La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, dio una conferencia de prensa en la que mostró un video que, según sostuvo, fue el origen del último hecho de represión en el que la Prefectura detuvo a una vecina de la Villa 21-24 –madre de un adolescente hostigado por los prefectos–, cometió abusos sobre la tía del muchacho y detuvo a otros dos vecinos, uno de ellos, el fotógrafo de la revista villera La garganta poderosa. Para justificar el accionar de los prefectos, Bullrich aseguró que la organización social sostiene una “mentira”. “La mentira y el relato tienen que frenar”, agregó, y acusó a La Poderosas de querer que “se meta el narcotráfico y la venta de estupefaciente esté liberada”. Tras la rueda con los periodistas, la organización villera exigió la renuncia de la funcionaria, en tanto el Centro de estudios legales y sociales, el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), entre otras entidades culturales y sociales repudiaron la política de amedrentamiento de la ministra. 

La ministra profirió las acusaciones mientras se lleva adelante un juicio oral contra seis integrantes de la Prefectura por las torturas en 2016 a dos integrantes de La Poderosa, la organización que visibiliza la realidad en las villas y el accionar represivo de las fuerzas de seguridad en esos territorios, y a menos de dos semanas de otro episodio de violencia protagonizado por integrantes de esa misma fuerza en la Villa 21-24.

“Vamos a desenmascarar la mentira de La Garganta Poderosa sobre la acusación a la Prefectura por los hechos en la Villa 21-24”, decía el encabezado del correo electrónico con el que el Ministerio de Seguridad de la Nación convocó a los periodistas a la conferencia que brindó, ayer por la mañana, la titular de la cartera.

Las ministra expuso una filmación, sin audio, en la que se ve a un efectivo de la Prefectura mientras viaja en un colectivo y tiene un intercambio de   palabras con un par de jóvenes. Después, cuando el uniformado desciende del vehículo se desata una pelea callejera que la ministra toma como base para justificar la represión que desencadenarían minutos después los prefectos que llegaron en ayuda de su colega.

La funcionaria, además, puso en la mira a la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), al sostener que la denuncia que la organización presentó tras la represión “es toda falsa, porque La Garganta Poderosa tiene mucha gente trabajando” en esa fiscalía especializada. Y le pidió que “trabaje con la verdad” y “no sea defensora de la mentira”. También desestimó, sin que se haya iniciado una investigación, el abuso de los prefectos. “Todo es mentira, hasta el abuso”, insistió la funcionaria.

En un momento tenso de la conferencia, a Bullrich le preguntaron por qué, durante la razzia, fue baleada la casa de Iván Navarro, uno de los dos jóvenes que llevaron a juicio por torturas a los prefectos Leandro Antúnez, Osvaldo Ertel, Ramón Falcón, Yamil Marsilli, Orlando Benítez y Eduardo Sandoval –por el caso está procesado también Félix de Miranda–. A la pregunta, la ministra respondió con otra pregunta: “¿ Iván es el que relata?”, inquirió, desconociendo que es uno de los torturados por la fuerza de seguridad. 

La Poderosa respondió con una “Carta de despedida a Patricia Bullrich”, en tanto su referente, Nacho Levy, dijo a PáginaI12 que “salieron a embarrar la cancha porque viene una condena contundente en el primer juicio por torturas contra el Ministerio de Seguridad, gracias al coraje de Iván y Ezequiel (el otro denunciante)”. 

Y explicó que “el gobierno recibió tres interpelaciones frente a las que algo tenía que decir: primero la del Comité por los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, por las denuncias que presentamos el año pasado cuando viajamos a Ginebra. Después, el TOC 9 (Tribunal Oral) sacó un inusual comunicado interpelando a (Pablo) Noceti –jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad– porque se desentendió del accionar de Prefectura en el operativo ilegal del 26 de mayo. Es decir, el gobierno le tenía que responder al Comité, Noceti a la justicia, y en tercer lugar a los lectores de La Nación que leyeron la columna de Roberto Gargarella, que daba cuenta del trabajo de nuestras asambleas en los barrios y sostenía que el gobierno hace una canallada al demonizarlas en lugar de valorar la experiencia”.

Para Levy, ayer Bullrich “tendría que haber dicho ‘vamos a desenmascarar a los prefectos que abusaron de Jéssica durante el operativo, vamos a desenmascarar a los torturadores que están denunciados. Vamos a desenmascarar a quienes tuvieron secuestrada en un patrullero a nuestra compañera durante 80 minutos’. En cambio salió a encubrirlos”, aseguró.

Para el periodista y militante social, la ministra “no explicó por qué los prefectos se quitaron las placas identificatorias antes de empezar la razzia; en su propio relato no puede explicar por qué la cantidad de efectivos ni por qué entraron sin orden de allanamiento a una vivienda, mientras nuestros compañeros fueron sobreseídos en tiempo récord porque la causa se caía”.

Levy, que responsabilizó a la ministra por la seguridad de los militantes de las 79 asambleas del país que integran lo organización, sostuvo que los dichos de la funcionaria “son un ataque a lo que representa La Garganta y los medios autogestivos para la doctrina Chocobar”.