Para lograr un acercamiento las carencias o imposibilidades de la inteligencia artificial generativa, mi idea es recuperar o volver a analizar el texto que hace más de 70 años adelantó lo que hoy ya es una realidad. Se llama "La maquinaria de la computación y la inteligencia" (Computing Machinery and Intelligence) y lo escribió Alan Turing en 1950. En esas páginas se plantean muchas preguntas que hoy vale la pena volver a hacer. Aquel análisis visionario de Turing es en 2025 muy actual, aunque presentaba interrogantes sobre algo que aún no existía en los 50's. Turing desarrolla una serie de objeciones a la posibilidad de la inteligencia de las máquinas, y él mismo intenta refutarlas en el texto. Su enfoque presenta puntos claves, y dudas aún vigentes, pero que hoy se hacen difusos ante el encandilamiento y la sorpresa que genera una tecnología revolucionaria como la IA, que ya está a nuestra disposición.
En su trabajo Turing se pregunta si las máquinas podrán llegar a pensar en algún momento, o como aclara, hacer algo que se le parezca mucho a la manera de pensar humana. Lo plantea así: "¿No podrán las máquinas realizar algo que debería describirse como pensar pero que fuera muy diferente a lo que un hombre hace?". Y continúa: "Esta objeción es muy fuerte, pero podemos afirmar que no debe preocuparnos si, a pesar de ella, puede construirse una máquina que participe satisfactoriamente en el juego de la imitación". Y agrega: "para intentar proporcionar las respuestas que el hombre daría con naturalidad".
Allí Turing presenta su famoso test o juego: un examinador que hace preguntas, y dos examinados que responden. Uno es un ser humano y el otro es una máquina. ¿Será posible en algún momento que el examinador no note por las respuestas cuál es la máquina y cuál es el ser humano?, se pregunta. El abordaje tiene mucha relevancia en los tiempos de ChatGPT o DeepSeek, y es clave poner atención en las palabras que Turing usa. En sus proyecciones sostiene que la máquina no podrá llegar a pensar, pero que sí podrá hacer algo que le permita participar con éxito en ese juego de "imitación". Una idea que hoy se debe remarcar. La inteligencia artificial generativa no es pensamiento ni creación. Es gestión de información y predicción estadística, entre otras muchas cosas. Pero debe quedar en claro que no es pensamiento como el humano. Es solo un recorrido efectivo para hacer posible esa "imitación". Pero es solo eso, una imitación.
"Aproximadamente en 50 años será posible programar computadoras con una gran capacidad de almacenamiento para que tomen parte muy bien en el juego de la imitación", decía Turing en otro párrafo. Y a su vez señalaba que existían preguntas que nunca podrían ser respondidas por la máquina, y ponía un ejemplo: "¿Qué opina usted de Picasso? Sabemos que las preguntas que la máquina no podrá responder son de ese tipo", afirmaba.
En otra parte del texto Turing hacía un listado de imposibilidades reales de las máquinas: "la capacidad de ser amable, ingenioso, hermoso, amistoso, de tener iniciativa, sentido del humor, de distinguir lo bueno de lo malo, de cometer errores, de enamorarse, de disfrutar las frutillas con crema, de lograr enamorar, de aprender de la experiencia, de usar palabras correctamente, de ser sujeto del propio pensamiento, de tener la misma diversidad de comportamientos que el hombre y de hacer algo en verdad novedoso". Pero en su escrito no hay conclusiones cerradas y todas las afirmaciones quedan abiertas a posibles cambios y refutaciones por venir, y menciona la idea del aprendizaje automático que también proyecta.
Otra de las objeciones que Turing intenta rechazar es "que una máquina nunca puede hacer algo realmente nuevo". Pero su refutación es indirecta ya que entiende que la sorpresa frente a algo nuevo depende más del receptor que del emisor. Por lo tanto de esa manera acepta que de las máquinas no puede surgir nada nuevo, porque se basa en la información ya publicada o almacenada. Otro punto clave para comprender que la inteligencia artificial generativa solo construye a partir de lo viejo y desarrollado anteriormente por seres humanos. Aspecto central si se usa para el periodismo, cuya materia prima es lo novedoso y actual.
Turing en su trabajo adelantó el mundo por venir antes que nadie. Y su imaginación científica acertó en su proyección. Sin embargo aquellas objeciones que menciona y sus refutaciones posibles, remarcan aquello que la inteligencia artificial no es, y en principio no puede ser. Eso que le falta, y que Turing adelanta con precisión, es esencial para entender de qué manera puede impactar o no en un periodismo de interés y valioso. Aquel que distingue lo bueno de lo malo, que puede describir las sensaciones que produce un postre o un Picasso y ponerse en el lugar del otro frente a una injusticia.
Si entendemos todo lo que no puede hacer la inteligencia artificial, y qué es relevante para hacer periodismo, entonces es el momento de hacer un listado de todo lo que sí puede hacer la inteligencia artificial generativa para el trabajo informativo.
Aquí van algunas de las innumerables tareas que ya se desarrollan en redacciones del mundo gracias a la IA: transcribir, traducir, desgrabar, resumir, analizar imágenes, escribir textos, crear imágenes, seguimiento de información, crear videos, pasar de texto a audio, de audio a texto, de video a texto, crear avatares para presentar noticias, gestionar archivos, analizar datos, clonar voces, resumir documentos, mejorar la personalización de contenidos, ayudar a buscar fuentes, proponer títulos, corregir la redacción de los textos, mejorar el SEO de un contenido, estructurar la información de diferentes maneras para producir diferentes contenidos con un solo material, delinear focos de investigación, proponer preguntas para una entrevista, y mucho más, que es todo lo que puede llegar a venir.
Pero más allá de estas inmensas utilidades, el alma del periodismo está y estará en el toque humano, que es aquello que la IA no puede ofrecer, como ya lo señalaba Turing en 1950. La IA complementa al periodista de manera revolucionaria, pero no lo puede reemplazar.
El gran Osvaldo Bayer dijo alguna vez que el periodista, "tiene la obligación moral de salir a la calle cuando ve injusticias en la sociedad". Una tarea únicamente humana que la inteligencia artificial nunca podrá reemplazar. La IA en la redacción pero los periodistas en la calle cerca de la gente y de los hechos, y con la mayor creatividad para contar.
* Periodista, profesor universitario de Inteligencia artificial y periodismo (Undav) y autor del libro "Inteligencia artificial y realidades fantásticas por vivir"