Desde Bariloche 

El informe prelimiar de la autopsia realizada el domingo a la noche determinó que Rafael Nahuel fue asesinado con una bala 9 mm por la espalda. El examen concretado por la Justicia rionegrina sobre el cuerpo del joven confirmó que la bala ingresó por el glúteo izquierdo y dañó órganos, causando la muerte por hemorragia interna. El buen estado del proyectil permitirá su peritaje.

La autopsia encargada por la justicia federal a la provincial ratificó que Rafael fue asesinado por la espalda: el proyectil ingresó por el glúteo izquierdo y se alojó bajo la piel en el sexto espacio intercostal, del lado derecho. En su paso, atravesó el músculo ilíaco, los intestinos, el hígado, el diafragma y el pulmón, causando la muerte del joven por hemorragia interna, de acuerdo al detalle al que accedió PáginaI12.

El proyectil extraído aparenta ser de una 9 mm y está sano, por lo que permitirá avanzar con la pericia para determinar el origen del arma que asesinó a Rafael durante la represión en la comunidad Lafken Winkul Mapu, en Villa Mascardi. Los proyectiles 9 mm son compatibles con los utilizados por Prefectura.

Durante la autopsia, el juez Gustavo Villanueva secuestró todos los celulares de los presentes para evitar la filtración de imágenes, como ocurrió con el cuerpo de Santiago Maldonado.

La autopsia concluyó pasada la medianoche del domingo e inmediatamente después el cuerpo fue entregado a los familiares del joven.

Mientras se realizaba el velatorio (ver página 7), la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, insistía en que las fuerzas federales de seguridad actuaron bajo el imperio de la Ley e instalaba la hipótesis de un grupo desestabilizador de las instituciones. Habló de enfrentamiento armado y justificó el accionar del grupo Albatros, cuyos integrantes, aseguró, dispararon “hacia los árboles” (ver aparte).

El doctor y concejal del FpV en Bariloche, Ramón Chiocconi, integró la comitiva que el domingo llegó hasta la comunidad Lafken Winkul Mapu, y tiene otra versión: “La descripción de lo que ocurrió por parte de los integrantes de la comunidad coincide con los que vimos en el lugar. Les dieron el grito de voz de alto y vieron a los efectivos (del grupo Albatros); casi inmediatamente escucharon el primer tiro, que fue el que recibió Rafael, que estaba moviendo una piedra, de espaldas hacia el disparo, lo que explica la trayectoria de la bala”.

Chiocconi relató que “casi inmediatamente Johana (Colhuan), cuando ve caer a Rafael, gira hacia él y le entra la bala en el hombro. Si no giraba, dice que le pegaba en el pecho”.

Luego de la lluvia de balas de Prefectura “quedaron los tres tirados, sangrando en el sueldo y ahí se van los (integrantes) de Prefectura”.

Los tres tirados eran Rafael Nahuel, Johana Colhuan y Gonzalo Coña. El primero de ellos falleció por el disparo, y los otros dos sufrieron heridas superficiales con orificio de entrada y salida de la bala en el hombro y el codo respectivamente.

“No hubo según ellos ningún enfrentamiento ni tienen armas, y esto es compatible con lo que vi”, relató Chiocconi a PáginaI12.

La comitiva que llegó el domingo al lugar subió a la montaña por una picada y a poco de andar encontraron “una comunidad, un fogón, hombres, mujeres, cuatro o cinco chicos que andaban por ahí, algunas bolsas con comida”, relató. No había herramientas, no había armas. Chiocconi atendió a Gonzalo Coña y Johana Colhuan, quienes se encuentran en buen estado de salud. El resto de la comunidad se mostró “de buen ánimo como para mantener sus reivindicaciones y estaban bien de salud”.

Peritajes frustrados

Tras el acuerdo alcanzado el domingo, el peritaje que debía realizarse este lunes en la comunidad Lafken Winkul Mapu se vio frustrado. Mientras el grupo mapuche denunció la militarización de la zona y la inexistencia de garantías para permitir el ingreso de la Justicia y las fuerzas de seguridad, desde el ministerio de Seguridad filtraron información sobre un ataque con piedras de los mapuches a los uniformados.

El momento de mayor tensión, según reconstruyó este medio, se dio cuando los miembros de la comunidad pretendieron palpar de armas a los efectivos de la Policía Federal, lo cual fue rechazado por los representantes de la cartera que conduce Bullrich.

El juez Villanueva quedó en una posición incómoda, ya que fue quien –junto a referentes de la APDH– negoció la apertura de un espacio de diálogo y acercamiento entre las partes.

El magistrado –el mismo que ordenó el desalojo que comenzó el jueves pasado con la detención de cuatro mujeres y cinco niños–, pretendía buscar las vainas de los proyectiles utilizados durante la represión que finalizó con el asesinato de Nahuel, y avanzar con otras pericias.

Pero la tensión, la desconfianza mutua y el antecedente reciente de violencia por parte de las fuerzas de seguridad complotan contra la posibilidad de un acuerdo.