por ciento respecto de igual mes de 2016. Ese desempeño se explica por un aumento de 20,8 por ciento en cantidad, mientras que en piezas y accesorios para bienes de capital e intermedios los incrementos en unidades fueron de 29,6 y 21 por ciento respectivamente.