La ex ministra de Defensa Nilda Garré se mostró hoy crítica con el gobierno nacional por el manejo de la situación en torno al ARA San Juan. En particular, la actual diputada nacional le apuntó al titular de la cartera de Defensa, Oscar Aguad, a quien definió como “ministro invisible”. No quiso aventurar hipótesis sobre qué pudo haber ocurrido con el submarino, pero comparó el manejo del episodio con lo que fue su gestión de cinco años en el ministerio, cuando se reparó al submarino

Garré se manifestó “preocupada” por los tripulantes del ARA San Juan, sus familiares y “la familia naval”, a la que consideró “especialmente afectada”. La legisladore afirmó que “estamos todos angustiados” por lo que definió como “una misión encargada por el Estado para patrullar las aguas del Atlántico Sur en resguardo de la soberanía”.

“Aguad es un ministro invisible”, dijo Garré por FM La Patriada en el marco de sus críticas al modo en que el Gobierno está manejando el tema y opinó que “no se lo ve al frente de la situación, cuando es el representante del comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, que es el presidente de la Nación.”. Remarcó que “hoy la comunicación sólo pasa por un muy eficiente capitán de fragata (en alusión a Enrique Balbi), que además es submarinista”.

En su descripción del cuadro de situación, Garré calificó como “inexistente” la gestión de Aguad, dado que “ignora la situación en el primer episodio grave que le toca afrontar, publica un comentario inexacto en Twitter, no se ve su conducción. Dice que hará sumarios, pero no se sabe a quiénes ni con qué criterio”. Agregó que “no sé si dará un paso al costado, pero entiendo que no es un ministro que conduce y toma decisiones”. Criticó también que “no puede ser que la fuerza no le comunique en tiempo y forma lo que sucede”, y remató: “Parece que se entera de todo mientras lee los diarios en el desayuno.”

También hizo la comparación con un episodio de su gestión, en 2008. “Yo tuve una situación parecida con el ARA Santa Cruz. Me avisaron que iba a zarpar con una avería, que no era grave, pero hablé con el jefe de la Armada y le prohibí que saliera al mar, aparte de tomar medidas disciplinarias por no haberme avisado antes”.

Respecto de qué fue lo que pudo haber pasado cuando se perdió contacto con el ARA San Juan hace diez días, estimó que “hay que ser muy prudentes” sobre las hipótesis en danza y que “la única manera de saber qué pasó es tener el submarino y hacer las pericias correspondientes”. No descartó que, “por lo que dicen los peritos”, el origen esté en “un fallo de la batería” provocado “por un ingreso de agua que generó un arco voltaico de magnitud y un incendio”.

La ex ministra también consideró que las comunicaciones entre el submarino y la Armada “ayudarían a saber qué pasó”, además de “la ficha previa, el registro de su paso por astilleros, los arreglos que pudo haber tenido si se detectaron problemas”. En ese sentido, dijo que se debe saber “quiénes autorizaron que saliera a navegar aún cuando ya habría averías detectadas”.

Garré había consultado como diputada al jefe de Gabinete Marcos en su habitual informe ante el Congreso respecto del submarino y la eventual falta de mantenimiento. “Había rumores de que no se hacía el carenado, más un retraso en la reparación del ARA Santa Cruz, prevista pare terminar en 2023. Peña escabulló la respuesta, ahora surge que se suspenden los arreglos en el ARA Santa Cruz”. En ese contexto, afirmó que hay un recorte de 4500 millones de pesos en el presupuesto de Defensa y que “eso afecta al mantenimiento”, por lo cual “hay que invitar a las autoridades a que reflexionen sobre esto”, dado que “no sólo está en juego la defensa nacional, sino también la seguridad de los integrantes de las tres armas”.

Respecto de las críticas a la gestión kirchnerista por lo que fue la reparación del ARA San Juan, calificó eso como “canallada” y “otro caso de la grieta” por “hablar de un hecho de 2017 en relación a lo que se hizo en el gobierno anterior”. Recordó que la reparación se decidió en 2008 “porque debíamos poner esfuerzos en recuperar la industria naval”. Afirmó que se tomaron todas las precauciones, “contamos con la supervisión el astillero alemán que fabricó el submarino en 1983”, se contrató a Siemens para trabajar con el motor principal “y contratamos a una empresa experta en hacer baterías para submarinos”. Toda la reparación insumió 20 millones de dólares. “Pasó todas las pruebas y navegó tres años más hasta este episodio”, cerró.