"I.D.I.O.T.A. es una obra contemporánea, habla de lo que pasa hoy, ya no solo en nuestro país sino en el mundo. El gran ojo visor que está en todas partes, vigila, sobrevuela, y decide por nosotros haciéndonos creer que somos los que decidimos", dice el actor rosarino Luis Machín en diálogo con Rosario/12 acerca de la obra que comparte con María José Gabin, con dirección de Daniel Veronese y que podrá verse en Rosario el 9 y el 10 de diciembre en el Teatro La Comedia.

La exitosa propuesta escrita por el autor catalán Jordi Casanovas, versionada por el director, desarrolla en forma de comedia dramática los sometimientos a los que se presta el típico ciudadano medio para poder paliar de alguna forma sus problemas económicos.

‑ Hay una obra del venezolano Rodolfo Santana, La empresa perdona un momento de locura, que tiene muchos puntos de contacto con I.D.I.O.T.A; las cosas parecen seguir pasando, más allá de los dorados tiempos de la posverdad...

- Es cierto y es buena la comparación; esa relación perversa que se da en algunos ámbitos donde el ser humano está sometido por una fuerza ajena pero cercana como la empresa en la que trabajó toda la vida, en la obra de Santana o en este caso, en el experimento que propone Casanovas.

Machín refiere a la presencia de una entidad dominante que ejerce también una fuerza de opresión sobre el ser desesperado por el intento de salvación individual. "Las simetrías en obras escritas con muchos años de diferencia no hablan más que de lo poco que se ha avanzado en algunos temas vinculados a entidades dominantes y seres dominados. Algunas historias lamentablemente se siguen repitiendo de maneras aggiornadas", agrega el actor, distinguido con el ACE 2017 por su notable trabajo en El mar de noche.

 

"La obra entra en el público como una gran comedia que va mutando y hace que el espectador se vaya con más que una risa".

 

‑ ¿El haber compartido la escena con María José Gabin, implica un nuevo  premio en tu carrera teatral?

- Gabin es parte de la historia teatral argentina, con las desopilantes Gambas al Ajillo. Es un lujo compartir el escenario con quien tanto le dio y le da a la escena nacional. Este encuentro posibilita volver a encarnar algo festivo en la actuación que tenían los 80; si bien no viví el Parakultural, me gusta pensar en ese carácter de actuaciones desmedidas, descontroladas, payasescas. Como lo viví con Verónica Llinás en televisión, ahora lo vuelvo a vivir con María José en I.D.I.O.T.A.

El reconocido actor rosarino se refirió a este momento especial por el que atraviesa su carrera, donde demuestra su ductilidad a partir de esos dos personajes tan disímiles como los que construye en I.D.I.O.T.A y El mar de noche, dos obras que se sostienen exitosamente en cartel.

"Las distintas etapas por las que voy pasando en mi actividad las vivo con alegría, muchas incertidumbres y enigma. Alegría de saber que lo que quería desde muy joven fue haciéndose realidad, que mucha gente con la que fui trabajando fueron fundamentales para que esos deseos vayan convirtiéndose en camino inexorable hacia lo que deseaba", dice Luis Machín.

Esos deseos tienen que ver con "poder ser otros", poder contar historias y sumergirse en personajes muy distintos, manejando la energía para componerlos, según sus palabras. "Las incertidumbres y los enigmas vienen de la mano de algunas certezas. Porque la certeza de que voy a actuar hasta mi último suspiro trae las incertidumbres y los enigmas propios de esta actividad; pero también están las curiosidades y desafíos permanentes a los que si no se presentan solos, me encargo de buscarlos", dice Machín.

I.D.I.O.T.A dispara muchos interrogantes a nivel social, se permite divertir y hacer reflexionar al espectador, y eso no es poco para la época.

- Da la posibilidad de la reflexión, entra en el público como una gran comedia que va mutando y hace que el espectador se vaya con algo más que una risa, es la mutación a la mueca descolocada, al giro inesperado que transforma la pieza en otra cosa, más asfixiante pero otorgando un campo de reflexión. Creo mucho en lo que aporta en relación a algunas de las cosas a las que deberíamos atender con más cuidado si no queremos que nos emboquen sin saber de dónde vino la piña.

Machín, además de su gran capacidad histriónica y la ductilidad que lo convierte en uno de los grandes actores argentinos de los últimos años, se caracterizó siempre por un pensamiento comprometido con la realidad, valores que le confieren un sitio de gran respeto entre sus pares. En esta nota no pudo dejar de mencionar su preocupación por la grave situación que atraviesa el país con respecto a la pérdida de los derechos y las conquistas sociales.

"Creo que muchos argentinos vivimos momentos de enorme angustia en un país que a muchos los expulsa de sus trabajos, achica la posibilidad de crecimiento sustentable, sacando de circuito al más desprotegido, poniendo en peligro el estado de derecho, que se desentiende de temas fundamentales en las responsabilidades del Estado, con discursos que nos retrotraen a momentos trágicos de nuestra historia", dijo Machín.

Con respecto a esta necesidad de traer a Rosario lo que está produciendo en Buenos Aires, el actor recordó sus orígenes y el agradecimiento a la ciudad donde se inició como actor. "Desde hace muchos años traigo las obras a la ciudad para los que no pueden llegarse allá, crecí en estas calles y me eduqué en sus escuelas. En la vida hay que ser agradecido, esta es mi manera de serlo", dijo Luis Machín.