Un jurado popular declaró culpable a Joel Fernández, alias “Chavito”, único imputado por el femicidio de la adolescente Melina Romero, asesinada en 2014 en la localidad bonaerense de José León Suárez. El fallo del jurado popular lo consideró culpable por “homicidio preterintencional y privación ilegal de la libertad” y quedó preso en el tribunal ante el “peligro” de que se fugue antes de que el jueves se conozca la pena que le aplicarán. Los padres de Melina Romero consideraron que “se hizo justicia”. Durante el día, tuvieron lugar los alegatos. Fernández se declaró inocente y denunció amenazas policiales. La familia de Melina, como querellante (no intervino la fiscalía), había pedido al jurado que consideraran a Fernández como coautor de homicidio agravado por la participación de dos o más personas y por la condición de mujer de la víctima.

El acusado, que llegó al juicio en libertad condicional, fue imputado por “homicidio agravado por ser cometido con el concurso premeditado de dos o más personas y por la condición de mujer de la víctima, en concurso real con abuso sexual agravado por ser cometido mediante acceso carnal seguido de muerte y privación ilegal de la libertad coactiva”.

Apenas escuchó el fallo y al juez Adrián Berdichevsky –que dirigió el proceso– ordenar su inmediata detención por peligro de fuga, “Chavito” (20) rompió en llanto, se arrojó al suelo y mientras lo retiraban esposado de la sala de audiencias gritaba que él no tuvo “nada que ver” con el hecho.

“¡Por favor, no! ¡Quiero ver a mi hermana!”, exclamó el joven, vestido con una camisa negra de cuello blanco, al tiempo que los policías casi lo arrastraban fuera del recinto.

El juicio a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 de San Martín pasó a un cuarto intermedio hasta las 9 del jueves próximo cuando se fijará la pena para el “Chavito” Fernández, quien fue hallado culpable de los delitos de “homicidio preterintencional” en concurso real con “privación ilegal de la libertad coactiva agravada por la participación de dos o más personas”.

El abogado Marcelo Biondi, representante de la familia Romero, lamentó que no se probó el “abuso sexual” que como particular damnificado consideraron que sufrió Melina ya que se necesitaba el voto de los 12 jurados pero uno no lo dio por acreditado. Ninguno de los peritos convocados pudo confirmar el abuso sexual.

Sin embargo, consideró que por los delitos que se le atribuyeron a “Chavito” el jueves él va a pedir una pena “importante” y estimó que podría ser de “once años” de prisión.

Por su parte, Ana María y Rubén, los padres de Melina, dijeron esta noche al retirarse de los tribunales que se sienten “conformes” con el fallo, consideraron que “se hizo justicia” pero, aclararon, que falta hallar a los otros responsables del crimen.

“Es un trabajo que él solo (por el ahora condenado) no hizo”, sostuvo la mujer visiblemente emocionada.

Melina Romero tenía 17 años cuando desapareció el 24 de agosto de 2014. Esa noche fue al boliche “Chankanab” de San Martín. Su cuerpo apareció un mes más tarde junto al arroyo Morón, en José León Suárez, cerca del predio de la Ceamse.

El caso pudo resolverse gracias al testimonio de una joven conocida como M, amiga de la víctima. La testigo protegida contó que Melina pasó a buscarla con “Chavito” y otras personas. Ambas chicas fueron drogadas y alcoholizadas en una vivienda, antes de ser abusadas. Luego las subieron a un auto y ella vio cómo tiraban a su amiga. “A Melina la tiraron al arroyo, a mí me tenían apuntada con un fierro. Era como un descampado, todo yuyo y pasto. Le colocaron piedras adentro de una bolsa negra”, contó a la Justicia.

Por el caso fueron detenidos “Chavito”, Elías “Narigón” Fernández y el pai César Sánchez, que quedaron libres por falta de pruebas y acusaron a la testigo principal de falso testimonio.

En el juicio no hubo querella del Ministerio Público, dado que la fiscal María Fernanda Billone desistió de acusar a los imputados, mientras que el abogado de los padres de Melina, Marcelo Biondi, apuntó contra “Chavito”. En su alegato, Biondi había asegurado: “Está probado que este señor, junto a tres más, mató a Melina y la tiró al arroyo”.

El caso tiene sus bemoles, ya que la investigación inicial es un cúmulo de baches y escaso impulso fiscal.