Las filtraciones de Football Leaks, algo así como los Panamá Papers del fútbol, dejaron en evidencia esta semana nombres propios que van desde Cristiano Ronaldo a Angel Di María y Javier Pastore. Detrás de esas figuras sospechadas de evadir al fisco mediante el uso de paraísos fiscales aparecieron mencionados clubes, empresas y hasta dos hombres que por diferentes razones son cercanos al gobierno de Cambiemos: Melitón Eugenio López, quien hasta hace muy poco presidió el Instituto de Loterías bonaerense, y Jorge Prat Gay, el hermano del actual ministro de Hacienda y Finanzas. El informe revelado por un consorcio de medios europeos generó titulares que citaron a “la mafia del fútbol argentino”, como uno del diario francés Mediapart, o “la conexión argentina”, de L’Espresso italiano. El mismo tipo de denuncias que ya complicaron a Lionel Messi y Javier Mascherano en el pasado, ahora se extiende por el mundo de la pelota y amenaza las reputaciones de más jugadores y representantes. El tema se volvió imparable. Unos 18,6 millones de documentos –que en la mayoría de los casos son los propios contratos de los futbolistas– rocían de descrédito a un ambiente que vive bajo sospecha en forma permanente.

Los medios que publicaron esta oleada de informaciones le dieron más espacio a la situación de Cristiano Ronaldo por tratarse del jugador más importante después de Messi. Así como aparecieron también el alemán Özil o el francés Pogba, a los argentinos se les dio un lugar destacado en las listas de presuntos evasores. Básicamente los artículos describen maniobras para eludir impuestos por derechos de imagen. En Italia, España y Francia, medios deportivos o generalistas pusieron la noticia en portada. Mediapart fue el más duro de todos: “Los millones offshore de Di María y Pastore, estrellas del PSG, y la mafia del fútbol argentino”, tituló ese diario independiente que compartió con la revista alemana Der Spiegel, El Mundo español y Le Soir de Bélgica –entre otros– las filtraciones ventiladas en los Football Leaks, sobre las que PáginaI12 publicó su primera nota en marzo pasado.

Esta vez, la lista de involucrados incluyó a cinco empresarios del fútbol argentino: Marcelo Simonian, Jorge Cyterszpiler, Hernán Berman, Melitón Eugenio López –a quien se cita solo por su segundo nombre– y el hermano del ministro de Mauricio Macri.

¿Por qué se lo menciona a Jorge Prat Gay? Porque en los Football Leaks aparece Sergio Agüero, el jugador más importante de su escudería en la empresa que preside: Eleven GT. Entre esos documentos está el contrato de traspaso del Kun cuando lo vendió el Atlético Madrid al Manchester City en 2011. Aunque se transcribe ese convenio, no se desprende de él una maniobra de evasión. Cuando hubo una investigación sobre su pase y tantos otros –pero de la AFIP en la Argentina–, la justicia federal ordenó más de un centenar de allanamientos. Fue en 2013 en distintos clubes de fútbol y oficinas de empresarios.

Prat Gay estudió en el Cardenal Newman, jugó al rugby y es abogado por la Universidad de Belgrano. Tiene dos años más que su hermano Alfonso e hizo buena parte de su carrera comercial en IMG, la multinacional estadounidense que representa a deportistas famosos y controla también derechos televisivos de diferentes eventos. En 2010 se lanzó por su cuenta con Eleven GT que hoy, en su página web, menciona entre sus representados a Agüero, Augusto Fernández, Emmanuel Mammana, Germán Pezzella y Damián Escudero, entre otros futbolistas. Además, en la nómina figuran los dos hermanos menores del delantero del Manchester City: Gastón Del Castillo juega en el Cádiz y Mauricio del Castillo en Deportivo Morón. También participa en Secretariat SRL, dedicada a la cría de caballos pura sangre, e Inversora CPI, una empresa de mantenimiento.

En la lista de empresarios también figura López, ex titular del Instituto de Loterías bonaerense que presidió hasta hace poco. A este joven empresario se le atribuyen operaciones con futbolistas como Di María, en las que actuó como apoderado. En bancos de datos comerciales aparece como socio de Ponte Sport SRL, una firma creada el 3 de agosto de 2007 que se dedica a la representación, gestión y todo otro tipo de servicios relacionados con deportistas. También fue dueño de Le Fenetrere, que explota bares, restoranes y locales de gastronomía en general. Desde esas actividades se vinculó con el mundo del fútbol y la política. Acaba de renunciar al cargo en que lo había designado la gobernadora María Eugenia Vidal por estar en contra de más impuestos al juego. Su vinculación con Daniel Angelici es un secreto a voces.  

Berman es otro de los mencionados. Se hizo conocido como representante de Javier Saviola a fines de los años 90. La relación después terminó mal y le entabló juicio al ex delantero. Un ex periodista de TyC Sports, Alexis Szewczyk, fue despedido en 2013 por informar sobre su influencia en el club Tigre y la relación que mantenía con Sergio Massa, el líder del Frente Renovador. Hoy Berman continúa pesando. El técnico Pedro Troglio es su representado, al igual que algunos futbolistas.

El Mundo de España sostiene que “la conexión entre Argentina, Holanda y el Caribe se confirma finalmente en el caso de Pastore, jugador del PSG –pagó 45 millones en 2011–, aunque con un matiz. Representado por Marcelo Simonian, en 2010 vendió sus derechos de imagen a Klizery, una compañía constituida en Uruguay, a través de Orel, una sociedad holandesa”. La lista de apoderados citados en los Football Leaks la completa Cyterszpiler, el ex representante de Diego Maradona.   

Otro de los argentinos citados es Carlos Rivera, aunque como representante del mundo de las finanzas. Controló Alhec Group, una compañía de la que siempre se dijo que tenía entre sus socios a Julio Grondona. En 2015 este empresario fue inhabilitado por diez años para operar en Uruguay.

La problemática de la evasión creció tanto en Europa que el comisario de Economía y Fiscalidad de la UE, Pierre Moscovici, dijo: “Existe una economía del fútbol, por llamarla de alguna manera, que debe ser revisada, porque tenemos que luchar contra las actividades de algunos intermediarios ilegales, o incluso legales, que están empujando a jugadores muy jóvenes hacia zonas de incertidumbre desde el punto de vista moral y legal”.

Los jóvenes a los que alude Moscovici no son Di María ni Pastore, ni todos los futbolistas que nombró en un extenso artículo L’Espresso de Italia. Aquellos recién empiezan, éstos saben lo que hacen. Cuando Di María fue transferido del Real Madrid al Manchester United, el club inglés le pagó dos millones de euros a la empresa Kunse registrada en Amsterdam. Esta trianguló 1,85 millón de euros a otra llamada Paros Limited que estaba registrada en las Islas Vírgenes Británicas, paraíso fiscal de las Antillas. El entorno de Di María repitió el procedimiento cuando pasó al París Saint Germain. Por eso el rosarino quedó muy expuesto y hoy ocupa la tapa de varios diarios en Europa.

Los contratos ventilados en el sitio Football Leaks aportan pistas sobre los millonarios negocios que hacen los jugadores y sus representantes. Esta trama de maniobras acaba de tener una consecuencia indeseada en España. El juez Arturo Zamarriego le prohibió al diario El Mundo que siga publicando la información y también a los doce medios del llamado European Investigative Collaborations (EIC) en toda Europa.

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