El sábado 1º de marzo, mientras la costa argentina y otros destinos turísticos aprovechaban el fin de semana largo de carnavales como último aluvión de la temporada de verano 2025, la ciudad de Pinamar se conmovió ante una noticia escabrosa: unos obreros habían descubierto una docena de cráneos y otros restos óseos en el patio de una casa de Ostende, mientras removían arena para levantar una medianera. El domicilio está en las calles Argel y Ayacucho, una zona precaria y casi marginal de ese pueblo.