Descontracturado, verborrágico y detallista, ayer declaró el suboficial Ariel Lotito, ex coordinador de la disuelta División Judiciales, que intervino en la causa contra la banda de Los Monos. Con seguridad sobre su actuación en la cuestionada causa, dijo que para él el homicidio de Martín "Fantasma" Paz ‑que desencadenó en la investigación por asociación ilícita‑ "está esclarecido", pese a que no hay imputados por ese delito en el expediente que instruyó el juez Juan Carlos Vienna. Con manifestaciones de orgullo sobre la investigación realizada, muchas veces usó el término "los buenos policías", para hablar de sí mismo. "Soy un analista, sin título de analista", se autocalificó. Sobre el móvil del crimen de Paz, no dudó: "El dato era que le habían dado 10 millones de pesos para invertir en vehículos y él lo usó para prestar plata para la compra de ese cargamento que perdieron (secuestrado por Gendarmería en Salta) y no tenían para devolverla". Y aseguró que "fue una ejecución, porque le dispararon hasta estar seguros de que lo mataron". En ese contexto, acusó a los imputados en el juicio, como "autores intelectuales". El abogado Carlos Varela, saltó durante la declaración: "Lotito, (Luis) Quevertoque y (Cristian) Romero -todos declararon esta semana‑ inventaron esta causa". La defensa podrá hacerle preguntas hoy a Lotito. Más temprano, Ramón "Monchi" Machuca volvió a  hablar: "Al testigo que viene ahora, lo conozco desde 2011. Quiero que le pregunten para ver si miente". 

"Hice todas las funciones, y me especialicé en inteligencia. Soy un analista, sin título".

"¿Por qué la investigación del homicidio de Paz derivó en la causa a la banda?", preguntó el fiscal Gonzalo Fernández Bussy. "De acuerdo a la hipótesis policial fueron los autores intelectuales del homicidio y lo concretaron por medio de sicarios pertenecientes a la banda", lanzó sobre lo que no es parte de la imputación a los sentados en el banquillo.

Lotito se presentó como empleado de la División Informaciones de la URII, pero aclaró que durante 15 años trabajó en la ex Drogas y que estuvo en la División Judiciales. "Hice todas las funciones, desde cabo de cuarto a investigador porque me especialicé en inteligencia. Soy un analista, sin título", dijo. Cuando le preguntaron qué significa eso, respondió: "Tener personal que colecta información, analizarla, volcarla, entrecruzar datos y elevarlos a la Justicia cuando los requieren".

La forma en la que el testigo se desenvolvió ante el Tribunal conformado por los jueces Ismael Manfrín, María Isabel Más Varela y Marisol Usandizaga (que ayer fue recusado, entrada la tarde) hizo parecer que desde hace años esperaba ese momento. A diferencia de sus susperiores, se hizo cargo de varias tareas de la brigada. "Recibía la información de quienes trabajaban en la calle, aunque también estaba en la calle, entrecruzaba datos y buscaba verosimilitud", dijo.

Guiado por el fiscal, dijo que en 2013 cuando se inició la causa a la banda fue convocado a la División Judiciales. "Me convocó Cristian Romero, porque somos muy buenos compañeros y amigos; él se inició conmigo cuando teníamos veintipico de años. Me convocó para coordinar tareas de personal de calle. Teníamos muchas investigaciones a cargo", aclaró; pero "el caso de Martín Paz era un hecho similar al sicariato. Diferentes fuentes referían que fue un hecho de venganza por una deuda. Se solicitó acceso a la información que había en el juzgado y Vienna nos autorizó a verlo durante cuatro horas en Tribunales. Después se pidieron copias". Y fue más allá de la acusación contra los imputados: "Desde mi punto de vista, no coincidente con la autoridad judicial, el hecho está esclarecido. Hay comunicaciones dentro del mismo expediente donde una persona de nombre Carlos o Carlitos, sindicado mucho antes de la escucha, le hace un comentario a una persona encargada de trasladar a un imputado, durante el transcurso del expediente se lo identifica como Claudio Gómez, integrante de la organización, y en la llamada que después tomó estado público esta persona, Carlos, dijo ser compañero del Negro González: 'Decile al viejo que nos deje plata, nosotros somos los que matamos al Fantasma`", señaló sobre tal comentario.

Sobre los datos que se manejaban, dijo que "Martín Paz le había pedido un dinero a la gente del grupo investigado para inversiones probablemente en vehículos o inmobiliarias, de dinero producto de actividades ilícitas. Paz se habría quedado con parte del dinero y por eso fue la venganza", razonó.

Escuchas. Para Lotito, los resultados de intervenciones telefónicas son "un 50 por ciento de la investigación", porque "la orientábamos por las escuchas, nos daban datos concretos para buscar por otro lado, con otras fuentes". Sobre los motivos para intervenir líneas, señaló: "Queríamos ver si se pisaban diciendo algo del homicidio de Paz. El primer pedido de intervención se hizo en abril de 2013, sobre siete teléfonos". Según dijo, "nunca" le preguntó la fuente a ninguno de los que realizaban tareas de calle. Entre los datos que arrojaron las escuchas, apuntó: "El teléfono de Machuca era usado por (Leandro) Vilche. Nos brindó contactos de varias de las personas de la asociación ilícita. De ahí, el seguimiento, dentro de Tribunales, a Diego Demarre (dueño del boliche donde mataron a Claudio "Pájaro" Cantero), que después fue asesinado. Cantero le dio casa a Vilches para que viva y acopie municiones, armamentos. Era la casa que me habían dicho que compró Ariel Guille Cantero a un detenido por 30 mil pesos cuando valía unos 300 mil. Esa intervención nos permitió saber conexiones de esta banda con (Luis) Medina, otro mencionado como líder de bandas delictivas de la zona, defendidos por los mismos letrados de esta investigación", sindicó sobre lo que las defensas leyeron como un comentario hostil.

Según aclaró, las escuchas no eran en tiempo real, sino que llegaban semanas después, desde Buenos Aires y lamentó: "No pudimos anticiparnos al homicidio de la nena Lourdes Cantero (perpetrado en mayo de 2013). Eso nos duele a los policías que trabajamos".

Entre otras cosas, los integrantes de la banda, "hablaban de armamento, tirar tiros, armas que tenían que devolver a Guille, tomar bunker de venta de drogas, tomar barrios: querían Villa La Lata, la zona de La Mandarina y República de la Sexta", detalló.

También mencionó conocer términos de la jerga, que suelen aparecer en comunicaciones: "La 'negrita' es el arma que mató a Demarre, Alomar y a los César. Son muchos años trabajando en esto", se jactó sobre lo que criticaron las defensas.

"La 'negrita' es el arma que mató a Demarre, Alomar y a los César. Son muchos años trabajando en esto".

Según reveló, cuando entraba alguna escucha puntual, se ponía "por altoparlante en la oficina para analizarla entre todos". Ante las sospechas de la defensa sobre cómo se transcribieron esas escuchas, Lotito aclaró: "Había un lugar que le decíamos el bunker, donde trabajaban cuatro empleados judiciales que re‑escuchaban lo que nosotros llevábamos transcripto".

La previa de Monchi. Antes de la declaración de Lotito, Machuca, para quien la Fiscalía pide 41 años de prisión, pidió hablar: "Quiero contar algo para ir desenmascarando esto que nos vienen armando tras la caída de (el ex jefe de policía Hugo) Tognoli. La provincia armó un circo para vender a la sociedad que nosotros somos los culpables de todo lo que ocurre". Y avanzó: "A Lotito lo conocí en 2011, en los 15 años de mi hermana, donde ellos habían hecho una investigación y dijeron que pagamos con billetes de baja denominación. Es mentira. Había mesas familiares, yo estaba con Daniel Vázquez (uno de los hermanos de barrio Tablada, mencionado en causas del Federal) y me presentó a Lotito, que estaba de personal de seguridad según la planilla de salón. Dijo que era integrante de Drogas Peligrosas y quedó ahí... y después, 15 días antes de que nos allanaran (en mayo de 2013) me llamó Vázquez. Estaba asustado. Me dijo que fue a llevar la Toyota a hacer un service, lo encontró a Lotito y le comentó que nos estaban armando una causa y me lo quería presentar para que arreglemos. Yo le dije que no tengo nada que arreglar, no tengo nada que ver con la muerte de Paz, que hagan lo que tengan que hacer. Quiero que mis abogados lo interpelen para ver si él miente", narró el imputado.

Causas penales. "¿Tuvo alguna vez causas penales?", quiso saber el fiscal. "Sí -respondió Lotito-, cuando estuve en Drogas, por un caso de homicidio en un hecho armado con delincuentes, cerca del 2000, y salí sobreseído. Causas como todos los policías que trabajamos bien, cuando nos denuncian los delincuentes por falsos apremios ilegales. También alguna vez discutí con algún jefe y me retaron, pero nada más".

Mensajes. Lotito dijo que entre los mensajes que había en el teléfono de Paz, figuraban algunos con Diego Cuello (que estuvo sindicado en la causa de la narcochacra) y otro que decía: ¡mirate el diario El Tribuno de Salta", donde hablan de un cargamento de droga que secuestró Gendarmería porque cambiaron de grupo de guardia. Había cerca de 100 kilos de cocaína". Además, dijo que "surgió que Paz manejaba plata, que había deudas y alguna relación con el tema del narcotráfico. El dato era que le habían dado 10 millones de pesos para invertir en vehículos y él lo usó para la compra de ese cargamento que perdieron y no tenían para devolver la plata". Más adelante dijo conocer los apodos de los Cantero "desde que robaban caballos cuando eran chicos". Y agregó que usurpaban viviendas. "Como lo del casino de Rosario donde había propiedades que iban a ser desocupadas. La Secretaría de Vivienda se comprometió a dar viviendas en 27 de Febrero y Colombres y se fue a censar a personas humildes, con pasar económico feo, y estas personas sin escrúpulos se metieron a las casas, los echaron y dieron sus datos personales. Celestina (Cantero, condenada en juicio abreviado en la misma causa), Lorena Verdún, la familia Casco, eran unas 44 personas para que se los cense como que no tenían viviendas cuando ya vivían en suntuosas casas. Las alquilaron para seguir incrementando su patrimonio", profundizó.

Dijo conocer los apodos de los Cantero "desde que robaban caballos cuando eran chicos".

Poder de fuego. También fue consultado sobre el poder ofensivo que tenía la banda. "Era letal, un poder de fuego impresionante con armas de grueso calibre, ametralladoras, fusiles", dijo, mientras se escuchaban murmullos de Verdún, que anteayer increpó desde el banquillo al ex jefe de Lotito, Raul Saccone, y fue sacada de la sala.

Vínculos. El testigo confirmó vínculos de la banda con la policía. "Les servían a sus fines espurios. Todos esos datos se obtienen de tareas de calle, entrecruzamientos, consultas al Poder Judicial y al buscar la basura de las personas investigadas: 'Dime lo que tiras y te diré cómo vives', dijo entre risas, lo que generó el malestar de loss defensores, quienes pidieron que se le llame la atención.

Otras muertes. "Teníamos a cargo el homicidio de Santiago 'Gordo' Pérez, dealer de drogas de zona oeste, asesinado en Larrea y San Juan, cuya tarjeta azul estaba a nombre de uno de los imputados en esta sala. Actuó el juzgado de (María Luisa) Pérez Vara y estuvimos meses esperando que nos ordenen medidas, y nos dijeron que seguiría la brigada de Homicidios", detalló. "El de Juan Domingo Vivas, el mismo día que el otro y con los mismos sicarios, con los mismos autores intelectuales, creo que era el señor (Luis) Medina y (Esteban) Alvarado, quienes manejaban organizaciones delictivas", enumeró.

Escuchas. Las defensas objetaron ayer a la tarde que sea el sargento Lotito quien reconociera las voces de las escuchas que durante la jornada del martes se emitieron en la sala de audiencias. No es menor el dato porque fue quien transcribió la mayoría, y puede complicar a los detenidos por el tenor de las grabaciones. El juez Ismael Manfrín rechazó la presentación, por lo cual también fue recuzado, y finalmente lo fue el tribunal en pleno: Manfrín, Usandizaga y Más Varela. El cierre de la jornada se dio con el rechazo a esta última recusación.