El presidente Juan Orlando Hernández quedó a un paso de ser reelecto en Honduras al finalizar el escrutinio de los comicios del 26 de noviembre, con el país bajo estado de sitio y creciente tensión por denuncias de irregularidades. Su rival, Salvador Nasralla, dijo que no puede “aceptar nunca” los resultados y reclamó revisar 5173 actas en las cuales asegura que estuvo el fraude.

Según el conteo final del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Hernández, del derechista Partido Nacional, mantenía una estrecha ventaja sobre el popular presentador de televisión Nasralla, de la izquierdista Alianza de Oposición Contra la Dictadura, comandada por el derrocado mandatario Manuel Zelaya.

Con 99,96% de las actas contadas, el presidente aparece al frente con el 42,98% de los votos mientras que el candidato opositor obtenía el 41,39%.

Sin embargo, la misión de observadores de la Unión Europea (UE) advirtió que el proceso electoral no está terminado y no debe declararse un ganador mientras no se presenten y evacuen los reclamos e impugnaciones.

“El proceso electoral está lejos de estar terminado”, advirtió la eurodiputada portuguesa Marisa Matias, en rueda de prensa.

La alianza opositora acusa al gobierno de cometer fraude en contubernio con el TSE. Según Nasralla y Zelaya, 5174 actas fueron alteradas durante el lento proceso de escrutinio y transmisión de datos. Zelaya dijo que tales actas habrían sido ingresadas al sistema de cómputo después de constantes interrupciones, una de cinco horas, a partir de la cual Hernández tomó ventaja en el conteo de votos.

Diez horas después del cierre de las urnas, el TSE anunció el primer informe de resultados, con 57% de las mesas contadas, que daban a Nasralla una ventaja de cinco puntos. Pero tras varios cortes, los resultados se revirtieron.

Nasralla dijo ayer a la Organización de Estados Americanos (OEA)  que está listo para ir a mostrar ante el Consejo Permanente de la OEA, en Washington, “las actas del fraude contra la Alianza de Oposición contra la Dictadura” y que lo “reciban como presidente electo” de Honduras. 

En tanto la OEA instó a ambos contendientes a llegar a un acuerdo para la revisión de actas y verificar supuestas irregularidades en las elecciones, para superar así la crisis en el país por sospechas de fraude. “El único camino posible para que el pueblo hondureño pueda aceptar y (...) reconocer ganador en este proceso electoral, es que se llegue a un acuerdo entre los principales candidatos”, declaró el jefe de la misión de observadores de la OEA, el expresidente boliviano Jorge Quiroga, al presentar un informe.

El tribunal electoral anunció ayer que había finalizado el conteo de votos, pero aún restaba contabilizar 18 mesas de votación. De todas maneras, el presidente del TSE, David Matamoros, dijo que la proclamación del próximo presidente puede llevar unos 22 días, debido a que tras el conteo de votos viene una fase de impugnaciones que debe cumplirse, según la ley.

En ese período el órgano electoral podría aceptar la demanda opositora de revisar más de 5.000 actas que a su juicio presentan problemas, como lo pidieron los observadores internacionales. Además, continúa el escrutinio de votos para 128 diputados del Congreso, autoridades de 298 municipios y 20 diputados del Parlamento Centroamericano.

El gobierno decretó el viernes estado de sitio durante diez días, incluyendo un toque de queda nocturno, en reacción a las movilizaciones, violentos choques con policías y militares y saqueos de negocios en varias ciudades del país por denuncias de fraude e irregularidades en la elección.

El mandatario llamó ayer a respetar el plazo legal de impugnaciones antes de proclamar al ganador de las elecciones y, en tono conciliador, pidió a todos los sectores del país “construir una nueva Honduras”.

Suman 12 las víctimas fatales y 700 los detenidos “por violar el toque de queda nocturno”, según dijo el subcomisionado de la Policía Nacional, Jair Meza. En ciudades de todo el país, miles de opositores salieron a las calles sonando cacerolas para reclamar la victoria de Nasralla, durante la noche del domingo y madrugada de ayer, desafiando el toque de queda.

Con música de la campaña opositora en equipos de sonido a alto volumen, los manifestantes gritaban “Fuera JOH” por las iniciales del presidente hondureño, que solo pudo competir gracias a un polémico fallo judicial que avaló que postulara a la reelección, pese a que la Constitución lo prohíbe.

A todo esto, un grupo de agentes de la fuerza especial Cobras de la Policía de Honduras se declaró en huelga de “brazos caídos” por la crisis política en el país, agudizada desde el pasado miércoles con el inicio de manifestaciones. “En estos momentos estamos de brazos caídos (...), para manifestar nuestra inconformidad por lo que está pasando a nivel nacional. Nosotros somos pueblo y no nos podemos estar matando con el propio pueblo, nosotros tenemos familia”, dijo a periodistas un portavoz de los manifestantes, que estaba con el rostro cubierto. Según los principales medios de prensa de Honduras, en las Fuerzas Armadas del país también habría malestar por la crisis, lo que fue rechazado por el portavoz militar, Jorge Cerrato.