No falló Fayó
Empezó su recorrido en la historieta con el concurso que lanzó Fierro desde su primer número. No ganó, pero su trabajo quedaría en la pila que Juan Sasturain y Juan Lima –director y jefe de arte respectivamente– habían armado con aquellos originales que les despertaron interés. En 1985, Pablo Fayó finalmente debutó en el suplemento Óxido de la revista. Nunca quiso ser un profesional del comic y eso también lo llevó a cierta dispersión de sus trabajos, que comenzaron a ser rescatados por colegas y editores, como el inminente Pamela y el extraterrestre, el libro que compila su primer trabajo extenso, perdido en diversas revistas en forma de episodios. Pero Fayó fue dejando de dibujar y terminó ganándose la vida como cantante de tango, una historia que se cuenta en el documental Algo Fayó, que le dedicó Santiago García Isler, a punto de estrenarse. En esta entrevista, Fayó confiesa que todavía no lo vio y que eso, por primera vez en su vida, lo está poniendo un poco ansioso.




















