Independiente se quedó con el clásico de Avellaneda al derrotar anoche por 1-0 a Racing jugando de visitante, en el Cilindro, en un resultado que acrecienta su valor por obtenerlo con un equipo plagado de suplentes y jugando con un hombre menos desde el minuto 34.

Los dos llegaron al encuentro de anoche con necesidades bien distintas. El local quería reafirmar la recuperación que insinuó ante Boca y que le permitió dejar sin invicto al puntero de la Superliga. Tan conforme quedó Diego Cocca con lo ofrecido por sus once que se jugó la brava carta de dejar a Lisandro López en el banco. El Rojo, por su parte, le apunta todos los cañones a la Copa Sudamericana, en un intento por reverdecer los laureles que supo conquistar en el plano internacional. Por eso, Ariel Holan se jugó por un conjunto con mayoría de suplentes, preservando a los titulares para la revancha del martes a la noche ante Libertad, en busca de la final del segundo torneo continental. Así las cosas, el peso del favoritismo pasó a la Academia, que desde los primeros minutos propuso jugar en el campo de la visita, que se retrasaba demasiado, dando prioridad a resolver las situaciones de peligro que le podían crear.

Promediando la primera etapa, el Racing titular jugaba casi a voluntad ante el Independiente muletto. Sin embargo, un error de Vittor en la salida le posibilitó a Fernández marcar el 1-0. El delantero cuerpeó al defensor y corrió, se metió en el área ganándole al cierre desesperado de Ríos y sacó un zurdazo cruzado que superó la estirada de Musso.

Quiso reaccionar la Academia, pero se repitió en los pelotazos a Martínez y Triverio. Esos vanos intentos sólo le trajeron el rédito de jugar once contra diez, pues el Rojo perdió a Moreira, expulsado por doble amarilla. En desventaja numérica, los dirigidos por Holan estuvieron a punto de estirar la ventaja antes de irse al descanso, pero Musso lo evitó volando espectacularmente sobre su ángulo derecho.

El complemento fue un monólogo de Racing. Cómodo con la ventaja, la visita concentró esfuerzos en no dejar espacios para que los delanteros locales hilvanaran llegadas claras, algo que le viene costando mucho a los dirigidos por Cocca. La falta de variantes ofensivas tornaron infructuoso el dominio de la Academia, más allá de algunas chances que pudieron cambiar el resultado –como el tiro e el palo de Lautaro Martínez–, mientras que el Rojo cerró el negocio que se le hizo redondo con aquel gol de Fernández que a la postre le sirvió para asestar un duro golpe al clásico rival, más meritorio todavía al considerar que lo obtuvo con mayoría de suplentes.