El agravamiento de la situación política, social, económica está llevando al país a un callejón sin salida, como resultado de la acción del régimen gobernante elegido con el 56% de los votos.
No respetan nada, ni leyes, ni las instituciones, ni a la gente, mienten descaradamente, tergiversan y ocultan datos, avanzan sobre las libertades públicas con más represión y violencia, amenazan y provocan de diversas maneras, se profundiza la crisis económica con más cierre de fuentes de trabajo, despidos a todo nivel, desocupación creciente, entrega del patrimonio nacional, más miseria en enormes sectores de la población…
¿Quién confía en este experimento? ¿Cómo se sostiene el régimen?
Los grandes grupos económicos locales y externos, agroexportadores, timberos, especuladores financieros, que son quienes constituyen el poder real que el gobierno favorece y protege mediante el uso de la violencia estatal a través de las fuerzas de seguridad, servicios de inteligencia al servicio de esos intereses. Para esto si les sirve el Estado que tanto odian, para reprimir, disciplinar y controlar al pueblo.
Hace falta recordar, a esta altura de los acontecimientos que esto fue votado por muchos argentinos y que buena parte de ellos siguen sosteniendo este gobierno de delincuentes, narcos, parásitos, fascistas y cipayos. Eso no hay que olvidarlo.
Hoy las fuerzas populares carecen de unidad y también de coordinación para enfrentar seriamente la situación y mientras más tarden en reaccionar mayor daño será el que sufra el pueblo. Hay quienes especulan haciendo la plancha esperando que se caigan solos, otros no se mueven por miedo a perder sus negocios y quioscos, están los que entraron en el juego del parlamentarismo vacío discutiendo el sexo de los ángeles y los que temen los carpetazos y por supuesto están los traidores y cobardes que no harán nada para que esto cambie.
El pueblo sufriente de millones de compatriotas, a la deriva, sin brújula, sin organización, sin ideas de que hacer y cómo salir de este desastre. Pero todo tiene su final, y aquellos cómplices de esta situación, a los que nos llevaron a esto y a los que se hacen los distraídos les llegara también la hora de rendir cuentas cuando la tortilla se vuelva.
Héctor Marinangeli