El sur y el centro de China afrontan desde este lunes lluvias torrenciales que provocaron severas inundaciones en gran parte del territorio y ocasionaron, en consecuencia, al menos tres muertos y decenas de evacuados.
Desde el inicio del verano, el gigante asiático estuvo marcado por una meteorología extrema, con un clima sofocante en Pekín y lluvias fuertes en muchas regiones del país. La agencia de noticias Xinhua informó cuál es el reporte oficial de la situación en diferentes áreas.
En el condado de Longshan, cuatro personas quedaron atrapadas en un garaje subterráneo inundado, de las cuales tres fueron halladas muertas, y una fue rescatada por los servicios de auxilio. La situación también es crítica en otras provincias del centro y este del país, como Hunan, donde el río Lishui registró su mayor crecida desde 1998. En la vecina Hubei, las autoridades evacuaron a cientos de personas en municipios como Hefeng y Laifeng.
Un tramo del puente Houzihe en la autopista G76 Xiarong, ubicado en el condado de Sandu, en la provincia de Guizhou, colapsó la mañana del martes tras un deslizamiento de tierra provocado por lluvias intensas y continuas.
Asimismo, también en Guizhou: el condado de Rongjiang, se tuvo que evacuar a 48.900 habitantes, y en Congjiang, a 32.000. En ambas ciudades se activó el nivel 1 —el más alto— del protocolo de respuesta a emergencias por inundaciones, según la agencia nacional Xinhua.
Los canales de televisión difundieron imágenes aéreas de la situación, en las que se observan a los rescatistas empujando lanchas en el agua llena de barro que les llega a las rodillas.
A raíz de esta catástrofe, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma destinó 60 millones de yuanes (unos 8,4 millones de dólares, 7,3 millones de euros) para apoyar las labores de emergencia y reconstrucción.
