El hecho por el cual el jugador fue condenado ocurrió el 22 de enero de 2013, cuando el delantero jugaba en el Milan. Una joven albanesa denunció haber sido embriagada y abusada por seis hombres, entre ellos Robinho. Según la sentencia, “abusaron de las condiciones de inferioridad psíquica y física de la persona agradedia, que había tomado sustancias alcohólicas, con el agravante de haberle dado de beber hasta que quedó inconsciente y fue incapaz de oponerse”. Además de la sentencia de cárcel, la Justicia ordenó un resarcimiento de 60 mil euros para la víctima.

El delantero ya contaba con un antecedente. Apenas llegado al Manchester City, después de jugar en el Real Madrid, Robinho fue acusado por presunta agresión sexual en un club nocturno de Leeds, en enero de 2009, pero tras ser interrogado quedó libre bajo fianza. Pocos meses después, la justicia cerró la investigación y el brasileño evitó ir a juicio.

La Fiscalía italiana, en cambio, no tuvo contemplaciones con los dos acusados identificados (los otros cuatro no fueron identificados). Un año después de la denuncia se pidió el arresto de los implicados, que el juez rechazó. La querella pidió diez años de cárcel, en un juicio en el que la víctima denunció que esa noche había ido a la discoteca con dos amigas que se fueron un rato antes de que el grupo de Robinho la emborrachara hasta “perder el conocimiento”.

De acuerdo con la ley, el futbolista tiene dos instancias de apelación, por lo cual todavía no se pedirá la extradición a Brasil, donde el jugador, de 33 años, juega en el Atlético Mineiro.

Mientras tanto, el jugador, que disputó los mundiales de Alemania 2006 y Sudáfrica 2010 con su Selección, niega las acusaciones y anunció que apelará la sentencia. A través de Facebook dijo que es inocente, negó “haber tenido cualquier participación en ese episodio" y que tomará "todas las medidas legales" a su alcance. Por su parte, el Atlético Mineiro consideró que se trata de “un asunto estrictamente personal”.