La muerte de una nena de 7 años, y la decisión de sus padres de donar sus órganos, en el Hospital de Niños “Víctor J Vilela”, de Rosario, hizo posible tres implantes de órganos en distintos lugares del país. “La posibilidad de donantes pediátricos se da con poca frecuencia, debido a que estadísticamente es muy baja la frecuencia de fallecimientos de menores en condiciones potenciales para ablacionar. Requieren, al mismo tiempo, de una unidad de terapia intensiva debidamente equipada y a cargo de especialistas con el nivel profesional como el que ha demostrado el Hospital Vilela”, expresó Cecilia Andrada, directora del Cudaio (Centro Único de Donación, Ablación e Implante de Órganos).
Andrada destacó "especialmente la decisión de donar que tomaron los padres en medio de una pérdida tan inesperada y dolorosa, y el acompañamiento del resto de la familia. El marco legal vigente establece que la ablación puede realizarse a toda persona capaz mayor de 18 años que no haya dejado constancia expresa de su oposición, y que en el caso de menores la decisión es de los progenitores. Nuestra experiencia, coincidente con la del resto del país, es que en los procesos pediátricos es más probable que se den en familias con una visión positiva sobre la donación, en muchos casos previamente informadas y concientizadas”.
Las estadísticas oficiales de Incucai muestran que en lista de espera nacional para trasplante de órganos hay 170 pacientes menores, y que en lo que va de 2024 hubo 142 trasplantes a pacientes de esa franja etaria. Además, a lo largo de este año se llevan registrados 36 procesos de donación pediátrica.