De la mano de Ariel Holan, Independiente está viviendo un muy buen presente futbolístico. Como premio a lo que viene haciendo, el Rojo tiene ante sí la chance de conquistar la Copa Sudamericana, un título que ya alcanzó en 2010. La empresa no será fácil, pues tendrá como rival a Flamengo. El primer duelo entre dos equipos históricos del continente será esta noche, en Avellaneda, mientras que la revancha se disputará el próximo miércoles 13 en el mítico Maracaná de Río de Janeiro.

Además de la gloria (y los dos millones de dólares de premio), el Rey de Copas buscará un reposicionamiento internacional luego de varios años de sufrimiento, que incluyeron un histórico descenso a la segunda categoría del fútbol argentino. De la mano de Holan, quien llegó bajo un manto de dudas por su pasado en el hockey y con apenas una experiencia futbolera en Defensa y Justicia, el Rojo recuperó esa vieja mística copera y con un fútbol vistoso por momentos llegó a la definición de un torneo que –de ganarlo– le dará la posibilidad de volver a jugar la Copa Libertadores y competir por dos títulos más: la Recopa Sudamericana y la Suruga Bank.

Independiente está invicto en su cancha, pues ganó cuatro de los cinco partidos que disputó en la campaña que tuvo como rivales a Alianza Lima, de Perú (0-0), Iquique, de Chile (4-2), Atlético Tucumán (2-0), Nacional, de Paraguay (2-0) y Libertad (3-1).

Flamengo, por su parte, comenzó la temporada con la ilusión y el objetivo de volver a ganar la Copa Libertadores luego de 36 años, pero terminó tercero en el Grupo 4 que compartió con San Lorenzo y tuvo que seguir su camino internacional en la Copa Sudamericana. Bajo la conducción de Reinaldo Rueda, quien agarró al equipo en los octavos de final, el Fla  encarriló su final de año con la posibilidad de jugar la final de un torneo internacional y con la clasificación a la próxima Copa Libertadores tras alcanzar el sexto puesto en el campeonato brasileño. Al límite de lo físico por la exigente temporada, el equipo brasileño llega a este compromiso sin una de sus máximas figuras, ya que el delantero peruano Paolo Guerrero está suspendido por doping y se perdió los cruces con Fluminense y con Junior, de Colombia. A esto se le suman la lesiones del arquero Diego Alves y del atacante colombiano Orlando Berrío.

Independiente y Flamengo volverán a jugar una final luego de la Supercopa de 1995 que conquistó el Rojo tras ganar la ida por 2-0 y perder la vuelta por 1-0.