“¿Cómo queremos habitar la ciudad?”, una pregunta que apela al deseo y que se hace María Eva Koutsovitis, dirigente de Unidad Popular y primera candidata a legisladora en la Ciudad de Buenos Aires por Confluencia por la Igualdad y la Soberanía.
El camino que eligió para el desafío de poner bancas en la Legislatura porteña desde un partido minoritario es llenar de sentido la democracia participativa ambiental en pleno auge del negacionismo climático. La cruzada es contra lo que llama “política del saqueo” y apunta a pensar el espacio verde y público en contraposición a la sobreconstrucción, una tarea que plantea un cambio radical a la lógica que rige en la Ciudad de Buenos Aires desde hace décadas.
Es ingeniera civil y comenzó trabajando con organizaciones sociales en un tema muy importante que atender: el saneamiento del agua. Ese fue su pase para recorrer la ciudad de Buenos Aires y en ese recorrido combinó sus saberes como ingeniera hidráulica, la responsabilidad civil como habitante de la ciudad y una militancia ciudadana. En el derrotero se encontró con los límites que tenía la institucionalidad que es lo que hoy tracciona su deseo por formar parte de una propuesta electoral.
“Empezamos defendiendo los espacios verdes, las plazas y generando una estrategia de defensa frente a las consecuencias del impacto que tiene la lógica de la sobreconstrucción descontrolada. Y de pronto empezamos a vincular cada una de esas problemáticas en una matriz, que es la matriz del saqueo. El saqueo es lo que explica que la ciudad esté en emergencia habitacional y en emergencia urbanística”, dice en plena campaña electoral.
Venís de la organización ciudadana ¿Cuáles son los límites que le encontraron a la institucionalidad que te empujaron a entrar en la arena electoral?
--Un proyecto que presentamos a partir de nuestra organización ciudadana fue para transformar el conjunto de la costanera en un parque 100% verde y público. Tenía muchísimo apoyo de la ciudadanía que además llevaba adelante campañas. Pero ¿Qué pasa? Llegás a la legislatura y encontrás un límite. Entonces había que poder combinar la vitalidad que tiene esta ciudad, que es enorme, y la vía institucional.
Esa vitalidad a la que te referís está asociada a la propuesta cultural y turística que tiene la ciudad...
--Yo me refiero a otro aspecto, es la vitalidad que tienen sus habitantes para organizarse, son respuestas que muchas veces parecen fragmentadas pero en realidad son la respuesta a este modelo saqueador que hoy nos lleva a la emergencia habitacional que alcanza más de medio millón de personas. También a la emergencia ambiental: Buenos Aires es una de las ciudades del mundo, no solo con menos espacio verde, sino que es una ciudad que ha ido sobrecalentándose de manera acelerada como consecuencia de la destrucción de los espacios verdes, del arbolado y también como consecuencia de esas toneladas de cemento. Ocupar la costanera en términos ambientales es una idea totalmente fracasada, las ciudades del mundo están recuperando los bordes costeros en el marco de la crisis climática porque son estratégicos como lugares de amortiguación de inundaciones y como lugares que permiten el ingreso de aire para mitigar el efecto de calentamiento.
La existencia del cambio climáico es también un lugar de disputa de sentido, es uno de los frentes contra los que va el presidente Javier Milei. ¿Cómo ves ese aspecto de la batalla cultural en la Ciudad?
--El negacionismo climático en la ciudad de Buenos Aires lleva unas cuantas décadas, por supuesto que el gobierno nacional lo ha exacerbado a niveles impensados globalmente. Pero, en particular en la ciudad de Buenos Aires, nosotros hemos visto cómo en lo discursivo el gobierno planteaba una ciudad verde, comprometida con la crisis climática y en paralelo solo fomenta la sobreconstrucción, que es una de las actividades en términos de emisiones de gases de efecto invernadero más contaminantes, sin embargo nos tratan de convencer que una maceta es un espacio verde
Quienes llevan adelante esos modelos saqueadores son quienes vienen ganando las elecciones por lo menos en los últimos 20 años. ¿Cuál es tu evaluación?
--Eso tiene que ver con la idea de meritocracia y con dispositivos de propaganda muy fuertes, en los últimos 20 años los gobiernos de turno muestran a Buenos Aires como una ciudad de avanzada, de primer mundo, una ciudad conectada y fantástica. La mayoría, mientras tanto, no puede resolver el alquiler o llegar a fin de mes, entonces el mensaje es: quien no puede disfrutar de esa ciudad maravillosa es porque no merece vivir ahí. Es propaganda pura, porque hoy uno de cada tres habitantes de la ciudad o está en situación de indigencia o de pobreza o se encuentra dentro de lo que se denomina el sector frágil.
¿El saqueo incluye también la turistificación de la Ciudad?
--En parte el ensayo de la siguiente etapa del saqueo es la turistificación, es una lógica que le genera a los y las ciudadanas una suerte de ajenidad. Quienes ocupan el espacio público sin pagar un solo centavo son las cadenas gastronómicas, eso comenzó en la pandemia, tenía una razonabilidad porque era un sector golpeado pero aún sigue vigente. San Telmo es un polo gastronómico a cielo abierto y salvo algunas excepciones, lo cierto es que toda esa actividad gastronómica no tiene un compromiso con la realidad social de quienes se encuentran en situación de calle o de quienes habitan el barrio.
Para las personas en situación de calle no hay alternativas…
--Estamos transitando un enorme estrés social que se combina con una lógica de instalar que el problema cotidiano que tenemos es responsabilidad de quien está más cerca nuestro. Entonces el problema de quienes habitan el barrio de Constitución no tiene que ver con este modelo saqueador que ha llevado a la ciudad a esta emergencia en términos multidimensionales, sino que en realidad tiene que ver con quien se encuentra en situación de calle y “ensucia” el barrio.
¿Es cierto que la ciudad de Buenos Aires tiene un fondo anticrisis que se subejecuta?
--Sí, la ciudad de Buenos Aires cuenta con un fondo anticrisis anual, solo ejecutando ese fondo se podrían construir 5000 viviendas sociales y progresivamente ir abordando el problema habitacional. Pero nunca se ejecuta. En 10 años la ciudad de Buenos Aires tendría 50.000 viviendas sociales. Se podría no solamente dar respuesta a las personas que se encuentran en situación de calle sino, por ejemplo, a las personas adultas mayores que hoy también empezamos a ver en situación de calle como consecuencia de este modelo que se consolida, porque se jubilan y no son propietarias de la vivienda que ocupan. Hoy un jubilado o una jubilada necesita cinco jubilaciones mínimas para poder habitar la ciudad.
En la Ciudad de Buenos Aires sí hay plata...
--El dinero no se ejecuta, el dinero sobra y tenemos un candidato como Manuel Adorni que nos viene a proponer la motosierra.
¿Cómo se enfrenta la crisis de representación desde un partido minoritario?
--Yo creo que muchos movimientos ambientales y ciudadanos hace tiempo que no encuentran representación política pero siempre encuentran una opción a quién votar. El horizonte sería poder dar ese salto, construir nuestra propia representación política y llevar la voz de quienes habitamos la ciudad a la Legislatura.
La ultraderecha hizo un camino bastante vertiginoso y llegó muy rápido a ese horizonte que a los partidos de izquierda les cuesta más llegar ¿Por qué crees que sucede esto?
--Milei es un fenómeno que surge en la ciudad de Buenos Aires, sus primeros cargos legislativos son a partir de la ciudad de Buenos Aires y para mi eso fue la consecuencia de sacrificar políticamente a la ciudad. Para algunos el sacrificio ha sido para transformarla en una gran caja, para otros el sacrificio ha sido porque desde la ciudad se encontró cómo antagonizar una propuesta política.
¿Cómo es eso?
--Ese sacrificio fue el trampolín de Macri en su momento y también fue el trampolín de Milei que se combina con otra idea, la de posibilismo: lo que se puede en la ciudad de Buenos Aires
La idea de posibilismo se combina también con los límites para imaginar, cuesta imaginar una ciudad en la que la gente se pueda bañar por ejemplo...
--Y si cuesta pero es posible, es posible llevar adelante un saneamiento que permita recuperar la balneabilidad. ¿Quién no estaría de acuerdo en que tengamos un río en donde poder bañarnos y disfrutar?
Además de tener una propuesta electoral para la Ciudad de Buenos Aires han tenido una fuerte injerencia a nivel nacional, participaste de la primera denuncia por el caso #Libra. ¿Cómo fue eso?
--Nuestra tarea siempre ha estado muy fuertemente vinculada la Ciudad y a partir de la asunción de Milei empezamos a intervenir en algunas cuestiones nacionales que nos parecen sumamente graves en términos de deterioro de la institucionalidad y de la democracia. Porque nuestra propuesta en la ciudad de Buenos Aires no tiene que ver con cambiar una corporación política con otra, tiene que ver con la democracia participativa. Nuestro paradigma es la democracia participativa ambiental. Por eso cuando llega este gobierno y empieza a avasallar instituciones y a poner en jaque la democracia, empezamos a involucrarnos en cuestiones de carácter más nacional. Una de las primeras experiencias tuvo que ver con la deuda que contrae Macri sin que pase por el Congreso y fue un poco en soledad. Después con la llegada de Milei presentamos el primer amparo contra el DNU 70, un DNU que modificaba por completo las reglas institucionales.