A diez días de su desaparición, la Armada Argentina admitió ayer no tener indicio alguno del submarino que se presume explotó en el Atlántico Sur con 44 tripulantes, mientras se alistan equipos rusos de búsqueda a máxima profundidad. “No hay indicios a pesar de todo el esfuerzo” que realizan 13 países en el área de operaciones, dijo el portavoz de la Armada, capitán de navío Enrique Balbi, en su contacto con la prensa.

El portavoz precisó que el ARA San Juan no llevaba torpedos al descartar una eventual explosión de material propio. También descartó un ataque y afirmó que por la noche podría zarpar un buque especialmente adaptado para trasladar un minisubmarino de búsqueda aportado por Estados Unidos.

“Lamentablemente, aún no hemos podido localizar el submarino San Juan, a pesar de todo el esfuerzo que estamos realizando en el área de operaciones, (con) siete buques, dos destructores y una corbeta”, afirmó Balbi en el único parte informativo que la Armada brindó ayer en el Edificio Libertad. “No hemos encontrado nada en superficie y nada sub acqua”, reafirmó el portavoz militar. 

Balbi adelantó que el buque Sophie Siem, que fue adaptado especialmente en Comodoro Rivadavia para poder trasladar un minisubmarino estadounidense de rescate a la zona de búsqueda, “si Dios quiere y las condiciones meteorológicas acompañan, podría estar zarpando hoy por la noche con submarinistas argentinos”, aunque los vientos obligaron a demorar la partida (ver aparte). Ese viaje “demandaría unas 24 horas”, advirtió el vocero de la Armada y aclaró que “las condiciones (climáticas) mañana volverían a complicarse”.

El viernes aterrizó en Comodoro Rivadavia el avión carguero ruso Antonov, con un grupo de rescate y un vehículo sumergible teledirigido denominado Pantera Plus, que puede alcanzar hasta 1000 metros de profundidad. La mole de 60 metros trajo en sus entrañas un submarino teledirigible que puede barrer los 1000 metros de profundidad donde se presume yace el submarino. Iba a volar ayer a Ushuaia, pero dejará su carga en Comodoro “por un cambio logístico”, dijo Balbi.

Ese equipamiento y el personal asignado será transportado desde Ushuaia –hacia donde fue el avión tras tocar tierra en Comodoro y cargar combustible– hasta la zona de operaciones por el aviso ARA Islas Malvinas y por la corbeta Rosales.

En la búsqueda también intervendrá otro buque ruso que, sin embargo, no estará disponible en lo inmediato. Según informó Balbi, “el (buque oceanográfico ruso) Yantar estaría llegando a principios de diciembre al área de operaciones” y cuenta con equipamiento de “alta tecnología de inspección sub acqua hasta 6000 metros”. Se trata de un teledirigible ruso de detección a máxima profundidad que estará listo para operar “en unos días”.

Por lo pronto, el operativo cuenta con “siete buques en el área con capacidad de sonda multihaz mapeando el fondo”, explicó Balbi, y agregó que también participan, en otra zona, “dos destructores y una corbeta con sonares”. Los buques realizan un mapeo tridimensional del área de búsqueda, a 430 metros de la costa, subdividida en una cuadrícula de 10 millas cuadradas para un rastrillaje minucioso.

El vocero de la Armada afirmó que hubo un tripulante que se bajó del submarino en Ushuaia, con lo que logró escapar del drama de la embarcación perdida. “Siempre fueron 44 tripulantes. Hubo una duda inicial de que un teniente que se tuvo que bajar en Ushuaia y fue reemplazado. Es cierto que había un numero 45, que había embarcado en Mar del Plata pero desembarcó en Ushuaia por un problema de la madre”, contó.

La búsqueda del ARA San Juan comenzó el miércoles de la semana pasada. El miércoles 22, la Armada confirmó que hubo un evento “consistente con una explosión” en la zona donde se busca la nave, lo que generó bronca y decepción entre los familiares que aguardan noticias de los 44 tripulantes en la Base Naval de Mar del Plata.

Balbi reiteró en su informe de ayer que hubo un reporte de avería en las baterías, pero que se solucionó. “Fue el miércoles 15 por la madrugada. (El capitán) dio una posición, el rumbo que llevaba y la velocidad. Informó de un principio de falencia eléctrica en el compartimiento de baterías de proa. A las siete y media vuelve a comunicarse por telefonía satelital, informando que esa avería había sido subsanada, que tenía propulsión por el servicio eléctrico de popa y que seguía hacia Mar del Plata”, recordó. Los cables de la comunicación entre el San Juan y su centro de control no fueron difundidos.