Desde Santiago

PáginaI12 habló con la política del momento en Chile. Ya no es tan fácil robarle minutos a su agenda. Si bien la periodista de la Universidad de Concepción de 46 años y ex candidata presidencial del Frente Amplio (FA) no pasó el ballottage, el amplio apoyo electoral conseguido y los 20 diputados más un senador que lograron instalar en el Congreso, convierte a este nuevo referente en la tercera fuerza política de este país. El FA, compuesto por 14 grupos diversos, anunciará el próximo 29 de noviembre si llamarán a votar por Alejandro Guillier, el candidato de Fuerza de Mayoría, que agrupa a buena parte de la centroizquierda o dejará en libertad de acción a sus adherentes.

“No es nuestra responsabilidad lo que ocurra en segunda vuelta, es del candidato y la Nueva Mayoría, nosotros hicimos nuestro trabajo”, dice Beatriz Sánchez con la misma fuerza, convicción y cercanía que mostraba cuando estaba frente a las cámaras de televisión en los muchos programas de análisis políticos que le tocó conducir, como Hora 20 en La Red, donde formó la primera dupla femenina en la conducción de noticias.

Frontal y directa, también dejó su huella en las editoriales de las radios más importantes de Chile, donde incluso renunció a una de ellas respaldando a un dirigente sindical.

Tiene un montón de premios a su haber, sin embargo renunció a las comunicaciones para encabezar el proyecto que pretende cambiar el aire viciado de la política chilena. Muchos la han criticado por lo mismo, no ser parte de las élites que controlan el país, por ser abiertamente feminista y respaldar el aborto libre y seguro para todas las mujeres, pero ahí está la Bea -como la llaman-, reflexionando sobre su futuro, asumiendo con calma la responsabilidad que le otorgó el 20 por ciento de los votos obtenidos y atenta al peso especifico que tiene el Frente Amplio para frenar a la derecha, encabezada por Sebastián Piñera, en sus aspiraciones de volver a La Moneda el 17 de diciembre. Hasta el domingo pasado las encuestas la daban por muerta, ahora muchos la quieren en sus filas y otros están rezando para que sus aliados no se plieguen a Alejandro Guillier, como debe ser el caso de Piñera, el reconocido amigo de Mauricio Macri.

–¿Qué opinión tiene usted de Mauricio Macri y su gestión de gobierno?

–A mí Macri siempre me ha dado la impresión que es Piñera, yo lo asocio absolutamente a él, por la historia de vida, por cómo dice las cosas, por el tipo de campaña, entonces, no me puedo sentir más lejos de alguien con un liderazgo y con propuestas como las de Sebastián Piñera o, en este caso, con Mauricio Macri.

–¿Y, respecto a Cristina Fernández de Kirchner?

– A ver, hay cosas que yo rescato de CFK en relación con una mirada social a la hora de definición de políticas públicas y la impronta que le ha dado a sus administraciones. Creo que es una maestra del discurso, pero no me defino como kirchnerista, porque hay ciertas relaciones del Estado con las personas que, no sé si las veo lejanas por una cosa de idiosincrasia distinta como país, o porque efectivamente me es difícil entender lo que significa el peronismo, el kichnerismo y la evolución de Argentina. Me cuesta seguir esas diferencias que de repente no las veo como tan claras, por eso me complica hacer un análisis mayor. Insisto, rescato la impronta social de su gobierno, sin desconocer, obviamente, las denuncias que tiene encima su gobierno.

–A usted las encuestas la daban por muerta…

–Así es, que bueno que lo digas de esa manera.

–No tenían ninguna posibilidad, sin embargo, el pasado domingo en las elecciones presidenciales, su candidatura revirtió los sondeos y fueron las encuestas las que quedaron en el suelo… Incluso usted dijo que con muestras reales quizás podría haber pasado al ballottage. ¿Qué sabor le deja todo esto?

–Lo dije bien claro y con fuerza después de conocer los resultados del domingo: ¡Dónde está el oráculo de la CEP? (encuesta del Centro de Estudios Públicos ligado a la derecha y que le daba menos de un 9 por ciento de las preferencias) ¿dónde está la Cadem? (sondeo semanal cercano a Sebastián Piñera que también le daba poca chances) y sostuve que al otro día tenían que dar explicaciones públicas por lo que habían instalado en Chile, si no hubiesen cimentado esa sensación de derrota anticipada, pero no solo los sondeos, también la interpretación de los medios de comunicación y de decenas de columnistas, si no nos hubieran situado como fuera del mapa, de la competencia, yo no sé qué hubiera sucedido. ¿Habríamos pasado a segunda vuelta con la diferencia que tuvimos? Nosotros no teníamos capacidad de hacer encuestas propias, entonces no podré saberlo, pero sí puedo plantearme que podríamos haber llegado al ballottage. Trato de ser realista, eso ya no fue y estoy muy contenta con la votación que sacamos porque esta era una pelea muy desigual, nosotros estamos en un conglomerado que está desde enero, yo fui candidata presidencial desde abril, no tenía un camino político que pucha que me lo recordaron de manera no tan sutil. Pero yo quería imponer un liderazgo distinto porque creo en eso, en la diversidad de los liderazgos lo que también me recordaron mucho por el camino y no de manera muy amable. Lo que pasó el domingo fue que logramos conectar con una forma y un fondo distinto, eso es destacable. Logramos conectar con las comunas populares lo que vino a desnudar otras de las caricaturas que nos hicieron, que éramos solo ABC1 o jóvenes universitarios. Saqué primera mayoría en Puente Alto, Quilicura, Pudahuel, empaté con Piñera en Maipú, puras comunas populares, entonces mostramos a muchos analistas que lo que ellos estaban describiendo, con Piñera ganando en primera vuelta, no es el Chile real, siento el respaldo no sólo a una candidata sino a cÓmo la gente siguió la idea y votó más allá de una persona.

–Lo que quedó claro con los 20 diputados y un Senador que instalaron en el Congreso…

–Así es, eso era algo impensado aún para nosotros, lejos de nuestros propios mejores cálculos, eso es buenísimo.

–En ese escenario y consolidándose ustedes de manera real como una tercera potencia política en Chile ¿Cómo se hace para que no les pase lo que sucedió con Marco Enríquez-Ominami (ME-O) que en 2009 también logró el 20 por ciento, pero que se fue diluyendo. Él también captó este voto de castigo, de rechazo, la gente que quiere cambios y que, sin embargo, no supo capitalizar o mantener esa fuerza para lograr resultados?

–El escenario fue distinto y ME-O la tenía mucho más difícil porque no sacó ningún parlamentario, en cambio todo lo que nosotros somos y proponemos se concreta, es demasiado importante lograr una bancada parlamentaria. Por otro lado, es algo que no podemos asegurar y lo he dicho: no me siento dueña de los votos de nadie, no creo que tenga un tremendo capital político, primero definamos eso. No me siento la poseedora en mi bolsillo de 1 millón 300 mil votos, yo tomo esta responsabilidad, pero es un tremendo desafío mantener esa conexión que logramos y que no es seguridad y garantía de nada porque aprendí en la calle que la gente es mucho más sabía de lo que se piensa en las élites. Tenemos que trabajar de la mejor manera y ser muy responsables para ser dignos de esa confianza, ese será nuestro norte, colaborar desde el lugar donde esté para no nublarnos y nunca pensar que tenemos esos votos en el bolsillo, ahí estaré para marcar la línea y decir: “ojo”, tenemos que cuidar esta responsabilidad y eso fue lo primero que planteé el Frente Amplio. Esto es una mirada más amplia que nosotros mismos.

–En ese sentido, ya están los parlamentarios electos, están otros líderes potentes como Giorgio Jackson y Gabriel Boric también reelectos ¿Cuál será su papel y desde dónde lo ejercerá ahora?

–Tengo conciencia que soy una líder del FA. Lo anticipé y lo sostengo con más fuerza: no aceptaré ningún cargo que me ofrezcan, como un probable ministerio, en el escenario que se dé tras la segunda vuelta. Le preguntaban a Alejandro Guillier si me ofrecería alguna cartera, él dijo que “inmediatamente”, pero nada de eso, no tengo ningún interés. Estoy en un período de reflexión, te repito, soy una líder del FA, pero ahora debo pensar, estoy en un proceso interno para entender qué significa liderar el FA, desde qué lugar debería y me gustaría hacerlo, no es algo que ninguno de nosotros tenga absolutamente resuelto.

–¿Cómo usted definiría al Frente Amplio?

–FA irrumpe porque quiere cambios para Chile, por ejemplo, sacar el negocio que hace la diferencia entre una vida digna y otra indigna, como las pensiones, la salud, educación y vivienda, eso significa crear un sistema de seguridad social del Estado que sostenga a las familias en esas áreas, queremos profundizar la democracia, que seamos nosotras y nosotros quienes tomemos las decisiones sobre nuestras vidas, que nos pregunten antes por los proyectos de ley, tomar decisiones si se nos instala una gran industria al lado de donde vivo, que seamos parte de las decisiones que en este país están cada vez más concentradas en pocas manos y eso es lo que queremos abrir. Lo segundo es entender el crecimiento y el futuro como un derecho, pero para todos y todas.

–¿Y la orgánica del FA? Son 14 grupos políticos diversos…

–Sí, pero tenemos estos ejes en común a los cuales se ha agregado, por ejemplo, no recibir plata de empresas para hacer política. Los 14 grupos, algunos pequeños otros más grandes, son partidos políticos y movimientos.

–El resultado del FA en las elecciones cambió el eje y la mirada de la política en Chile. De no tener opciones, ahora se habla que ustedes son el botón que si se presiona podrían dar el triunfo a Guillier en el ballottage. ¿Eso es así, cuál será la labor del FA en la segunda vuelta?

–No creo que sea tan así. El botón no lo tenemos nosotros, lo tiene la Nueva Mayoría y Alejandro Guillier, no nos confundamos. Y lo sostengo de manera rotunda porque ahora en el FA estamos en un proceso abierto para tomar una decisión y posición que anunciaremos el próximo 29 y 30 de este mes, de hecho este fin de semana tendremos una importante asamblea. Esto no está en nuestras manos, sino que en las de Guillier. Si hay alguien de todos los partidos y movimientos que están disputando el poder en este rearme político en Chile que cumplió la pega (el trabajo) somos nosotros. Hicimos primarias, realizamos un programa (de gobierno) participativo y un plebiscito, lo logramos, un programa robusto, lo financiamos con entradas permanentes para gastos permanentes a diferencia de otros candidatos, potenciamos una plantilla parlamentaria en todo el país con muchas mujeres, fue competitiva y salimos adelante, dijimos, estamos peleando la segunda vuelta y teníamos razón, hicimos campaña en la calle escuchando a las personas y nos conectamos con ellas, entonces si hay un conglomerado responsable en campaña y que cumplió, fuimos nosotros, son otros los que no hicieron el trabajo.

–¿Es un tiempo prudente decidir los pasos a seguir en una semana más, tomando en cuenta que ME-O en 2009 no apoyó de inmediato a Eduardo Frei y siempre le endilgaron responsabilidades por la derrota ante Sebastián Piñera?

–La mirada, cuando las cosas pasaron, son distintas, se dice que se puedo haber hecho mejor. Esa reflexión y comparación es ahora injusta para ME-O y con nosotros. Seguiremos siendo responsables, no soy dueña de los votos, esto no tiene que ver con nosotros sino con los que siguen en segunda vuelta, no nos quedaremos en una nebulosa, por eso está reflexión es para decir: “esto es lo que haremos en segunda vuelta”. Si bien algunos nos responsabilizarán a nosotros de lo que suceda en el ballottage, quiero ser muy clarita otra vez, todos nuestros compromisos los cumplimos, hemos sido los más coherentes para hacer promesas y cumplirlas.

–¿Cuándo fue la última vez que vio a Alejandro Guillier?

–Lo vi en el debate de Anatel hace algunas semanas. No nos hemos juntado, el día de las elecciones lo llamé para felicitarlo pero no lo he visto en persona.