Rafita, con la bandera mapuche y la remera de Boca
En torno del cajón gestionado por la Junta Vecinal, estuvieron familiares, amigos y referentes de organizaciones sociales.Entre llantos, sus amigos lo despiden. Sentados en los bancos que acercó la escuela, en el patio de tierra, mascullan bronca. "Como tía lo único que pido es justicia, y que se dejen de decir todas las mentiras de las que hablan. Rafita era bueno; si fuera malo no habría tantas personas acá", dice y gira para ver el patio de la casa de su sobrino, lleno de amigos y familiares.