En 2004, un grupo de artistas comprometidos con el tango y emparentados, también, a otras diversas disciplinas, diseñaron un espacio para mostrar su arte e invitar a otros creadores. Eran los orígenes del Festival Cambalache, que cruza en su programación al 2 x 4, el teatro y la danza. “La idea es romper con los límites. Las obras incluyen siempre al tango, pero los bordes están desdibujados”, define José Garófalo, uno de los fundadores del encuentro y presidente de la asociación civil que lleva el mismo nombre y lo promueve. Hoy comienza la XII edición, con la participación de Omar Viola, Cristina Banegas, Hugo Mastrolorenzo y Agustina Vignau –campeones del Mundial de Tango en 2016–, Mario Cárdenas y elencos nacionales y de Francia, Holanda, Rusia, Austria y China. 

La programación, hasta el 17 de este mes, incluye espectáculos de teatro y danza, café concert, fiestas, milongas, conciertos, presentaciones de libros y el festival de cortos “Cinefilia tanguera”. “La columna vertebral es el tango”, resume Garófalo, en diálogo con PáginaI12. Los orígenes revelan el espíritu de la propuesta: “Es producto de un grupo de artistas que no tenía un espacio para el tipo de obras que estaba creando, que tenía que ver con la fusión entre el tango, el teatro y la danza contemporánea. Incluso había obras más circenses y con estilo de varieté. Eran números que no entraban dentro del rango de la exhibición o del tango comercial for export”, relata el artista plástico, bailarín y coreógrafo. “Por sus necesidades de producción, estas creaciones no entraban tampoco en el espacio de la milonga. Y no eran obras con una duración como para ser programadas en teatros”, explica.

Así surgió Cambalache, un encuentro en el que los límites son difusos y en el cual reina la variedad “estética y estilística”. Cuenta con apoyo del Ministerio de Cultura. La programación se arma con trabajos de artistas invitados, miembros de la asociación organizadora. También hay elencos seleccionados mediante una convocatoria abierta. Algunos materiales son estrenos. La diversidad confluye en un denominador común: “Todas las manifestaciones artísticas tienen que tener una conexión con el tango, en su motivación. No como excusa, sino como contenido central. Es un arte que, a través de un baile universal en su concepción, puede abarcar a cualquier persona del mundo. Es un arma muy poderosa para disfrutar y reflexionar”, dice Garófalo.

Las sedes serán tres: Santos 4040 (Santos Dumont 4040), Espacio Cultural Oliverio Girondo (Vera 574) y La Viruta Tango Club (Armenia 1366). Hoy a las 21 será la apertura con una fiesta, concierto y milonga, con la orquesta de Analía Goldberg y el Chino Laborde y performances de Ezequiel Sanucci, Ariel Manzanares y Laisa Souza. El lunes desde las 20, se presentarán los libros Tango, siglo XXI (Una historia de los géneros y del espectáculo en la Argentina), de Tomás Calello; y El origen de la especie, de Hugo Mastrolorenzo; y se proyectarán videos de tango-danza, en un proyecto a cargo de Leonel Mitre. El jueves desde las 20 será el turno de Desencuentro, de Souza y Manzanares; Fantoche, de Delia Houch; Flores del alma, de la Compañía 360; Rodando en una noche venturosa, del grupo Alma; Amor propio, de Tango Now; Limbo, con dirección de Garófalo, de la Compañía Tragicómica Tanguera. También se presentarán Escarabajeando, de la Compañía Quiero ser agua; El amenazado, con idea y dirección de Alberto Goldberg e interpretación de Carolina Leonardelli y Gabriel Salvi; Loquita mía (veinte piropos para ser bailados), con Anahí Dratman y Héctor Díaz. El formato café concert se instalará a partir de las 23, con los espectáculos de Mario Cárdenas (dirigido por Luis Longhi) y Omar Viola, quien ofrecerá Metatangos.

Flores del alma, espectáculo de la Compañía 360.

  El viernes 15 a las 20 será el turno de Fuéramos, con Manuco Firmani y Micaela Spina, obra de danza teatro; la performance Ciudad automática, capítulo 1: despertar en silencio, con dirección e interpretación de Josie Watson y Nuria Schneller; Trashumancia Desierto Tango, con Virginia Ravenna y Sandro Nunziata; La otra cara de la moneda, de Julia Urruty y Claudio González; y Ensayo n°2 bandoneón (fragmento), con dirección de Ollantay Rojas. Otras obras programadas son Ensayo a dos cuerpos, con Maite Salz e Irina Jabsa; Quisiera hablar con Renée, dirigida por Cristina Soloaga; Helena desnuda, con dirección de Diana Cortés; Los dones, dirigida por Alberto Goldberg; Buenos Aires aquí y ahora, de Claudio González y Julia Iriart Urruity; y Piantao, de Mastrolorenzo y Vignau. De nuevo, el café concert será a las 23: Cristina Banegas y Ariel Argañaraz presentarán Unos tanguitos y más tarde habrá baile. El domingo 17 será el cierre, con fiesta y milonga en La Viruta.

Como particularidad de esta edición, Garófalo puntualiza: “Me llamó bastante la atención ver que hay una tendencia mucho más fuerte a conceptos dramatúrgicos. En otros festivales también sucedía, pero eran obras más relacionadas con el humor, gags, sketches y performances. Había un concepto que se desarrollaba brevemente. En este caso, en la mayoría de las obras, que tienen un máximo de 25 minutos, veo conceptos más ligados a la cuestión teatral: la muerte, la locura, la angustia, problemas de género, la cuestión femenina en el tango y el problema del machismo, abordados con profundidad”.